mesa.
Julia accedio y cogio el telefono que Rocio le tendia. La voz del director ofrecia credibilidad, autoridad, confianza y ademas daba la impresion de que la conocia, de que por lo menos sabia como era fisicamente. Por su constante trato con la gente Julia tenia la experiencia de que eso es algo que se desprende del tono y de la forma de dirigirse a uno.
Cuando le conto lo que le ocurria, el se lo tomo con bastante naturalidad.
– No se preocupe lo mas minimo -le dijo-. En cuanto llegue al filo de las dos lo arreglamos. Estaria bueno.
Le costo trabajo despegarse de la silla, igual que si una mano la atrajese hacia abajo. Dudaba de si no estaria cediendo una vez mas para aliviar la situacion. Rocio la animaba con la sonrisa que tan buen resultado le estaba dando. Cuando por fin se libero de la tapiceria gris y los brazos de plastico duro, se fue derecha a la bombona de agua, cogio uno de los vasos de papel encerado y bebio repetidas veces hasta que no pudo mas. Pero temiendose que no fuese bastante, lleno otros dos vasos y salio. Haciendo equilibrios con ellos saco las llaves de la taquilla y se las metio en el bolsillo. Notaba como Rocio detras de las persianas de la entidad hacia como que no la observaba.
Fuera el resplandor le dio en toda la cara y echo de menos las gafas de sol. Negras, grandes, de patilla ancha, le quedaban muy bien y siempre las llevaba encima. Por lo que ahora, mientras esperaba en el semaforo, tuvo que entrecerrar los ojos.
El agua de los vasos empezaba a perder frescor. Y de pronto paso algo sorprendente. Le hizo reaccionar y despejarse completamente el llanto de Tito. Duro varios segundos y se corto. Miro alrededor, aunque de sobra sabia que el llanto no habia partido de ningun lugar fuera de ella. Tampoco lo habia escuchado solo en el interior de su cabeza como cuando se suena. El llanto de su hijo habia sido claro y puro, un destello aislado del resto de ruidos de la calle. Lo habia escuchado dentro y fuera de su cerebro y al mismo tiempo ni fuera ni dentro, sino en otro lugar que no se pudiera ver, pero que estuviera aqui, junto a ella.
Felix
Desde el capazo Tito gruno e inmediatamente, como era de temer, arranco con un llanto tan potente que podria haber roto todos los cristales del hospital y que, sin embargo, no logro despertar a Julia, aunque si que cambiase de expresion, o mejor dicho, que se le formara un ligero y casi imperceptible gesto de perplejidad, como si hubiese reconocido el llanto de su hijo y se preguntara que le ocurria. Puede que Tito tuviese frio. Asi que quito la funda de una almohada y le cubrio con ella y al ponerle el chupete poco a poco fue calmandose. Luego tiro de la fina colcha de algodon blanco con letras azules del hospital de la cama de al lado y se la puso a Julia encima de la otra. No sabia hasta que punto era conveniente moverla puesto que ni siquiera le habian hecho el TAC, por lo que se limito a descubrirle un pie como a ella le gustaba.
Por su parte trato de acomodarse en el sillon, estiro las piernas y cerro los ojos. No tenia mas remedio que descansar y reponer fuerzas. No sabia lo que le esperaba manana. Trataria de no pensar y no dejarse arrastrar por la oscuridad de la habitacion y la noche. Solo tendria que haber dicho, voy yo por la leche, quedate con el nino, y todo continuaria igual que antes, pero Julia salio disparada y casi no le dio tiempo de reaccionar. O bien, podria haber repasado el equipaje al llegar del trabajo para que no se olvidara algo tan importante, y entonces todo continuaria igual. La idea de que ahora podrian estar durmiendo tan tranquilamente en el apartamento le desesperaba.
Si estuvieran durmiendo en el apartamento no se les habria ocurrido pensar lo dificil que es que todo transcurra como uno tiene planeado, aunque lo que se planee sea algo sencillo. Empezaba a darle la impresion de que el azar o lo que sea que hace que el mundo funcione no distingue entre facil o dificil. Apreto los parpados para que el sueno acudiera antes y luego rezo las pocas oraciones que se sabia varias veces porque aunque no era creyente tenia comprobado que rezar tranquilizaba y adormecia. Sin embargo, hoy el resultado se hacia esperar y el labio se le movia con un tic nervioso, asi que se levanto, fue a la otra cama y se tendio junto al capazo con un enorme sentimiento de culpa por querer estar comodo y por querer dormir y por sentir que el trance por el que estaba pasando Julia perturbaba su vida.
Aunque la entrada a la habitacion hacia un quiebro que evitaba que desde fuera se vieran las camas y que llegaran la luz del pasillo y los ruidos, permanecia inalterable un sostenido mar de fondo de pisadas, suspiros y palabras sueltas. Y una pequena claridad caia en la oscuridad como una gota de leche en el cafe. Aun asi Felix logro hundirse en un estado que no sabria explicar, en que vio a Julia levantarse de la cama, vestirse con la ropa que llevaba cuando salio del apartamento y cruzar el cuarto buscando algo. El caso era que Felix tenia los ojos abiertos y la veia perfectamente como tambien veia con claridad las franjas azules de la sabana, pero no podia moverse ni hablar. Se notaba paralizado, angustiosamente paralizado, y trataba de respirar lo mas fuerte posible para llamar la atencion de Julia y que lo sacudiese y le ayudara a recobrar la movilidad y levantarse y hablar. ?Se estaria muriendo sin que nadie se diese cuenta? Hacia esfuerzos desesperados por mover la cabeza y revivir y con cada esfuerzo se desanimaba mas y mas. Menos mal que de pronto, cuando ya se daba por perdido, una luz fuerte y ruidosa le ayudo a salir de si mismo y pudo abrir los ojos de verdad.
?Estaria Julia haciendo estos titanicos esfuerzos para volver a la vida? Tal vez nacer resultase la peor de las pesadillas y por eso la memoria habia optado por eliminarla.
La enfermera no podia sospechar el infierno del que acababa de sacar a Felix al encender la luz.
Miro con recriminacion la cama. Dejo claro que no le parecia bien que un no enfermo se tumbara en una cama del hospital. Felix se iba a disculpar, pero le parecio pueril que le preocupara lo que pudiese pensar esta enfermera mientras su mujer permanecia inconsciente, quiza grave. Miro el reloj. Eran las siete y Tito iba a empezar a llorar de un momento a otro. La enfermera le cambio habilmente el gotero a Julia y le administro una inyeccion en una canula que le habian puesto en el brazo.
– Tengo que bajar a la cafeteria para hacerle un biberon al nino -dijo Felix resumiendo en esta frase un sinfin de problemas y matices.
– Tiene tiempo, hasta las nueve no empiezan a pasar los medicos. Ahora voy a darle agua y un poco de alimento. Vamos a ver, ?que le gusta comer a… -consulto el parte- a Julia? ?Cuales son sus platos preferidos?
Felix, que no solia tener ningun problema para entender las frases mas incoherentes, los titubeos y cualquier intento de dar gato por liebre, de resultar mas brillante o ingenuo de lo que se era, ahora se habia desconcertado.
– ?Le gustan el chocolate, la leche, el marisco? -anadio ella mientras levantaba unos grados la cama.
Julia no era alguien que pensara en la comida, y los que no piensan en la comida comen lo necesario, por eso quiza estaba tan delgada. De todos modos, no le hacia ascos a una buena cerveza helada, a un batido de fresa, a unas sardinas asadas o a un pastel de chocolate.
– Le gusta todo, menos los platanos. De todos modos no creo que eso importe ahora mucho -contesto Felix bordeandola con Tito en brazos.
– Todo importa -oyo a su espalda mientras salia al pasillo.
La luz electrica se mezclaba con la natural procedente de alguna cristalera y acentuaba el cansancio de los rostros del personal que estaba a punto de terminar el turno. La gente con la que se cruzo en el ascensor no sabia que en la 407 su mujer dormia profundamente sin saber donde se encontraba, ni como, ni quien cuidaba su cuerpo. Ni mucho menos el alma. Que Felix recordara nunca le habia dado por pensar demasiado en este asunto del alma porque el alma no se veia, ni se palpaba, ni se olia, ni se oia, ni tampoco tenia sabor, no se podia analizar en un laboratorio, asi que del alma se podia pensar y decir lo que se quisiera porque nunca se iba a poder contrastar con la realidad. Decir alma era decir todo y en el fondo no decir nada. Y aun asi el alma debia de ser lo mejor que tenia una persona. ?Seguiria intacta y sana el alma de Julia? Se supone que el alma al ser invisible podria haberse mantenido a salvo. La pregunta era donde. Probablemente en sus pensamientos si es que seguia pensando.
Y si seguia pensando estos pensamientos serian los suenos. Su alma se comunicaria con ella a traves de los suenos. Pero puede que algo de su alma tambien hubiese quedado en el propio Felix, o que las almas se comuniquen entre si en un codigo tan oculto como ellas. Porque en honor a la verdad Felix jamas habia sentido su propia alma, ni nada le habia hecho pensar que la tuviera.
La cafeteria daba a un jardin con grava, plantas de la zona y un conjunto de tres palmeras en el centro. En el ambiente flotaba un vago olor a detergente, que desde luego no habia sido usado para limpiar los restos de