los cambios de estado de animo y de humor de Julia le trastornaban. Julia con mucha frecuencia se ponia triste o parecia ausente como si se dejase arrastrar por una fuerte corriente del pasado y cuando volvia a la normalidad suponia un alivio tan intenso para Felix, tan grande, que nunca habia experimentado una felicidad mayor, aunque sabia que no duraria para siempre. El achacaba los altibajos emocionales de Julia a su infancia, al hecho de haber crecido sin padre y con estrecheces economicas.
Entre los companeros quien mas quien menos aprecio esta trasformacion interna de Felix, y una chica de la seccion de Planes de Pensiones le dijo que se habia vuelto mas misterioso e interesante. Y el tambien se sentia distinto. Veia al Felix de hacia dos anos como a un hermano pequeno. Un hermano pequeno muy centrado en sus cosas que podria haber llegado con facilidad a director general de la empresa, pero que un dia conocio a Julia y empezo a sentir de otra manera y entonces a aquel Felix se le abrio una puerta que no sabia que estuviera cerrada porque ni siquiera sabia que existiera. Tal vez a Julia tambien se le abrio. Al ano siguiente nacio Tito y se abrio otra puerta mas. A estas alturas ya intuia que podria haber muchas mas puertas esperandole en el vacio. Lo que no podia prever era cuando ni donde se toparian con la siguiente.
No podia suponer que cuando decidieron pasar el mes de julio en la playa ya la estaban abriendo. Pensaron que a Tito le vendrian muy bien el sol y el agua, que le fortalecerian las defensas. Y a la vez Felix creia que a Julia y a el les vendria bien pasar mas tiempo juntos. Ahora ya nada de eso importaba porque habian entrado en un mundo extrano e inseguro, se diria que con menos gravedad y menos atmosfera y menos anclajes en el suelo. Pero si alguien le preguntara si queria regresar a aquellos inocentes tiempos en que la vida era simple no sabria que contestar porque cuando una puerta se abre se cierra otra.
Lo saco de su ensimismamiento el sonido del movil. Era Angelita, que le llamaba porque se habia acordado de algo.
– Julia se quejo, poniendo ese gesto de molestia del que te hable, despues de que se oyera un gran estruendo en el pasillo. Creo que se cayeron al suelo unas bandejas del carro de las comidas y se asusto. Hasta ahora no he relacionado una cosa con otra. El caso es que se asusto, tuvo que ser eso.
– Se lo comentare manana al doctor Romano -dijo Felix.
Abel lo observaba con curiosidad. Felix sabia que iba a preguntarle que ocurria y se adelanto.
– Cosas de mi suegra. Se empena en que a Julia le ha asustado el ruido de unas bandejas que se han caido en el pasillo esta tarde.
– Ha sido muy desagradable. Yo estaba echando una cabezada en el sillon y he dado un bote. Los enfermos somos muy sensibles.
– Entonces… ?cree que es posible? Usted pasa mucho tiempo aqui, ?ha notado que ella responda a los estimulos del entorno?
La respuesta era tan previsible que se arrepintio enseguida de haber preguntado algo semejante a un hombre tan pragmatico y realista, con los pies en la tierra, que se guiaba por los numeros.
– Si existe alguna posibilidad -dijo- de que se recupere, se recuperara. Parece fuerte.
Por el cielo negro se desplazaban jirones de azul oscuro que ocultaban parte de la luna. La que se veia caia sobre las palmeras del jardin como un foco de luz. Felix fue hacia el ventanal, ?lloveria? Nunca habia vivido en el campo y no sabia estas cosas.
– ?Cree que llovera?
Abel echo un vistazo al firmamento.
– No, al amanecer despejara.
Tampoco Felix se consideraba precisamente un sonador ni habia necesitado tener fe hasta ahora. No entraba en sus calculos. Su trabajo le habia ensenado a ver la vida sin florituras o. quiza por su forma de ver la vida habia encajado bien en el oficio de investigar, de analizar la vida de otros profunda y friamente. Abel no necesitaba tener fe en la recuperacion de Julia porque no significaba nada para el y no tenia por que alterar su sistema de creencias. No tenia por que desear que fuese la de antes porque ni siquiera la habia conocido antes. Sin embargo, desde lo de Julia a Felix le parecia que nunca habia pisado sobre seguro tanto como creia. No habia nada seguro, todo era tambaleante, oscilante, solo que uno no se daba cuenta de que el suelo se podia abrir en cualquier momento. Asi que estaba dispuesto a considerar todo posible matiz, propuesta o creencia.
A eso de las nueve, mientras Felix bajaba a la cafeteria a tomarse un bocadillo y un cafe, Abel se quedo tumbado en la cama de al lado que nadie ocupaba porque para cualquier enfermo seria muy deprimente y negativo estar junto a un paciente permanentemente dormido, menos en el caso de Abel, al que todo el personal sanitario de la planta estaba harto de decirle que esa no era su habitacion y que debia descansar mas.
En el fondo, era en la cafeteria del hospital donde mejor se encontraba Felix porque alli hasta lo mas grave era normal. Alli le comprendian. Alli a todo el mundo le ocurria algo, y no queria que trasladaran a Julia a ningun otro lugar porque alli estaba el principio de su largo sueno y alli aun habia esperanza de que se abriera el circulo por decirlo de alguna manera, a pesar de que el doctor Romano le habia dicho que en un caso como el suyo segun pasaban los dias el reloj iba en contra de su vuelta a la normalidad.
Debian intentarlo todo. Atender las senales que lanzaba la propia Julia por imperceptibles que fuesen y tambien las reacciones de quienes la rodeaban, porque esas mismas reacciones revelarian la intensidad de las senales. Si lo pensaba, el mismo Abel habia cambiado algo desde que le hablaba a Julia. Tal vez le habia contado un gran secreto o puede que una banalidad, el caso era que se le veia mas pensativo, reflexivo como si hablando y hablando hubiera descubierto alguna verdad sobre si mismo. Ahora Abel cuando estaba sentado en la cama vacia o en la silla se quedaba absorto en el suelo comprendido entre los pies, en un claro acto de reflexion. Felix podria haberle preguntado si le ocurria algo, si es que se habia producido algun cambio en su evolucion clinica, pero no era necesario llegar a ese grado de confianza, era evidente que la presencia de Julia y algo que emanaba de ella estaban influyendo en su manera de ver las cosas y de verse a si mismo.
Felix se sento en una mesa junto al jardin al que daba la cafeteria. Estaba agradablemente iluminado por unas luces verdes ocultas entre piedras y plantas. Ahora Tito ya estaria acostado y Angelita veria la television limpiandose de vez en cuando la humedad perenne de los ojos. La rejuvenecida vejez de su suegra no eliminaria, sin embargo, la experiencia que dan los anos. Se pregunto si lo que se llama experiencia no seria un cargamento de prejuicios, ilusiones y falsas ideas. Le gustaria saber en que consistia la experiencia de Angelita, y la de Abel. No querria que le contaran sus vidas sino solo la experiencia de esas vidas, que le dijeran que se sabe cuando se llega a ese punto.
En este sentido Julia era sorprendente. A veces parecia tener mucha menos experiencia de la que le correspondia por la edad y su trabajo, que la obligaba a relacionarse con bastante gente. Y otras daba la impresion de haber llegado a una gran madurez. Sin embargo, a Felix no le dio por pensar en ello seriamente, ni seriamente ni de ninguna forma. No le gustaba observar ni analizar a Julia como si fuera un cliente, una sospechosa o una desconocida, Julia era parte de su vida, no de su trabajo. En el momento que le hiciera mas pensar que sentir ya no seria la Julia de quien se habia enamorado.
Aprovecho que a Julia le interesaba la investigacion que el realizaba en su hotel sobre el robo de la diadema de la novia para citarse con ella fuera de alli. A Julia le gustaba ir como cliente a los bares de otros hoteles para comprobar como era el servicio y mejorar el suyo. Cuando su jefe, Oscar Laredo, se jubilara, ella pasaria a ser la encargada principal y queria introducir mejoras. Lo observaba todo con ojos expertos, los uniformes, la colocacion de las botellas, la disposicion de las mesas, el sabor del cafe, la rapidez con que cambiaban los ceniceros, el tipo de pequenas bandejas en que traian las cuentas. Comentaba las reformas que haria, como pintar las paredes de la zona mas alejada de las ventanas de amarillo intenso y colocar lamparitas de luz muy tenue aunque fuese de dia. Decia que las casas necesitan mucha luz, que entre el sol a raudales, pero lo ideal para el bar de un hotel era la atmosfera de pub ingles. La semioscuridad donde todo el mundo tenga un aire misterioso y no resalten los defectos. La gente que se cita en el bar de un hotel quiere verse atractiva y hablar en voz baja y es un error que aunque sean las cuatro de la tarde entre claridad como si estuviera en medio de la calle porque se priva a los clientes de intimidad. Para ellos este tipo de bares tendria que ser como el salon de una casa que no fuera la suya. Tenia las ideas tan claras sobre lo que queria que Felix llego a pensar que cuando ahorrase suficiente dinero compraria un local para que Julia montara un negocio a su gusto. Pero no hizo falta porque aquella ilusion duro hasta mas o menos su cuarto mes de embarazo.
?Que le ocurrio a Julia en esa epoca? Por la mania de respetar la personalidad y privacidad de su mujer al maximo no se habia enterado de pormenores que ahora la ayudarian, porque ahora podria ser que su supervivencia dependiera de lo que Felix supiera de ella y de lo que supiera que ella sabia. Si alguien le pidiera que describiese a Julia tendria que ponerse en el lugar de otro o recordarla como la primera vez que la vio.