como para necesitar guardaespaldas?
En los apartamentos todo marchaba segun lo previsto. Los aspersores alrededor de la piscina funcionaban con un susurro continuo y las plantas estiraban el cuello hacia el sol. La normalidad lo sofocaba todo. Tambien se habia vuelto normal que Angelita, nada mas entrar el, colocara una rebanada de pan de molde en el tostador y cortara unas naranjas.
– Anda, hijo, duchate, mientras te preparo los huevos.
Dia a dia Felix iba observando cosas nuevas. Un mantel floreado, dos grandes tazas en verde y rojo (parecia que ella se habia decidido a usar la verde porque a el siempre le ponia la roja), un cuenco de ceramica blanca para las papillas de Tito. No entendia de donde sacaba esas cosas puesto que por alli no habia tiendas, al menos a la vista, a no ser que a la salida del hospital se marchase de compras al pueblo, lo que no creia posible dado el tiempo que le llevaria. Pero que mas daba, ni siquiera se le pasaba por la cabeza preguntarselo. Se trataba de consideraciones de retaguardia, esas que estan en segunda o tercera fila de los detalles importantes. Y, sin embargo, era un alivio fijarse en ellas, que revolotearan alrededor, seguirlas con la vista. Angelita ahora llevaba unos pantalones de algodon muy anchos que tampoco le habia visto antes.
Esta vez Felix prefirio desayunar antes de ducharse. Veia a su suegra ir y venir flotando en los nebulosos pantalones mientras sentia sueno. ?Sentiria tambien sueno Julia dentro del sueno? Pero incluso somnoliento el instinto que habia desarrollado en su profesion no lo dejaba tranquilo. Casi podia decir que en estos momentos de relajacion o medio letargo la intuicion se le desarrollaba mas que nunca. Podia decir que era entonces cuando en mas de un caso se le habian armado los datos en la cabeza hasta llegar a un estado de casi clarividencia. Y ahora que se encontraba exactamente en ese punto considero que su nueva imagen de pelo corto y rubio, la alegre ropa, la agilidad adquirida de la noche a la manana de su suegra eran senales que estaban diciendo algo. Su transformacion suponia una llamada de atencion del mismo calibre que cuando un semaforo cambia de rojo o verde. Y esta transformacion no iba a detenerse hasta que alguien recibiera el mensaje. No era descabellado pensar que hubiese estado mintiendo durante los veintiocho anos que tenia Julia.
Dio un sorbo al cafe y le costo estirar las piernas al levantarse para ir a echar un vistazo a Tito mientras Angelita les daba el toque final a los huevos. Tito dormia con un conjunto de pantalon y camiseta rojos que no habia visto nunca, asi que se temio que tambien hubiera comenzado la transformacion de su hijo. Volvio a su sitio y valoro la posibilidad de preguntarle llana y directamente si Julia era adoptada. Pero lo desestimo en cinco segundos, en cuanto la vio coger el bolso de paja, las gafas de sol y salir a toda pastilla hacia el hospital. La necesitaba con toda la energia posible, viniera de donde viniera esa energia.
Abordar el tema solo serviria para que Angelita se desmoronase. Estaba harto de ver como los sospechosos despues de confesar, despues de que se les ensenasen las evidencias del fraude, cuando se les ponia ante las narices la verdad se quedaban sin fuerza y habia que ayudarles a levantarse. Habia que darles un vaso de agua porque tambien se les secaba la boca. Habia incluso que recordarles su propio nombre porque tras el esfuerzo de memoria que suponia mantener todos los detalles de la historia que se acababa de venir abajo se quedaban en blanco. A su edad, a Angelita le costaria mucho recuperarse y ante todo la necesitaba. Necesitaba saber mas sobre Julia. Habria preferido ir descubriendola a lo largo de su vida juntos, pero eso fue antes del cataclismo, antes del diluvio, antes del presente.
El apartamento fue atravesado por un rayo de silencio. Nada mas se oia el chupete de Tito de cuando en cuando y tras las ventanas una vida lejana que lo envolvia todo.
Angelita estaria junto a su hija como mucho en media hora, lo que le tranquilizaba bastante. Entraba una maravillosa brisa por las ventanas, las cortinas se hinchaban parsimoniosamente formando globos de luz. Angelita era ademas de el la persona que mas la queria, que mas la cuidaba y con ella Julia estaba segura. Se tumbo en la cama y se quito un zapato con el otro, que salieron disparados al centro de la habitacion. Luego se desabrocho los pantalones y los empujo a los pies de la cama. Saber que Julia estaria bajo la vigilancia de su madre le sosegaba mucho. En algun momento habia puesto una de las novelas de Margaret en la mesilla de mimbre azulon y cristal y empezo a hojearla hasta que considero que deberia dormir porque enseguida llegaba la noche y el hospital. Y ademas deberia dormir para sonar. Nunca se habia fijado en estas cosas, no les habia dado importancia. Su dia a dia consistia en estar lo mas despierto posible y procuraba dormir lo suficiente para mantener los cinco sentidos alerta, no para sonar. Sonar era una actividad cerebral sin incidencia en la vida practica, salvo que uno se sugestionase. Sonar era algo que el cuerpo hacia por su cuenta, como orinar. El sueno era un residuo que habia que expulsar de la mente. Y jamas se habia tomado en serio que los suenos tuviesen alguna importancia por mucho que Freud se hubiese hecho famoso con eso. Asi que le resultaba dificil saber con que sonaba el. Su mirada estaba centrada en un punto fijo de la habitacion. ?Con que sonaba?
Alguna vez habia leido en una revista que era muy recomendable tener a mano papel y lapiz para describir en cuanto se abriesen los ojos, y antes de que los detalles se evaporaran, lo sonado. Recordaba con mucha vaguedad pesadillas que probablemente tendrian que ver con su trabajo. Eran esas veces en que se despertaba con la angustiosa sensacion de que le perseguian, de que huia, lo que quiza fuera un recurso creado por el mismo para ponerse en el pellejo de los que trataban de ocultarle lo que el se empenaba en descubrir. En otros suenos era el quien iba detras de alguien con ansias de cazador, lo que tambien podria ser una manera de advertirse a si mismo que tan peligroso acababa siendo ser cazado como cazar. A estas alturas ya sabia que la persecucion y la huida eran suenos tan normales que se los podria considerar arquetipicos. Por lo que era muy posible que Julia los tuviera y que por eso necesitara el anillo.
Con el anillo se sentiria protegida y segura. ?Y por que no? Puede que la ayudara a superar obstaculos de un modo casi sobrenatural. Al fin y al cabo era un sueno. Si el pudiera intervenir en ese mundo sonado y crearle la necesidad de buscar una salida dondequiera que estuviese, de huir de ese lugar hacia la salida para que al cruzarla despertase. Tendria que encontrar la manera de darle valor y confianza. Pero Felix tambien corria el riesgo de meter la pata como le advirtio Romano. El no estaba en sus suenos, no los veia, no sabia que ocurria en ellos y no podria saber si al influirle desde fuera no entorpeceria el curso natural que le conduciria a abrir los ojos. Julia tenia un hijo. Era imposible que se conformase con una realidad falsa. En alguna parte dentro de ella tenia que saber que habia dejado algo muy valioso a este lado y que debia venir a buscarlo. La cuestion era que no disponian de todo el tiempo del mundo, de unos dias mas si podia convencer al doctor Romano de que no la trasladase aun a Tucson. ?Con que sonaria Tito?
Julia
Permanecio sentada unos minutos en el coche antes de arrancar. La aspirina que le dio Marcus le habia venido bien, se encontraba mas despejada, aunque necesitaria desayunar algo. Pero ?a quien podia importarle ahora algo asi? Desayunar formaba parte de la rutina. La rutina de comer, de intentar hablar por telefono con Felix. Incluso la busqueda desesperada de su marido y su hijo estaba cayendo en la rutina. De pronto, de su blusa abierta subio un olor que no era el suyo, era el de Marcus. No se habia duchado despues de estar en la cama con el y ahora tenia que soportar llevarlo de alguna forma pegado a la piel.
Hasta ahora, desde que salio de la habitacion no habia sido muy consciente de ello porque tenia que huir y curarse la mano, pero a partir de este momento uno de sus objetivos principales seria acercarse a la playa y banarse, borrar cualquier huella de aquel ser odioso en su cuerpo y a ser posible en su vida. Y pensar que habria podido enamorarse de el. Y pensar que casi lo habia estado y que se le habia pasado por la cabeza olvidarse de Felix. Cuantas cosas increibles se hacen con el pensamiento, menos mal que no salen de ahi. Pero antes de la playa y la purificacion le esperaba algo mucho mas importante: encontrar el anillo. Esta era ahora la prioridad.
El reloj del coche indicaba las once menos diez. Desde que no llevaba puesto el anillo, desde que no lo sentia, habia ido de cabeza y no habia vuelto a notar con fuerza a los espiritus. Tal vez el anillo luminoso fuera algo asi como una puerta al mundo invisible o simplemente le daba confianza y seguridad. Fuese como fuese, debia recuperarlo. Recordaba que la noche anterior se lo habia quitado en los lavabos de La Felicidad pero se lo volvio a poner. Fue cuando encontro a Monique, la africana de la comisaria. Sabia que Monique le dijo algo. Algo que le impresiono, pero que ahora no era capaz de recordar. La siguiente vez que se lo quito fue en la casa del acantilado para ducharse. ?Volvio a ponerselo? Puede que se lo pusiera y se lo quitara de nuevo para dormir en la habitacion malva. O que se le cayera al saltar la valla.
Estaba circulando por el puerto en direccion a la carretera del faro. Si habia algo que recordaba bien era que la casa estaba pasando el faro. Por la ventanilla entro olor a flores recien regadas. Miraba a izquierda y derecha y parecia que los jardines de las casas flotasen por encima de ellas inundandolo todo. Lo mas probable era que