Hortensia le hizo unas cuantas preguntas solo por ver como reaccionaba y le quito la tarta de encima.
– Bienvenida al mundo real -le dijo.
Felix le coloco a Tito, que estaba concentrado en su chupete y en dormirse, al lado y le cogio a Julia una mano. Julia se la apreto.
– Aun esta entre dos mares, como si dijeramos -dijo Hortensia disimulando una pequena alegria interior-. Ha llegado el momento de llamar al doctor.
– Ya estas aqui -le dijo Felix a Julia-. Estas con Tito, conmigo y con tu madre.
Julia miro a su madre. Seguramente al verla con este pelo amarillo y asi vestida le pareceria que estaba sonando. Llevaba puestos una camiseta negra de tirantes que dejaba al descubierto sus flacos brazos abrumadoramente pecosos y una falda larga de algodon rizado. En la muneca se habia puesto unas finas tiras de cuero que le habia comprado a unos hippies. A Felix le asusto que esta vision pudiera confundir a Julia y que pensara que era ahora cuando estaba dormida y que tratara por todos los medios de despertar, lo que equivaldria a volver a sumirse en el sueno. Que dificil era explicar que la realidad era real. El mismo, si tomaba en cuenta su propia experiencia,
tenia que admitir que mientras sonaba nunca se cuestionaba que el sueno fuera real. Simplemente le ocurrian cosas y el sentia que le ocurrian y las emociones eran tan fuertes o mas que estando despierto. Y si comparaba los suenos con la realidad, lo que de verdad los diferenciaba en su mente era que cuando estaba despierto podia recordar suenos, pero dormido no pensaba en la realidad porque creia que todo era realidad. La verdad era que basandose en hechos objetivos, nada era objetivo.
– Este sol brilla mas -dijo Julia-. Creia que el sol era brillante, que era como un cristal, pero ahora que veo este, el otro no era tan brillante.
Se encontraban tan excitados que Angelita no se marcho con Tito al apartamento. Hortensia le recomendo a Julia descansar porque el esfuerzo que habia hecho para poder despertar seguramente habria sido agotador. Pero Julia dijo separando mucho una palabra de otra que mientras pudiera estaria despierta y que le aterraba la idea de dormirse de nuevo.
El personal sanitario estuvo haciendole distintas pruebas hasta que por la noche Felix pudo contarle que habia tenido un accidente y una conmocion cerebral sin gran importancia y que ya tendrian tiempo de hablar de eso. Increiblemente, Julia permanecio mas tiempo despierta que antes del accidente, en que siempre estaba cansada y el sueno la rendia en cualquier parte.
Cuando el doctor Romano llego a primera hora de la manana ya sabia como iba la cosa. Dijo que habia ocurrido lo que tenia que ocurrir.
– ?Y si hubiese sucedido lo contrario, si no hubiera despertado? -pregunto Felix.
– Pues lo mismo. Habria ocurrido lo que tenia que ocurrir. Julia ha hecho lo que podia hacer. Si no hubiese podido, no lo habria hecho. El cerebro busca caminos e inventa recursos para ayudarse a si mismo, para responder a sus deseos. Y el deseo de Julia era volver con vosotros.
– ?El deseo puede hacer tanto?
– Necesitamos desear, amar y tener proyectos para ser recompensados. Se encuentra dentro de los mecanismos de supervivencia.
Si, quiza Julia habria necesitado el amor por su hijo para sobrevivir y despertar. No le cabia duda de que Tito habia tirado de ella, y tambien consideraba muy probable que hubiese tirado Marcus, precisamente por lo que el doctor decia del amor. Felix sonrio para si, ahora volvian a ser importantes cosas irrelevantes hacia un momento, como lo que pudiera sentir Felix por la relacion de Julia con el tal Marcus. Hacia un rato cualquier asunto, cualquier novedad se media por la capacidad que tuviera de inducir a Julia a encontrar la manera de volver. Y tanto Marcus como la tarta de Angelita habian tenido en este sentido un valor cientifico. Ahora ya no.
Los dias siguientes
Felix
Julia debia quedarse una semana mas en el hospital para observar su evolucion. Debian controlarla y hacerle diversas pruebas y unas cuantas sesiones de rehabilitacion para recuperar el tono muscular y fue un alivio comprobar que durante ese tiempo la mejoria fue muy positiva. Al principio se resistia a quedarse dormida si no habia alguien a su lado al que rogaba que pasado un tiempo prudencial de sueno hiciera todo lo posible por despertarla. Hasta que poco a poco fue tomando confianza y la trasladaron al apartamento.
Fue por su propio pie hasta el coche. Le dieron el alta un martes a la una de la tarde. Su madre le habia dejado en el armario metalico ropa limpia y unas sandalias. Un vestido suelto con volantes en el bajo y pequenas flores rojas y su mochila. Habia adelgazado tanto que el vestido se le habia quedado demasiado ancho. El dia estaba nublado. Felix cogio la bolsa de plastico del armario y echo un ultimo vistazo por si se dejaban algo. Recorrieron el pasillo lentamente. Ese dia no vieron a Hortensia y no se pudieron despedir de ella. Julia dijo adios a todos los que estaban en el pasillo los conociera o no.
– Asi que aqui he estado ocho dias completamente dormida.
Felix no contesto, no era una pregunta. Julia necesitaba ir haciendo pie en su vida y nadie podia ponerse en su lugar, ni siquiera el. Sentia un gran respeto por lo que le habia ocurrido. Tuvieron que bajar al parking en el montacargas. Al cruzarlo, Julia sintio un escalofrio y Felix la cogio por los hombros.
Cuando entraron en el coche, Julia le dijo, «Tengo que decirte algo. Durante estos dias he descubierto que soy capaz de hacer cosas que antes ni se me pasaban por la cabeza, algunas horribles».
– Pistabas sonando. No somos responsables de lo que hacemos sonando y ademas los suenos no tienen sentido.
Julia resultaba extraordinariamente fragil. Tenia el pelo algo sucio sin lustre, los ultimos dias habian bajado la guardia en el aseo pensando que dentro de poco podria banarse a placer. Y el cuello y los brazos salian delgados y muy blancos del amplio vestido de florecillas rojas, la cara se le habia afilado y la mirada aun nadaba entre dos mares, como diria Hortensia.
– Te lo aseguro, yo era yo. No era distinta de como soy ahora. Y en el sueno era culpable…, muy culpable.
Felix considero que no valia la pena insistir en que nadie le da ninguna importancia a lo que hacemos sonando. En suenos uno puede hacer el amor con alguien que detesta y clavarle un cuchillo a alguien que ama, por eso habia que interpretarlos.
– Pero ahora estas aqui, y aqui no eres culpable. Aqui todo es normal y corriente -dijo Felix temiendose que no fuera del todo cierto.
Circularon por la carretera del puerto. Julia bajo la ventanilla. Hacia bochorno pero era normal que a ella le gustase, llevaba metida en la habitacion muchos dias. Al pasar por la lonja de pescado le pidio a Felix que condujese despacio. Lo miraba todo con avidez, de una forma exagerada.
– ?No seguire sonando? -dijo completamente desconcertada.
Esta pregunta que en cualquier otra persona habria sonado a frase hecha, dicha por ella inquietaba bastante. Puede que le costase recuperarse mas de lo estimado en un primer momento. Incluso podria ser necesaria la ayuda de un psicologo.
Tardaron en llegar mucho mas de lo normal porque le pidio que le ensenara donde habia tenido el accidente y tambien que parara un momento en La Felicidad, cuyo gran rotulo luminoso ahora estaba apagado. Y la puerta principal, al abrir solo de noche, permanecia cerrada como una caja fuerte. Julia, a pesar de que se sentia debil, se empeno en salir del coche y revisar por ella misma las inmediaciones de la discoteca.
– Por algun sitio tendran que meter las bebidas -dijo-. Seguro que hay una puerta trasera.
Desde alli no podian saberlo porque una valla impedia el paso. Y entonces Julia se empeno en bordear el local con el coche. Tampoco por aqui se podia entrar, habia una valla baja de obra, de construccion mediterranea, una especie de cenefa de cemento con muchos agujeros. Desde luego se veia una puerta trasera y cajas de diferentes bebidas. Julia se cogio la cara con las manos.
– No se que me pasa.
– Ya no te pasa nada -dijo Felix.
Felix estaba deseando llegar al apartamento. Seria la primera noche en muchos dias que dormiria alli, con la