momento. Julia no tendria que estar haciendo esto, no estaba entre sus objetivos inmediatos, pero no queria considerarlo siquiera porque al mismo tiempo era algo que debia hacer, no solo porque lo deseara, sino porque si no lo hacia no podria recordarlo. Era como un recuerdo, era como volver atras en el tiempo.

En el cuarto habia una cama junto a la pared, con muchos cojines simulando que era un sofa, lo que la madre de Julia acostumbraba a llamar cama turca. Marcus tumbo a Julia sobre ella y le quito la blusa y los pantalones, y luego el se saco la camisa por la cabeza sin acabar de desabrocharsela, y Julia llevo la mano a la hebilla del cinturon de serpiente y mientras la abria se fijo en la hilera de vello que le subia hasta el ombligo cada vez mas fina y le paso el dedo por ella como si fuese algo que no pudiera dejar de hacer y entonces el se quito una bota con otra, se bajo los pantalones con dos sacudidas de las piernas y coloco a Julia encima cambiando la postura inicial. Ya no habia vuelta atras, a partir de ahora tendria que ocultarle este secreto a Felix, en caso de que llegara a encontrarlo alguna vez.

Marcus se habia quedado dormido. Dormia con respiracion apacible. Asi que Julia se encontro libre para revisar el cuarto. Sobre una mesa habia un archivador de fuelle y un ordenador portatil. La puerta de un armario chirrio un poco al abrirla. Habia pantalones, camisas y botas como las que llevaba Marcus. A veces terminaria tan tarde que no le apeteceria irse a casa y tendria aqui ropa para cambiarse. Tambien habia una maleta en la balda ultima del armario. O puede que viviese aqui. ?Cual seria la verdadera vida de Marcus?

Se vistio preguntandose que haria a continuacion cuando ya estuviera vestida, cual seria su proximo objetivo. Iria a hablar con Oscar. El tendria que explicarle que habia ocurrido con el coche, un coche no desaparece por arte de magia. Tendria que darle el coche o el dinero. El corazon comenzo a latirle con fuerza, ?y si no le daba nada?, ?y si negaba que el hubiese cogido el coche? Que te roben en tu propia cara es indignante, pero en la situacion de Julia suponia una autentica catastrofe. No entendia por que le sucedia esto, por que era castigada asi y por que la abandonaban los espiritus protectores. Hacia tiempo que no los sentia. No veia sus senales por ningun lado. Angel Abel, ?donde estas? Miro a Marcus tumbado en la cama turca y no parecia precisamente un angel. Daba la impresion de estar rodeado de una sutil oscuridad. No lo veia bien, lo veia como una ilusion.

Termino de atarse las zapatillas pensando que tendria que existir una puerta trasera por donde entrar y salir mientras la discoteca permanecia cerrada. Y existia, vio una en el lado opuesto al pequeno cuarto de bano. La abrio tratando de no despertar a Marcus, no porque tuviera algun interes en que descansara, no porque le preocupara su bienestar, sino porque desconfiaba de el. Hay personas que inspiran confianza y otras desconfianza, y Marcus inspiraba desconfianza. Fijo un momento la mirada en el techo para pensar mejor. Tenia la sensacion de leerle el pensamiento, de saber lo que pensaba y pensaba que Julia tenia miedo y que era facil conseguir lo que se queria de ella porque ademas se aburria y necesitaba emociones. «Las emociones son el oro y los diamantes de la vida, ?comprendes?», le dijo a Julia con el pensamiento como si estuviera sonando con ella.

Al abrir tuvo que guinar los ojos. La manana era de un azul tan y tan denso que llegaba al suelo y lo cubria como un velo. Serian las ocho o las nueve. No se atrevio a cerrar la puerta porque en cuanto cerrase se encontraria sola otra vez. Esta era la parte trasera de la discoteca y daba a un solar de tierra con algunos matorrales. Junto a la fachada se apilaban cajas vacias de cervezas y coca-colas, tonicas, refrescos, y mas alla estaban aparcados una furgoneta y dos o tres coches. Un momento, ?no era ese su Audi? Hizo el gesto instintivo de adelantar la cabeza para verlo mejor. Lo reconocia perfectamente, estaba a unos cincuenta metros y habria salido corriendo a mirarlo de cerca si no temiese que la puerta que tenia sujeta con la mano se le cerrara cuando lo mas probable era que las llaves estuvieran dentro del cuarto. Permanecio unos segundos de pie observando el coche. Sin duda era el suyo. Podria haberlo aparcado alli Oscar y que Marcus no lo hubiese visto siquiera, pero ?por que iba a aparcarlo alli? Felix en estas circunstancias le habria dicho que no rebuscara suposiciones, sino que se basara en hechos cuanto mas objetivos, mejor. Asi que entro de nuevo en la habitacion, y los hechos eran que el coche se encontraba a unos metros de Marcus. Por fortuna, Marcus no se habia despertado, solo habia apretado mas los ojos, molesto por algun rayo de luz.

Miro detenidamente sobre la mesilla, en el cenicero que habia en una mesa debajo de la ventana, encima de un monton de periodicos. Entro en el bano y escudrino en las repisas de cristal y en un cestillo con pequenos jabones de hotel. Unas llaves podian no verse con facilidad aunque se tuvieran delante de las narices. Volvio a repasar con la vista de nuevo el cuarto. En una silla estaban doblados, demasiado doblados, los vaqueros de Marcus y el cinturon sobre ellos. En algun momento en que ella fue al bano o en que no reparo en lo que el hacia, Marcus se dedico a ordenar su ropa. Del respaldo colgaba la camisa y en el suelo estaban muy colocadas las botas, y dentro de las botas los calcetines negros. No comprendia como no se asaba de calor.

La primera vez que lo vio, casi se fijo en estas cosas antes que en el mismo. Eran tan Marcus como el que dormia en la cama, y quien le iba a decir a Julia unas horas antes cuando las adoraba que ahora le fueran a producir un rechazo tan desagradable. Los bolsillos del pantalon quedaban junto al asiento asi que tuvo que darles la vuelta, y al darsela sono un pequeno tintineo que la dejo petrificada. Miro a Marcus, por suerte seguia dormido. No se permitio pensar ni un segundo que hacia nada habia estado en esa misma cama con ese extrano. Quiza pudiese hacer como que nunca habia pasado. Saco el llavero del pantalon y no le parecio que ninguna llave fuera la del Audi, aunque por si acaso pensaba llevarselo.

Se dirigio entonces al sifonier rojo del rincon, que daba una nota de alegria al cuarto. Abrio un cajon despacio, lo suficiente para meter la mano y palpar. Se concentro en esta operacion, que repetiria en el siguiente cajon. Pero cuando iba a sacar la mano, el cajon se cerro y sintio un dolor insoportable. Se oyo gritar dentro de la cabeza, igual que si hubiera gritado solo por dentro y el sonido no hubiera salido fuera. Se oyo gemir igual que si hubiese otra persona dentro de ella que tambien sintiera dolor. No lo entendia, ni tampoco era el momento de intentar comprenderlo. Vio la mano de Marcus en el cajon, cerrandolo.

– ?Se puede saber que buscas?

A pesar del dolor le quedaba un resquicio de lucidez para saber que podria decirle cualquier cosa menos la verdad.

– ?Estas loco? Estoy buscando algo que ponerme.

Marcus solto el cajon. Julia no tuvo que fingir para mirarle aterrada, pero si fingio para hablar. Se cogio una mano con la otra y se la llevo a la boca.

– Solo tengo esta blusa y esta sucia. Hay mas cosas en el coche, pero no puedo estar asi hasta que aparezca.

– ?Has abierto la puerta de la calle?

Seria mejor no mentir del todo.

– Si, queria saber que hora era.

– Pues no se. He visto que hacia sol y he vuelto a cerrar.

– ?Habia algun empleado colocando Cajas de bebidas?

– No me he fijado, no me ha dado tiempo -dijo Julia sentandose en el borde de la cama.

– ?No me enganas?

Estaba desnudo, y Julia evitaba mirarle, deseaba olvidar aquel cuerpo lo antes posible.

– No se que quieres decir. De verdad que no te entiendo. Tendria que vendarme la mano.

Marcus abrio el cajon completamente, y Julia pudo comprobar que las llaves no estaban dentro. Mejor dicho, la llave porque para no acarrear peso habia guardado las llaves del piso de Madrid en la maleta y habia dejado solo una arandela con la llave del coche. En unos dias pensaba hacer copia de la llave del apartamento y agregarla tambien. Fue en medio de estas consideraciones cuando descubrio una caja de conchas mal pegadas sobre el sifonier rojo. Era el unico objeto por alli con aspecto humano e intimo. Y desde luego lo habia hecho un nino. Pero ?que nino? ?Seria el unico objeto que Marcus conservaba de su infancia? No era el momento para preguntas de este tipo y ademas a Julia ya no le importaba, solo queria recuperar el coche y huir.

– Toma -dijo Marcus extendiendole un tubo de aspirinas-. Tomate una, te aliviara el dolor. Ahora tengo cosas que hacer. Sal por la puerta principal y no vuelvas hasta la noche.

Se oia ajetreo de limpieza en el local y por debajo de la puerta del cuarto entraba olor a detergente. Julia fue al bano y lleno un vaso de agua lentamente haciendo tiempo para pensar los pasos a seguir. Tambien se trago la aspirina con toda la parsimonia que pudo. Si salia, le resultaria muy dificil volver a entrar y recuperar la llave.

El entro en el bano con una toalla en la mano.

– Tengo que ducharme.

– Esta bien. Ya me voy -dijo ella bebiendo poco a poco del vaso mientras salia a la salita dormitorio.

Bebia pequenos sorbos para poder ir mas despacio. No le daba tiempo a planear, tenia que improvisar. Oyo

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