banaba, hacia la cena y a veces llamaba a la vecina que les hacia de canguro y se iban al cine o salian con amigos, aunque era cierto que ella siempre se encontraba impaciente o ausente o somnolienta, no le interesaba nada de lo que se decia y queria regresar a casa lo antes posible. Habia que pensar que era normal que le preocupara dejar a Tito en manos ajenas, ?verdad, doctor?
El doctor meneo la cabeza dubitativo, la cuestion era complicada.
– Las evidencias apuntan a que se sentia mas desgraciada que feliz y el animo afecta al estado general.
Ahora que Felix habia comenzado, aunque fuese timidamente, a analizar a Julia debia ser lo mas objetivo posible aunque le doliese, de otra manera no podria ayudarla.
El doctor, entrelazando sobre el expediente sus pequenas y agiles manos, le dijo que nadie puede responsabilizarse al milimetro de la felicidad de otro.
– Son cosas que ocurren -dijo-. No se culpe. No podemos comportarnos con las personas que nos rodean como si se fuesen a morir dentro de cinco minutos porque entonces caeriamos en el paternalismo, la blandengueria, la concesion gratuita y no desarrollariamos nuestra personalidad.
«Ciertas alteraciones profundas del sueno -continuo mientras Felix trataba de contemplar con nuevos ojos un posible nuevo escenario de su vida- pueden conducir a estados graves. El conocer que produjo la alteracion del sueno de Julia podria ayudar, aunque tampoco es seguro que saberlo pueda corregir el dano, sobre todo porque no sabriamos como. Se pudo tratar de un suceso traumatico, de un desequilibrio nervioso, o simplemente de algo fisico, hay veces en que las conexiones fallan sin que intervengan los estados de animo. Tenga en cuenta que aunque se ha avanzado mucho en las investigaciones sobre el cerebro aun estamos empezando. Puede que lleguemos a conocer su funcionamiento general, pero no lo que es capaz de hacer. La mente continua siendo tan misteriosa como el universo que nos rodea.
El doctor se quedo un momento pensativo.
– Galaxias, cumulos, nubes de hidrogeno, estrellas que colapsan -por primera vez le miro directamente a los ojos para tomar tierra-. Vamos poco a poco. Y el caso de su mujer es atipico. Atipico quiere decir que es algo nuevo para nosotros y que quiza el tratamiento que aplicamos no es el adecuado o es insuficiente. Le sere sincero, estamos haciendo lo basico en estos casos.
– ?Como describiria el estado de Julia?
– Diria que esta sumida en un sueno del que no puede despertar. Sus ondas electromagneticas se comportan como en los suenos. Las hay lentas y las propias de la fase REM. La diferencia esta en que tiene menos movilidad. No se da la vuelta en la cama, ni saca por propia voluntad los brazos fuera de la sabana ni tampoco los mete,
pero cada vez damos mas credito a la posibilidad de que existan esas respuestas a estimulos externos de que usted nos habla, como apretar la mano o mostrar gesto de enfado o de satisfaccion, que se le acelere el ritmo cardiaco si suena que esta corriendo o que incluso sude si esta en pleno esfuerzo. Si nos olvidamos de lo que sabemos y de lo que no sabemos son posibles muchas cosas. Si no me engano, usted sabe distinguir perfectamente entre la fantasia y la realidad, algo mucho mas infrecuente de lo que pueda creer. En un principio los datos nos dieron un coma. Pero ha habido cambios. Le sere sincero, no estamos seguros de si ha evolucionado a mejor o si nos precipitamos al dar por hecho que estaba peor. El problema es que nos resulta dificil manejar este sueno persistente. De lo unico que podemos dar fe es de que esta dormida.
Romano estaba contemplando las palmeras del jardin mientras hablaba de espaldas a Felix. No era un hombre a quien le gustase estar mirando a los ojos de su interlocutor. La presencia del otro le resultaba opresiva, pesada, excesiva y se buscaba sus artimanas para alejarle de si lo mas posible mientras hablaban. De vez en cuando giraba la cabeza hacia Felix para comprobar si todavia seguia ahi, hasta que se volvio del todo.
– Insisto en la conveniencia de trasladarla a Tucson. Seguramente ellos le darian un enfoque mas apropiado.
Felix sin moverse de la silla rodante agacho la cabeza y la apoyo en las manos. ?Donde estaba Tucson? ?Y que clinica seria esa? Una clinica blanca y silenciosa con medicos y enfermeras y enfermeros vestidos de blanco caminando entre suenos y pesadillas. Hasta hace un momento esta habria sido una de esas historias que se ven en los documentales. Y, sin embargo, les estaba ocurriendo a ellos.
El doctor volvio a dirigirle una mirada que estaba en muchas partes a la vez.
– ?Y bien? ?Que le parece? Dadas las circunstancias, seria lo mas sensato.
En la aseguradora se daban cursos a los empleados de como envolver, convencer y en definitiva crearle al posible cliente la urgencia, con datos y calculadora en mano, de protegerse del futuro, de lo desconocido, de asegurar algo que aun no existia, y por tanto en la venta entraba en juego el miedo, no un miedo terrorifico, sino fino, suave como una sombra pasajera. Asi que sabia perfectamente que las ofertas habia que aceptarlas o rechazarlas con la cabeza fria, no dejarse llevar por el panico al vacio, ni por ninguna angustiosa necesidad de solucionar un problema que aun no existia. Y aunque ahora no se trataba de hacer una poliza de seguros ni de explotar ningun miedo inconcreto sino de devolverle la vida a Julia, la experiencia y la practica le hicieron esperar en silencio a que la sorpresa perdiera fuerza y su mente se calmara.
– Si le preocupa el precio, podemos recurrir a ayudas.
Felix considero oportuno continuar en silencio. Ahora era su mirada, y no la de Romano, la que vagaba por las estanterias y la que descubrio dos enormes volumenes sobre arte completamente fuera del tono general de este sitio. El doctor por su parte se sento por fin en la mesa ante el y su erratica mirada busco la erratica mirada de Felix hasta que ambas coincidieron.
– Bien, pues si esta de acuerdo iniciare los tramites -dijo y pulso una tecla del ordenador como si pensara ponerse manos a la obra en ese mismo instante.
Era el momento oportuno para que Felix se levantara.
– Me gustaria esperar un poco mas -dijo.
– Esperar… ?por que? No tenemos indicios serios de que vaya a mejorar y sobre todo no sabemos por donde tirar.
Felix no cayo en la tentacion de insistirle en que si habia indicios de cambio a mejor, cierto que leves y efimeros, pero tan reales como que ellos dos estaban hablando en aquel despacho. En terminos de realidad lo poco perceptible no existe menos que lo muy visible, son dos maneras diferentes de existir. En su actividad profesional habia visto muchas veces como en algo sin importancia aparente se encontraba la clave de los acontecimientos.
La mano del doctor se alejo del ordenador contrariada.
– Ocho dias mas y si continua igual veremos lo de Tucson. Piense que tal vez estemos perdiendo un tiempo precioso.
– Tal vez -dijo Felix-. Pero no podemos asegurarlo. Asumo la responsabilidad.
Romano se levanto, miro el reloj en su delicada muneca mas de lo esperable.
– Bueno, no nos precipitemos. Pienselo con calma y manana hablamos. Ahora tengo otra visita.
Felix salio. Ocho dias de prorroga. Recorrio el camino hacia la habitacion perdiendo la fe en la recuperacion de Julia. Un camino demasiado largo en que podian tenerse excesivos pensamientos negros. Un problema anadido a lo que le ocurria a su mujer es que se tratara de una enfermedad extrana, no tipificada y por ese lado inexistente, aunque existieran los efectos. Y era de temer que si los efectos no fuesen tan dramaticos ni siquiera la habrian ingresado en un hospital. ?Una narcolepsia prolongada? ?Una narcolepsia sin retorno? Una vez vio un documental sobre el tema en la television sin prestarle mucha atencion, la verdad. Podia ser tantas cosas, incluso alguna que aun no le hubiera ocurrido a otra persona. ?Como se le habia podido escapar que Julia iba cayendo poco a poco en este estado? En el fondo habia cometido la ingenuidad de creer que lo raro, lo que se sale fuera de lo normal, les ocurre a los otros, a los clientes de polizas millonadas, a los vividores, a los estrafalarios y a los que tientan la suerte, a quienes se dejan ver por el ojo que debe de existir en alguna parte del universo buscando siempre una presa donde posar la vista y su amor o su ira. Y de alguna manera Julia con su pelo rojo y su alma habia llamado la atencion del ojo.
Cuando llego a la 407 la luz de las once de la manana entraba por la ventana aclarando el mundo real hasta los minimos detalles. El suelo imitando marmol, el armario metalico banado del azul del cielo y el tono ocre de las paredes. El deslumbrante pelo de Julia, que Angelita tanto cuidaba para que al despertar se lo encontrara como estaba acostumbrada a verlo, resultaba demasiado brillante y vivo, demasiado resplandeciente en torno a alguien inmovil. Le habian quitado los puntos de la frente y en esa zona la carne estaba mas rosa. Las costras de los aranazos de las manos se le iban cayendo. Parecia que una parte de Julia volvia a la normalidad mientras que la