Le dijo la verdad:
– No me habia fijado.
– Me pregunto si se marcho porque odia al profesor Yokver o porque tu le gustas. ?Tu que crees?
Cal se quedo mirando los hoyuelos de Jodi sin entornar la mirada, como era su costumbre, sorprendido de verla tan diferente asi, tan desenfocada. Uno de ellos estaba esfumandose de la escena. Era demasiado tarde para que ella empezara a fingir celos. Sabia que nunca la enganaria. Le tendio una mano y el se acerco, se sento a su lado y le paso un brazo flaccido alrededor de los hombros.
Dijo:
– Ya ni siquiera se muy bien de que estamos hablando.
– A pesar de que ya no coincidimos nunca, o casi nunca, sigo queriendo que sepas que cuentas conmigo, en todo. Ni siquiera me importa que me hayas estado mintiendo. Lo acepto. Forma parte de lo que tenemos.
Un panico viscoso ascendio hasta su cabellera. Ahora estaban alejandose en otra direccion.
– Jodi, por el amor de Dios, no lo digas asi.
– ?Lo entiendes? -Tiro de sus nudillos, le acaricio suavemente las munecas y le cogio la mano-. Es importante que me creas cuando te digo que no te lo tengo en cuenta y tu tampoco debes hacerlo.
– Jodi -empezo a decir y no paso de ahi durante largo rato, sin saber muy bien que decir aparte de su nombre. La hechicera Circe estaba a un lado y alguien mas, mucho mas furioso, estaba al otro-. Hum…
– Shhh, calla.
– Igual seria mejor que sacaramos algunas cosas a la luz. -No lo creia realmente pero puede que la mera oferta ayudara.
La nevada se habia convertido en una ventisca, que estaba practicando arte impresionista en la ventana. Lo observo durante un rato, mientras los cristales se recomponian tras el vaho gris de su aliento en la parte interior del cristal. Los copos caian a chorros sobre el cristal, como llamas blancas: extranos y vengativos.
– E igual no. -Le puso un dedo en los labios-. Shhh, Caleb Prentiss. Te quiero. Puedo aceptar lo que nunca habra entre nosotros. Eres un hombre oscuro y obsesivo, lleno de misterios extranos que nunca resolveras y asi es como debe ser.
– Haces que parezca totalmente frivolo.
– Algunas veces esa es la verdad. Es una de las razones por las que siempre me has atraido.
– ?Por que? -Pregunto. Algunas veces uno quiere poesia y otras veces no quiere mas que una puta respuesta directa. ?Estaba Jodi siendo tan evasiva como el pensaba? Puede que estuvieran hablando de amor, o de odio. No tenia sentido tratar de describirlo, llegar a una solucion.
Le beso la barbilla y volvio a pedirle silencio con un
– Hay algo dentro de ti que es fascinante y embriagador, que me excita los puntos sensibles como tu barba incipiente, como tus manos. Nunca te he preguntado, ?verdad?
– No.
– Cuando te emborrachabas… cuando estuviste a punto de partirte las piernas… cuando desapareces durante horas y horas y aseguras estar leyendo libros. Soy consciente de que es una faceta de ti que yo no comprendo.
– No sigas expresandolo con palabras.
Lo obligo a tenderse apoyandole las manos en el pecho. Tambien Jodi tenia una faceta que Cal no podria llegar a abrazar en toda su vida.
– Yokver tambien lo sabe -dijo-. Igual que el decano y los demas profesores. ?No te das cuenta de que es por eso por lo que juguetean tanto contigo, porque te respetan? Eso demuestra que te pareces mucho a ellos.
– Ahora estas siendo perversa -dijo.
Trato de incorporarse, pero ella se lo impidio. Joder, tenia fuerza de verdad. Y ahora tambien un pedazo de verdad, mas de lo que el habia esperado, pero no sabia que pensar de aquel tono de voz. Estaba siendo evasiva lanzandose de cabeza contra el. Era un buen truco y funcionaba.
Le abrio la camisa y le beso el pecho, descuidada y lentamente. En los dos ultimos meses habia estado mas caliente que en cualquier otro momento desde que se conocieran.
– Tiene mucho sentido, Cal. Un cazador no persigue trozos de madera. Busca algo que le supone un desafio.
– No cojo la analogia.
– Si, claro que si, amor mio. Mantente a salvo. Permanece lejos del bosque. Lejos de la jungla.
Le olio el aliento para ver si habia rastro de licor o de hierba en el. Solo se olio a si mismo, lo que ya de por si era bastante malo.
– Esta noche es la fiesta del decano. ?Es de eso de lo que estas hablando?
Ella se puso tensa, o puede que fuera el, por la agudeza del timbre de su voz. Una energia nerviosa los recorrio a ambos y no pudo discernir si se sentia furioso o excitado o si a ella le pasaba cualquiera de las dos cosas.
– ?Quien te lo ha dicho? -le pregunto Jo.
– ?Por que me preguntas eso? -Le asio las munecas, se incorporo y la obligo a tenderse en su regazo. Se inmovilizaron el uno al otro en la cama. En cualquier otro momento habria sido muy divertido-. ?Quien te lo ha dicho a
– Todo el mundo lo sabe.
– No, si no me hubiera tropezado con su mujer ahi fuera, seguiria sin saber nada.
– ?Y? ?Que tiene eso de malo?
– Alguien esta guardando secretos. -Nunca le hablaria del asesinato de su cuarto y ella nunca lo averiguaria. No podia mantener su mente fija en un unico hilo de pensamiento. Los pezones de Jodi se endurecieron y su oscuro contorno se transparento en su blusa-. ?Por que no me lo habias dicho, Jodi? -Bajo aquella luz, el angulo de sus senos era perfecto y recorrio con la mirada la suavidad de su escote. Apreto la cara contra el y continuo-: hmmmm.
– No muerdas su anzuelo -le dijo ella. Sus caninos reptaron por su labio inferior. Aquella maliciosa sonrisa era tan impropia de ella que empezo a buscar pecas, marcas de nacimiento y cicatrices para asegurarse de que seguia siendo la misma. La boca empezo a secarsele-. Ensename, Cal.
– ?Que te ensene el que?
– Ensename. Perdoname.
Empezo a correrle sudor frio por la frente.
– ?Que te perdone el que, Jo?
– Por favor.
Trato de hablar y no salio nada. Ella le metio la lengua en la boca, se aparto, y volvio a caer sobre el.
– Te estan devorando -dijo, vorazmente. Casi no reconocio la voz de tanto como se parecia a la de su madre-. Devorando vivo. -Fue bajando por su vientre, lamiendo y mordisqueando, trabajando con las manos. Su lengua aparecia y desaparecia.
Penso que tenia razon y se dejo caer sobre Jodi, atraido por sus humedas y carnosas cavidades. Su hermana habia escupido aquellas mismas palabras que no habian significado nada cuando murio, y aun menos significaban ahora.
7
Puede que la perdonara, en sus pesadillas, cuando podia permitirselo.
Jodi roncaba y musitaba suavemente en su sueno, como Fruggy Fred. Su respiracion levantaba enmaranadas hebras de cabello delante de su boca. Lo que habia sido amor y lujuria se habia convertido ahora en lujuria, amor y una nueva dimension del amor, una cara mal entendida o extraviada de la devocion. Habria sido mucho mas