– Por la ventana -repeti-. ?Y tu, como has entrado aqui?

– Con mucha facilidad. En estos sitios no hay ninguna seguridad. Vistase y vaya al hospital, yo tengo que volver a casa de los Christensen. ?Lo hara?

Estaba descolgando de una percha la camisa que habia llevado puesta ese dia. Tuve que quitarme delante de el la chaqueta del pijama para ponermela y como imaginaba se quedo mirando mis flacos brazos. Crei ver en su cara una rafaga de compasion y admiracion. Cuando llegase a mi edad se daria cuenta de que uno hace lo que puede en cada momento de la vida y que en esto no Habia ninguna heroicidad.

Para que me diese mas prisa me ayudo a ponermela.

– ?Donde tiene los zapatos? -pregunto mirando alrededor mientras me quitaba los pantalones del pijama.

– En el cuarto de bano.

Siempre los dejaba alli con los calcetines dentro.

– Al saltar se ha hecho dano. Ha caido en tierra en una mala postura -dijo mientras me acercaba los zapatos, y se marcho con rapidez, sin darme tiempo a preguntar.

Solo me faltaba ponerme las lentillas. Tambien me pase rapidamente la maquinilla de afeitar y cogi medicacion para dos tomas.

La noche era humeda y cuando llegue al hospital me dijeron que estaban examinando a Sandra. Me preguntaron si era pariente suyo y asenti. Les dije que yo me hacia cargo de ella.

Sabia en que consistia el examen en Urgencias. Te metian en un compartimento separado por cortinas llamado box y te tomaban muestras de sangre y orina para analizarlas, te ponian suero. Pregunte si podia entrar a hacerle compania, pero no me dejaron. De repente senti miedo de que ella no estuviera consciente, de que no se diesen cuenta de que estaba embarazada y le hiciesen una radiografia. Ni que fuesen tontos, eso era imposible. Aparte de que la Anguila no me habia dicho que no estuviera consciente. De todos modos me acerque al mostrador.

– Por favor, digale a los doctores que la chica esta embarazada.

– Ellos saben lo que tienen que hacer -respondio la enfermera-. No se preocupe.

No se preocupe, no se preocupe. Las peores cosas de la vida pasan por no preocuparse. Me sente en la salita de espera. ?Por que habria escapado por la ventana? Tendria que haber salido hace mucho por la puerta y no por una ventana.

Estaba tan ansioso de saber como estaba, de que saliera algun medico a hablar conmigo, que no me atrevia a ir a buscar cafe a la maquina del pasillo. Cuando por fin me decidi, lo deje dicho en el mostrador sin ninguna garantia de que me hiciesen verdadero caso. Asi que cuando regrese, y a riesgo de que me considerasen un plasta, pregunte si no me habrian llamado mientras estaba en la maquina del cafe.

– Voy a ver -dijo la enfermera cogiendo el telefono-. Puede entrar.

Me bebi el cafe de un sorbo, quemandome la lengua y me meti en aquel lugar que yo habia visto desde la camilla hacia unas semanas.

Sandra se sorprendio al verme.

– ?Has estado consciente todo el tiempo?

– Si, creo que si -dijo.

– ?No te han hecho radiografias?

Nego con la cabeza y se me quedo mirando con enorme cansancio.

– Estoy bien y el nino tambien. Me han bajado la fiebre y me han dicho que solo necesito descanso, que todo se debe a un fuerte estres. Y tu ?por que estas aqui? ?Como te has enterado?

– Me lo ha dicho la Anguila, se preocupa mucho por ti.

– ?Donde esta? -pregunto con la tipica ansiedad.

Yo me encogi de hombros porque la verdad es que no lo sabia.

Antes de marcharnos, para asegurarse, le hicieron una ecografia. Salimos de alli a las seis de la manana bajo la responsabilidad de Sandra. Le habian bajado la fiebre y le pusieron un tratamiento que sobre todo consistia en descansar mucho.

En el coche me dijo que no tenia absolutamente nada.

La mochila con el dinero que le habia ido pagando Fred y algunas cosas suyas se la habia dejado tirada en el jardin. Le dije que no se preocupara y le pregunte que haciamos. Me dijo que iriamos a mi cuarto por la ruta alternativa del hotel, pero que antes parariamos en una farmacia de guardia para comprar el jarabe que le habian recetado y un cepillo de dientes.

Hice todo lo que me pidio preguntandome como nos las arreglariamos en la cama de matrimonio de mi cuarto. De ser yo joven, me habria bastado con el cobertor doblado y dos mantas para montarme una cama en el suelo, pero ya no estaba para esas cosas. Si lo hacia me levantaria con los huesos molidos, y entonces seria Sandra quien tuviese que cuidar de mi. Tambien podria unir los sillones del saloncito, pero mas que eso me preocupaba que viese mi verdadero yo, el de las gafas culo de vaso, que viese al tio meon que tenia que levantarse cinco o seis veces por la noche, que me viera en camiseta. Quiza esta era la ultima leccion que tendria que aprender Sandra durante nuestra corta amistad, y la leccion que tendria que aprender yo.

Anduvimos por los pasillos y escaleras que ya conociamos, algunas veces a oscuras. Abrimos puertas tratando de no hacer ruido aunque Sandra cojeaba por el golpe y yo tenia miedo de tropezar y caerme tambien. Suspiramos aliviados cuando nos encontramos en la puerta de la habitacion. Saque la tarjeta, la meti por la ranura, se encendio la luz verde, entramos, y Sandra se dejo caer en la cama y se puso a llorar, no estrepitosamente. Solo se le caian las lagrimas y se mordia el labio.

Dentro de una hora abririan el bufe del desayuno y podria traerle a Sandra ricos manjares. Le dije que se metiera en la cama en el lado que estaba sin usar y que no se preocupara de nada, que descansara y que manana lo veria todo de otra manera. Eran nada mas que palabras, pero palabras razonables que la convencieron. A los cinco minutos estaba profundamente dormida.

Me tumbe en el lado donde me acostaba siempre junto al telefono y cerca del bano y cogi del suelo el periodico. Ya era el periodico de ayer, hoy estaban ocurriendo otras desgracias. Ni siquiera me quite los zapatos, no queria dormirme antes del desayuno, despues seguramente tambien me echaria a descansar.

No baje al restaurante a primera hora, queria que estuviera mas lleno para, despues de desayunar yo, poder meter en la bolsa que llevaba fruta, dos cruasanes y un pequeno bocadillo que haria de jamon con tomate. Cogeria un sobre de descafeinado de los que ponen en las mesas y echaria leche caliente en un vaso y me lo llevaria colgando de la mano junto a la pierna de forma que el vaso no llamase la atencion y si me preguntaban algo diria que no me habia dado cuenta, algo nada sorprendente en un hombre de mi edad.

En cuanto me vi en el ascensor, considere que el trabajo estaba hecho.

Aunque casi tire la leche al abrir la puerta, me senti muy satisfecho cuando pude colocar en la mesita- escritorio, sobre unas servilletas de papel, los cruasanes, la fruta y el vaso de leche, con sus sobres de azucar y de descafeinado. Cuando Sandra se despertase se lo encontraria, con la leche fria, eso si, pero tal vez podria meter este vaso largo y estrecho en uno ancho del minibar con agua caliente del grifo.

Coloque el cartel de no molestar en la puerta, me tumbe en mi lado de la cama sobre la colcha, me quite las lentillas, los zapatos, me tape con una manta y me lance a dormir como un nino. Al despertarme, serian las once de la manana, Sandra seguia dormida. Me cambie de camisa y me asee haciendo el menos ruido posible, no quise ducharme para no despertarla. Deje una nota junto al desayuno.

Por el pasillo aun habia un carrito de la limpieza, busque a la camarera y le dije que hoy no hicieran la habitacion porque estaba cansado y pensaba subir enseguida.

Trate de localizar a la Anguila. Pase por la casa de Frida a la hora en que tendria que estar limpiando en Villa Sol. El viejo coche de Elfe que la Anguila solia conducir ultimamente no estaba. De todos modos espere una hora en el cruce con la carretera que todos los que vivian en esos caminos tendrian que tomar para ir a cualquier parte. Comprendia que aquel dia en el parking del supermercado la Anguila no quiso hacerme dano, sino advertirme de que seria peligroso para Sandra que me vieran con ella y queria transmitirme la intensidad del peligro. No contaba con que a mi se me podria quitar de en medio de un guantazo. Me gustaria saber si habia ayudado a Sandra solo por amor o si habia algo mas. Pero ?que podria haber mas fuerte que el amor?

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