Al llegar a la cumbre, en San Sergio, deje a Setrak en el coche y le dije que me esperara al pie del pueblo, en Santa Tecla. Me miro con estupor.

– Yo puedo esperar a que acabes la visita -dijo.

– Gracias, pero prefiero ir caminando.

Me dio la espalda moviendo la cabeza como si me dejara por imposible.

Una vez dentro del monasterio y aunque no queria guia no tuve mas remedio que oir lo que recitaba el monje con voz monotona porque estan prohibidas las visitas si no se va en grupo. Habia varios alemanes que escuchaban con atencion.

– ?Habla usted aleman? -me pregunto el monje-. Si quiere despues se lo repito en frances.

– Se aleman -respondi, aunque mi conocimiento se limita a unas pocas palabras, porque detesto las visitas guiadas en grupo.

– Nosotros somos griegos porque somos orientales -repitio entonces en frances contra toda logica-, somos catolicos porque creemos en el papa y somos merquitas porque celebramos la misa en arabe.

Deje de escuchar porque habia vuelto al aleman y me concentre en los iconos y los arcaicos altares de la iglesia que conservan la losa vaciada de las antiguas mesas paganas para el sacrificio de los animales. Recorrimos naves excavadas en la roca y aposentos de la comunidad y llegamos al ultimo espacio de la visita, la tienda donde se venden cintas con una oracion en la lengua de Jesus, reproducciones de los iconos, estampas, platos y hasta cucharillas con la efigie de san Sergio. Deje a los alemanes comprando sus recuerdos, sali del monasterio y me fui en busca del camino que, segun una antigua tradicion, abrio el Altisimo entre las rocas para que santa Tecla pudiera escapar de sus paganos padres que al parecer la perseguian con sana, modificando, igual que la cantera, el perfil de la cordillera y del paisaje. El pueblo esta formado por casas colgadas en la montana, con sus callejas sobre las azoteas de las inferiores, y los caminos que corren entre ellas se deshacen en escaleras que a su vez se encaraman en otras azoteas, pintadas todas de azules palidos, azules de anil, el mismo azul de las ventanas de tantas casas del Mediterraneo, el azul que ahuyenta a los malos espiritus y a los mosquitos. Pero tambien aqui ha llegado la fiebre de la modernizacion y de los apartamentos con terraza, y las casas remodeladas ya no estan pintadas sino encaladas. Me detuve a media ladera y entre las rendijas de las altisimas rocas que el Altisimo separo, vi la inmensidad del horizonte cruzada por las carreteras del llano donde rompen el silencio las pequenas motos sin silenciador de los nuevos beduinos que las recorren con la cabeza envuelta en el ‘kufie’ a cuadros y las rodillas a la altura de las manos. El paisaje grandioso tiene el aire desordenado que dan las piedras y pedruscos esparcidos por doquier y los plasticos que ya invaden el pais, igual que las playas del cabo de Creus y del resto del Mediterraneo, planean indestructibles por el llano, como alas de aves siniestras, hasta que los detienen alambradas o cercas donde seguiran debatiendose para siempre prisioneros bajo el sol de este Levante que en menos de veinticinco anos se habra cubierto de una capa de plastico.

?Que habria ocurrido si los cascos de soldado de las legiones romanas, y de los ejercitos cartagineses, godos, arabes, mongoles, napoleonicos, y sus indumentarias y sus carros, no hubieran sido de materias capaces de refundirse y deshacerse para formar parte del mundo que nos encontramos al nacer?

?En cuantos se habrian convertido los pocos que la historia ha preservado para que las generaciones futuras los admirasen en los museos locales? ?Donde se guardaran las toneladas de desechos fabricados con sustancias indestructibles?

?Donde se vierten ahora?

El convento de Santa Tecla, al que llegue despues de atravesar todo el pueblo de arriba abajo, es una copia de chalet suizo con sus techos de pizarra y sus infinitas riquezas, y parece reproducir la misma historia de devocion y fanatismo que envuelve a la sobrina del profeta pero sin apenas fieles y mucho mas comercio. De todo habia para que vendieran esas monjas vestidas con habito negro y toca blanca, mas cubiertas aun que las mujeres integristas, mientras me contaban que santa Tecla fue una protomartir y tiene por tanto categoria de apostol.

Setrak me esperaba junto al convento y continuamos el viaje.

El ejercito.

En Siria el ejercito y sus instalaciones estan siempre presentes, aunque sea desde lejos, porque no esta permitido acercarse ni detenerse cerca de los cuarteles y campamentos que lindan con los poblados, o con el paramo del que apenas se distinguirian -ocres como la tierra las construcciones y las tiendas, y verdes los camiones como el verde sombrio de los cipreses de no ser por el gran arco de la entrada en cuyo cenit sonrie la efigie del presidente Al Assad.

El mismo arco, aunque mas sobrio y menos festivo que el que se levanta a la entrada de todos los pueblos y ciudades.

Habiamos llegado a un punto donde el viento que se filtraba por una rendija entre las montanas del Antilibano habia dejado los arboles escorados.

De pronto aparecieron por el norte cinco helicopteros militares volando tan a ras de tierra que se podia ver la cara de los pilotos.

Al coger la maquina para hacerles una fotografia, Setrak me detuvo con mano firme mientras chillaba:

– ?No! ?No!, es el ‘muyabarat’, ‘c.est le deuxieme bureau [1] ‘ -y estaba asustado.

Entendi que me estaba hablando de la policia secreta. Aunque no parece tan secreta, le dije.

– Podriamos tener problemas -respondio en el tono del que no quiere hablar de todo lo que sabe.

Y cuando insisti para que me contara mas, miro a lo lejos como si no me oyera y no respondio.

No se si los helicopteros eran o no de la policia secreta, lo que si supe mas tarde por informaciones y cifras de Amnistia Internacional es que hay en Siria tres clases de ‘muyabarat’: el general, el militar y el de las fuerzas aereas; hay ademas ‘Al Amn al Siyasi’, las fuerzas de seguridad politica, y la oficina de seguridad nacional que depende del Consejo Presidencial, sin contar con las Brigadas para la defensa de la Revolucion compuestas de unos veinte mil hombres y las unidades especiales de informacion de paracaidistas y comandos.

Y seguimos. Yo tenia sueno, hacia calor y la noche anterior habia dormido poco preparando el viaje con Teresa y Adnan y creo que habia abusado de ese vino tinto espeso, sabroso y peleon que debian de haberse traido de las profundidades de Aragon. Y pense que quiza encontraria un lugar donde echarme una siesta, pero fue imposible. Apenas hay carreteras transversales y cuando las hay no son mas que desviaciones que mueren en las aldeas o los pueblos proximos, sin un arbol, sin una sombra.

En esa zona todas las casas tienen jardin o huerto, pero fuera de la propiedad no hay mas que sembrado o desierto, nunca arboles a no ser las plantaciones o las zonas de repoblacion forestal que el gobierno mantiene cercadas. Los habitantes son en su mayoria cristianos, y las casas ya no tienen azotea como las arabes sino cubiertas a dos aguas de teja roja, como el monasterio de Santa Tecla, que les da el aspecto de chalecitos sin acabar a los que se han incorporado los altos arcos de la arquitectura monumental arabe.

Es caracteristico de este pais, que esta sumido en una profunda transformacion como la de Espana en los anos sesenta, la proliferacion de obras. Por todas partes se construyen nuevas casas en un alarde de entusiasmo por el progreso que llega, aunque no pueda hablarse cabalmente de ‘boom’. Muchas de ellas estan inacabadas - ojos vacios de los huecos de las ventanas-, y la mayoria desiertas. Sus propietarios estan trabajando en Arabia Saudi o Kuwait o cualquier pais del Golfo, o en Argentina y el Brasil. Vienen cuando tienen el dinero suficiente para continuar la casa, y vuelven a irse. Son construcciones baratas que se levantan con hiladas de grandes ladrillos, o a veces bloques de hormigon, y los larguisimos hierros de los pilares mirando al cielo, que dejan al aire por si llega el dia de levantar un segundo piso, crean un paisaje inusitado, un bosque de hierros mezclados con las antenas de television, que se extiende sobre las casas en los arrabales de los pueblos y de las ciudades. E igual que los indianos en nuestras latitudes, las viviendas de los mas ricos son rocambolescas, espectaculares, de altisimos arcos adornados con floreadas cornisas y cenefas de yeso y cupulas y alminares, o imitando el estilo europeo, dicen, con grandes ventanales enrejados, lo que no impide que la dejen tambien por acabar. Y la construccion es de tan escasa calidad y se hace con tanto empeno y tan poco conocimiento, que cuando vuelven del Golfo los que fueron en busca de dinero, ya esta deteriorada la mamposteria, el encofrado o las cornisas que dejaron acabados el ano anterior.

De tal modo que nunca se sabe si una vivienda esta a medio hacer o a medio deshacer.

Cuando nos cruzamos con un cartel torcido por el viento que anunciaba en direccion norte “80 kilometros a

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