la mandibula. Una camiseta negra sin mangas le abrazaba su gran pecho. Lo llamaron Martin. Martin me miro intrigado y Fred lo cogio del brazo y se lo llevo a una salita que habia saliendo del salon. El otro se quedo junto a la puerta. Era casi delgaducho, el pelo, en comparacion con el de Martin, se podria decir que era largo y castano claro.
– ?Eres amiga de Fred y Karin? -dijo en un susurro y tendiendome la mano-. Soy Alberto.
Le tendi la mia, el contacto fue demasiado intenso. Tenia la mano muy caliente, ?o era la mia? La retire como si quemara y me escabulli hacia la cocina. No queria que siguieran mirandome sus ojos resbaladizos, que parecia que se movian detras de una capa de aceite. Era imposible saber que pensaba, mientras que al otro se le habia notado la sorpresa al verme. Este no demostraba nada, era como una anguila.
Cuando sali de la cocina, ya no estaba. Se habia marchado con Martin.
No me dejaron regresar a casa. ?Acaso me esperaba alguien? Se nos hizo tarde jugando a las cartas y no paraba de llover, Fred tendria que llevarme hasta la moto con el coche y yo luego deberia bajar todas aquellas curvas horribles en medio del aguacero, total, ?para que?, ?para dormir en mi propia cama?
– Tenemos habitaciones de sobra -dijo Karin.
Fred no decia nada, lo que me hacia dudar, hasta que Karin empujo a Fred.
– Dile algo -dijo-, no te quedes como un pasmarote.
– Si pasas la noche aqui, manana podremos ir juntos a la playa, o quiza prefieras banarte en la piscina - comento el.
Me deje rogar durante unos minutos y me quede, y alargamos un poco mas la velada hasta que me condujeron a un cuarto muy agradable, empapelado con flores azules y una estanteria blanca.
– La ha hecho Fred -dijo Karin senalando la estanteria.
Pense que quiza mis padres fuesen mas felices si mi madre admirase a mi padre como Karin a su marido. Pero debia de ser algo genetico porque tampoco yo habia logrado admirar a Santi de esa manera. Karin me dejo un camison de saten color hueso con una caida de fabula. Parecia un traje de noche. Debia de pertenecer a la epoca en que ella seria alta y delgada y se hacian telas para que durasen toda la vida. Me sentaba de maravilla y me daba pena meterme con el en la cama y arrugarlo. Normalmente dormia con una camiseta vieja y comoda y unas bragas, no necesitaba mas. No le veia sentido a meterme entre las sabanas como si estuviese en una fiesta de alto copete… hasta ahora, en que la seda o el saten se me arremolinaba en los muslos y se me ajustaba a unos pechos de princesa. Puede que mi hijo, para nacer con la autoestima alta e ir seguro por su vida futura, necesitase que su madre durmiera con camisones de vampiresa.
Aunque eche de menos algunas revistas atrasadas de mi hermana y saber que habria sido de la princesa Ira de Furstenberg, enseguida me entro sueno, era imposible resistirse a aquella cama, aunque me dio tiempo de preguntarme que hacia yo en esta habitacion, en esta cama, entre tantas florecillas azules y en este camison.
Como todas las noches desde hacia un par de meses tenia que levantarme a orinar una o dos veces como minimo. Me desperte un poco desorientada recordando vagamente que habia un bano en el pasillo. Mientras lo buscaba no deje de oir ese ruido que hacen las camas cuando… y algun gemido que otro. ?Estarian estos dos ancianos…? ?Estarian haciendo el amor? No sabia que hora podria ser y al volver a la cama se continuaba oyendo un murmullo lejano, ahora de palabras sueltas como si estuvieran comentando como les habia ido, y me tape la cabeza con la almohada casi con verguenza por haberles escuchado contra mi voluntad. Asi que no me extrano que por la manana les dieran las diez. Al principio, nada mas levantarme, pense que era yo la perezosa porque no se oia un alma, pero al ver que la puerta de la calle tenia el cerrojo echado deduje que seguian dormidos. Descorri las cortinas del salon y abri la puerta y el dia era maravilloso. El sol arrancaba brillo a las hojas mojadas y al aire y los pajaros cantaban a pleno pulmon. Me hice un cafe con leche y me lo estaba tomando en el porche cuando aparecieron bostezando, Karin en camison y Fred en pantalon corto y un enorme polo de manga por el codo. Estaban contentos. Me preguntaron si habia descansado y Karin parecia mas agil que el dia anterior.
– Voy a preparar el desayuno -dijo Fred.
No me dio tiempo de decirles que ya era algo tarde y que me marchaba. Karin se anticipo colocando en la mesa del porche los mantelitos bordados. Y mientras ella se vestia, Fred hizo unos zumos de naranja y el consabido te. Bien, me dije, en cuanto terminemos me marchare para seguir con mi lectura de la vida de Ira por entregas. No es que tuviera grandes cosas que hacer, pero aqui tenia la impresion de estar abandonandolas, tenia la impresion de que todo lo que no estaba haciendo era muy importante.
Se encontraban muy animados, hablaban de las series de television que veian, me contaban episodios enteros. Yo metia baza sobre cualquier cosa que se me pasara por la cabeza, pero de pronto, mientras hablaba, los sorprendi mirandome terriblemente serios, como si fueran a saltar sobre mi y a devorarme. ?Seria por alguna tonteria que habria dicho sin darme cuenta? Fue cosa de medio segundo y luego se miraron entre ellos de la misma manera, al segundo siguiente todo volvio a la normalidad. Sus caras volvieron a ser muy agradables. Habia sido uno de esos espejismos en los que ni se repara. Cuando nos levantamos, Karin me propuso reposar en las hamacas al sol. Pense que de perdidos al rio, que total que mas daba esperar otro poco y volver a descansar antes de coger la moto.
Karin y yo nos tumbamos mirando hacia el sol y cerramos los ojos. No pensaba dormirme de nuevo, simplemente pensaba en lo comodas que eran las hamacas y en que mi hermana bien podria comprar unas asi y tirar las que tenia, en las que no se podia aguantar mas de media hora.
Fred para ser tan mayor no se cansaba. Quito la mesa y frego los platos, luego se encerro a trabajar en alguna parte y, a eso de las cuatro, despues de preparar un te con pastas que solo probe yo, se marcho a comprar al centro comercial, porque al parecer nos habiamos comido todo lo que habia en el frigorifico. Pense que podria haberme llevado hasta la moto, pero cuando quise reaccionar el ya habia salido del garaje. Nosotras volvimos a las hamacas. A Karin se le habia aliviado la artrosis, tenia incluso los dedos mas derechos y podia levantarse de la hamaca con bastante agilidad, como vi que hacia en este mismo momento. Regreso con la madeja de lana y las agujas y otra madeja y otras agujas para mi.
– Si te apetece puedes banarte -dijo-, no importa que no tengas biquini, aqui nadie va a verte.
El agua estaba fria, ya no era tiempo de piscina por mucho sol que hiciera, pero me sento bien, me despejo y pude tomar el sol practicamente desnuda aprovechando que no estaba Fred, queria respetar su edad y costumbres, aunque despues de lo oido por la noche me daba un poco de pudor pensar en sus costumbres. Cuando calcule que podria estar llegando me vesti y cogi las agujas. Karin me enseno a echar los puntos. Era agradable ir avanzando e ir haciendo crecer el elastico del que seria un jerseicito amarillo, a pesar de que los puntos aun no me salian regulares. Pense que podria ir alternando revista, jersey, paseos, comidas y que mi vida estaria llena.
Julian
Durante varios dias estuve siguiendo a Fredrik y vigilando su casa. Casi todas las mananas el y Karin se acercaban a la playa o a comprar al centro comercial mas grande la zona. Creo que ella hacia algun tipo de rehabilitacion porque algunas tardes iban a un gimnasio y tardaba una hora en salir, tiempo que el aprovechaba para ponerle gasolina al coche y lavarlo o para acercarse al Nordic Club. Se podria decir que hacian una vida normal y discreta.
El se habia adaptado (habia tenido muchos anos por delante) a empujar el carro de la compra y a leer las etiquetas de los productos para seguramente comprobar que no llevasen azucar o grasas. Era educado con la gente y parecia no molestarle el batiburrillo de razas que pululaba a su alrededor, seres inferiores que le iban a sobrevivir y a aduenarse del planeta. Como debian de revolverle el estomago, era un rechazo que llevaba dentro, su exito en la vida habia estado ligado al hecho de que le repugnara parte de la humanidad, y seguramente necesitaba, ademas de a Karin, seres afines con quienes compartir sus sentimientos. ?Habria otros por alli como ellos o estaban solos?
Era como si yo tuviera unos ojos distintos de los del resto de la gente, porque donde la gente nada mas veia un par de viejos, yo veia a la joven enfermera Karin.