habia escogido a el como protagonista y a ella como victima. Nadie habia oido nada. Ninguna investigacion, penso anticipandose a los acontecimientos aun antes de haber adoptado una determinacion que una vez mas habria de tomar el tiempo por el, sabria nunca lo ocurrido. No habra testigos, penso con una lucidez de acero en la mente, nadie podra acusarme de lo que no he hecho.

Una bandada de gaviotas silenciosas se alejo en vuelo raso como si alguien hubiera echado basura por la borda, como minusculas manchas blancas suspendidas sobre el agua, como luces fugaces en el pasmo de la noche.

Pero el miedo disloca e invalida todo proposito, todo plan, toda estrategia y nunca se hace complice de aquel a quien atenaza. Martin se dejo caer sobre cubierta con tal excitacion en el cuerpo que se reproducia en el temblor de las piernas y le discutia el ritmo al corazon, y en el sofoco en la cara emergiendo del calor opaco que le envolvia. Le dolia la sien y se toco la ceja: sintio el tacto viscoso y al acercarse la mano a los ojos vio la humedad oscura de una gota de sangre. Habria podido morir, penso. ?Morir? Ella va a morir. Volvio a la realidad. Tengo un minuto para pedir auxilio. Tengo que hacerlo. Ahora, ahora mismo. Si no lo hago sere un asesino. Ahora. Ahora. Pero no se movio. Permanecio esperando un desdoblamiento de si mismo que le incitara a gritar. Un golpe seco se levanto sobre el inicio de Poveri fiori que se repetia por enesima vez: la tapa de la nevera al cerrarse. Luego los golpes en los peldanos de la escalerilla.

Si no grito ahora mismo pidiendo auxilio me convertire en un asesino, habia dicho hacia un instante. Tom volvia a sentarse tras la rueda del timon pero no le llamo. Se ha ido, penso al comprobar que esa parte de si mismo se negaba a pedir ayuda, se ha ido sin ruido, sin que nadie se diera cuenta, como se van los ajos vanos.

El sudor le caia por la frente a chorros y tenia el cuerpo helado en contraste con la sangre ardiente que martilleaba las sienes, las munecas, las piernas, hasta convertirse en un estremecimiento compulsivo que le impedia mantenerse incorporado. Se agarro al palo con una mano y con la otra se seco el sudor que confundido con la humedad descendia por su rostro sin poder detener el temblor que le hacia castanetear los dientes. Busco con los pies la escotilla porque estaba ciego, yo ciego y ella muerta, penso, y a tientas metio las piernas y se dejo caer en la litera: el choque de su cuerpo contra el colchon le asusto y oyo entonces el golpe de su cuerpo contra el mar que no habia oido y su grito truncado.

Intento cubrirse con la sabana pero le quemaba en la piel como la lana bajo el sol. Cogio la botella mediada de whisky del estante y bebio un trago largo, y luego otro y otro hasta que la apuro. En la confusion de su pensamiento sin imagenes, sombras indescifrables, palabras oidas o rememoradas se atropellaban y empujaban como la lava de un volcan deslizandose por la ladera del monte. Algo pugnaba por abrirse paso en la memoria que la voluntad habia encubierto durante anos, vagos indicios, pretextos para extranas ausencias, viajes jamas suficientemente aclarados con los hijos, silencios sobre ellos, el piso que habia recibido de unos padres a los que no volvio a ver… ?Por quien habia sufrido ella, por mi o por el? ?A quien habia sido fiel esa mujer, en quien habia confiado? Habia mentido a todos y a todo, incluso a si misma, ocupada unicamente en acomodar los acontecimientos al personaje que habia creado, en manipularlos para construir con ellos una historia que ella era la primera en creer. Lo de menos ahora es que fuese cierto lo que habia dicho. Por primera vez se dio cuenta de cuan reales pueden ser las intenciones, tanto o mas que los hechos que pretenden encubrir o inventar. Porque no puede ser cierto, recapacito, lo ha dicho solo para ofenderme. Pero la sospecha no le proporciono solaz sino que se acrecento el rencor y el odio por ese ser que se deslizaba y se fundia en su mente y del que solo quedaba ahora el balbuceo entre lagrimas y el brillo metalico de su mirada azul.

Se levanto y entro en el cuarto de bano. Encendio la luz: apenas reconocio la cara blanca, sudorosa, de calidad marmorea que le miraba desde el espejo. La renuncia, concluyo un segundo antes de vomitar en un solo chorro todo el alcohol que acababa de tragar mezclado con los restos de la cena, no sirve como prueba de amor, no hace mas que mermar la propia vitalidad, la fuerza y la energia, y la misma identidad de quien con ello cree haberse elevado a si mismo a una categoria de ser superior y convertir al otro en deudor de tan elevada gracia para el resto de sus dias. Tenia ahora la cara congestionada. ?Estupido tu!, grito al Martin que tenia enfrente: ella ni siquiera renuncio a nada, no voluntariamente y menos por ti.

Limpio el lavabo con esmero entreteniendose en las pequenas manchas que el vomito habia dejado en el suelo y solo dejo de frotarlo una y otra vez con un trapo que habia encontrado bajo el lavabo cuando reparo en que el ruido de la bomba de agua se iba incrementando y tuvo miedo de alertar a los demas. Entonces se enjuago la cara y las manos y volvio a mirarse. El espejo le devolvio un rostro de piel morena y oscura con una barba de dos dias que no se correspondia ni con el afeitado de esa misma tarde, ni con la piel lisa e imberbe que tanto habia llamado la atencion de Andrea, de grandes ojos oscuros fijos en los suyos con aire interrogante: ?que miras?, ?que miras, imbecil? No te has enterado de nada, nunca has sospechado nada, eres un idiota Hace anos que eres un pelele idiota. Se callo obnubilado por ellos, hipnotizado casi, y asi permanecio -como tantas veces en el cenit de las reconciliaciones se habia detenido en la mirada vaga de Andrea para licuar en ella el amor y perderse en la estatica expresion de sus pupilas- hasta que dejaron de tener significado la cara y el cabello negro y humedo sobre la frente y en la inmovilidad prolongada se detuvo un instante el pensamiento y el rostro se unio a las sombras sin contenido que le roian la inteligencia. Solo un instante de alivio.

?Quien sabia la verdad? Quiza el mundo entero, quiza yo no soy mas que un payaso a quien se aplaude para que en su vanidad no se entere de lo que ocurre Y siga haciendo sin saberlo el papel que se le ha adjudicado. Nunca sabremos lo que somos para los demas, repitio una vez mas, moriremos sin conocer nuestra imagen oficial, la trama y urdimbre que van tejiendo entre todos hasta cimentar la personalidad con la que andamos y vivimos y llevamos a cuestas sin entender de hecho en que consiste. Volvio al camarote y se dejo caer en la litera. Alargo la mano y la extendio sobre la sabana. Una cama ancha, extensa como una meseta que a partir de ahora podria recorrer interminablemente sin obstaculos, buscando escollos y hormigueros escondidos, y se dejaba envolver por la extrana placidez que se extendia por su cuerpo como si el vomito le hubiera liberado para siempre de un antiguo lastre. Ya no despertaria con la sensacion de otro aliento a su lado, un cuerpo sumergido en su propio abismo dejando solo la carcasa para el, ya no oiria esos ruidos de vida ausente, opacos, conatos de ronquidos como el resoplido de un animal dormido, sin comprender que habia en su interior. Ni tendria que navegar. Odiaba navegar, odiaba su trabajo, se odiaba a si mismo jugando a ser importante, actuando y acumulando como si fuera cierto que construimos para la eternidad.

No oia los embates de las olas contra el casco del Albatros ni se reprodujo otra vez el grito que no oyo ni el choque que por un golpe de mar nunca arrastraria su memoria. Pero le traiciono el olfato porque al darse la vuelta inquieto, el olor de la almohada implanto de nuevo la presencia que creia alejada. Y lloro entonces como lloran desconsoladas las viudas al hombre que las machaco, porque la muerte transforma el cuerpo del ausente, y sin testigos para desmentirla ni enmendarla, inmoviliza para siempre en la memoria del que sobrevive una historia que los redima a ambos, y se convierte entonces la muerte del ser amado en una muerte mas muerte que las demas muertes cuando en realidad no es mas que la misma muerte de todos y de todo, solo que en momentos distintos. Pero aparto la imagen que se repetia en la abstraccion de un tiempo sin ritmo ni agujas para intentar dejar la mente en blanco. Con todo fue capaz de ver como habia emergido del agua despues de la caida. Al principio debio creer que el Albatros se habia detenido y alguien habia saltado al agua para salvarla, y casi se habria dejado morir en un intento de agravar la situacion para que fuera mas obvia y pesada su culpa, cuando debio de darse cuenta de cuan vano era el intento al renacer la calma y alejarse y desvanecerse en la distancia el motor del Albatros devorado por la oscuridad, una sombra entre las sombras siguiendo un rumbo que tampoco podia precisar porque los cristales de las gafas estaban mojados y los ojos le picaban. Debio de comprender entonces que el la iba a dejar morir. Y grito probablemente, grito con todas sus fuerzas mientras movia los brazos envuelto el cuerpo en el estupor y la impotencia. Tal vez tardo tanto en comprenderlo como el tiempo que necesito para acomodarse a la oscuridad. De vez en cuando todavia un golpe perdido que traeria el viento o quien sabe si se escurriria por las corrientes ocultas del mar hasta sus piernas y aguzaria los sentidos entre sus propios sollozos y gritos para atinar a descubrir en que direccion habia de pedir auxilio. Hasta que finalmente dejo de oirlo.

Quedo entonces a merced de los espacios vacios del mundo que existian por si mismos, sin testigos, estepas interminables a la luz de la luna o a oscuras, rios de montana que se precipitaban por los riscos en el silencio de la soledad, abiertas magnitudes de oceano ante amaneceres y ocasos, noches y dias desde el principio de los siglos sin un ojo humano para dar fe de ellos, igual que ese pedazo de mar que la habia acogido hasta que devorara el tiempo su piel y su memoria. Puesto que hemos de morir ya estamos muertos. Quiza en ese instante viera asomar por el horizonte el cuarto de luna como le habia sorprendido a el la noche anterior y cobrara la

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