para regar los terrenos, tenemos que hacer pipi.
– Lo que interesaria, pues, seria traer agua y no dedicarse al «terrorismo sistematico» como ordena el reglamento de la FAI.
– Con barrenos a lo mejor aparece un peco. Y lo que queremos ante todo es lo dicho, la emancipacion del individuo.
Ignacio miro a su primo.
– ?Otra vez en las nubes? -prosiguio Julio-. ?Que es el individuo, y que significa la palabra emancipacion?
Jose estaba furioso.
– Individuo es el hombre que si no quiere votar, no vota; es el ferroviario que si no quiere trabajar, ahi se las den todas. Emancipacion…
Julio se quito la pipa.
– ?Ya salio! Lo que el Responsable me dijo hace poco: «En las proximas elecciones CNT-FAI nos abstendremos de votar». ?Muy bien, hombre, pero que muy bien! Ochocientos mil votos que la Republica perdera… Esto en el momento en que la CEDA avanza que da gusto verla y en que por vez primera vota la mujer. En un pais en que no hay ninguna mujer (ni siquiera la mia…) que no lleve al cuello cuatro o cinco medallas. Total, que si el individuo se emancipa, en estas elecciones ganaran las derechas.
Jose solto una carcajada.
– ?Que nos importa a nosotros que la Republica pierda esto o lo otro, que ganen las derechas o las izquierdas! Para nosotros la Republica ya lo ha perdido todo. Lo perdio en el momento en que continuo haciendo pagar cedula a los ciudadanos, sosteniendo cuarteles… y tantos policias como en tiempos de la Dictadura.
Julio dijo:
– Ustedes son unos insensatos, ahi esta, y unos irresponsables. La masa tiene un instinto revolucionario certero, pero ustedes lo desvian de una manera grotesca. Son ustedes ninos de teta.
Jose se sulfuro. Cambio de expresion.
– ?De veras…? ?Y usted que es? -De pronto solto-: ?Un pillo redomado?
– Vayase con cuidado, amigo…
– ?Un Dick Turpin con bigote…?
Dona Amparo Campo palidecio, pero en todo aquello habia algo que le gustaba.
Jose se habia levantado y, doblandose sobre la mesa en direccion a Julio, con la una del pulgar golpeaba uno de sus dientes.
– Pero a mi ni pum, ?comprende? ?Ni pum! ?Ni asi!
Ignacio se habia levantado a su vez. Julio permanecia impasible, como si nada ocurriera.
De pronto el policia dijo, dirigiendose a Ignacio:
– Acompana a tu primito a la puerta, anda. Devuelvelo a tu padre. Que hay senoras…
Dona Amparo se emociono. Jose resoplaba y miraba la botella de conac, dispuesto a derribarla de un punetazo.
Pero se contuvo. Viendo la estupida sonrisa de dona Amparo, barboto:
– ?Me asfixio! -Y dio media vuelta en direccion a la puerta. Y sin esperar a Ignacio, desaparecio.
Ignacio le alcanzo ya a mitad de la calle.
– Jose, chico… Francamente…
– ?Calla, hombre, calla! ?No te has dado cuenta?
– ?De que?
– Ese marica es un comunista de marca mayor.
– ? Comunista…?
Ignacio se quedo parado en seco, y todo el discurso que habia preparado se le borro de la memoria.
– ?Si los conocere yo! -anadio Jose, sin dejar de andar.
Ignacio le alcanzo de nuevo. Aquello era inesperado.
– Pero… ?por que crees que lo es?
– No seas imbecil. Ha empleado todos sus argumentos. Enemigo de CNT-FAI, ?comprendes? El viaje a Paris… Miedo a que fracase esta Republica, que les sirve de trampolin. Estadisticas… Ellos a la reserva… Y los brazaletes de su mujer… Es el retrato completo.
Ignacio no podia hablar. Mil pensamientos le asaltaban.
– ?Es curioso! -dijo por fin, olvidando el resto-. Mi madre cree lo mismo.
– ?Tu madre?
– Si.
Jose pregunto:
– ?Desde cuando esta ahi el tipo?
– Hace cuatro o cinco anos.
– Es un tio listo.
– ?Ya lo creo! -Ignacio anadio-: Y, desde luego, sea como sea… a nosotros nos ha hecho muchos favores.
– Pues id con cuidado. Esos no quieren a nadie.
Ignacio le pregunto, al cabo de un momento:
– ?Y vosotros si…?
– ?Nosotros…? Mas de lo que te figuras. Lo unico cierto que ha dicho ese hombre es que somos unos romanticos.
– ?Es verdad, papa, que los rusos desnudan a las monjas y las tocan? -pregunto Pilar, inesperadamente, a la hora de cenar.
– ?Pilar! -amonesto Carmen Elgazu-. ?Que barbaridad es esa!
Jose estallo en una risa convulsiva, lo mismo que Ignacio. De nada servia que Carmen Elgazu pusiera cara cada vez mas seria. La cosa valia la pena.
– ?Quien te lo ha dicho? ?Otro sermon de la Madre?
Matias quiso salvar la situacion, aun cuando por dentro se reia como el que mas, y pregunto:
– Bueno, ya esta bien, ya esta bien. ?Que tal la entrevista con Julio? Todavia no nos habeis explicado nada.
Jose exclamo:
– ?Ay! Hacia anos que no me reia tanto. -Una vez calmado, pudo contestar-: ?Julio…? ?Pues muy bien! -Luego anadio-: Tienen ustedes ahi un comunista de los de postin.
A Carmen Elgazu se le paso el mal humor. Echo a su marido una mirada que valia un Peru.
– ?No digas tonterias! -corto Matias-. Eres mas nino aun que Pilar. ?Que quieres que busquen en Espana los comunistas? ?Caray! ?Buen pais para la disciplina!
– ?En Espana? Pues muy sencillo -dijo Jose-. Lo que buscan en todas partes; entrar en la casa de al lado y llevarse la radio.
– ?O sea que lo que busca Julio es llevarse mi aparato de galena?
– ?No te hagas el tonto! -intervino Carmen Elgazu-. ?Se entiende muy bien lo que Jose quiere decir! Y creo que tiene razon.
La vispera de la huelga, Ignacio y Jose, despues de cenar, salieron al balcon con una silla cada uno y tomaron asiento. Las luces de la Rambla estaban semiapagadas. En las mesas del paseo, gente sentada con indolencia; debajo de un farol dos conocidos de Ignacio jugando, absortos, al ajedrez.
Pilar tambien salio un momento, pero luego su madre la mando a la cama. Entonces los dos muchachos quedaron solos. Era una noche clara y dulce, una de las noches dormidas de Gerona.
Hablaron con lentitud, como si cada uno midiera las palabras. Ignacio pregunto, despues de un silencio, con la cara vuelta hacia el firmamento:
– ?Te impresiona a ti la noche…?
– ?La noche…? Segun.
– ?Como te explicas que haya estrellas?
– Pues… alla estan.
– Ya, ya, pero… ?como han ido ahi?