– ?Uh? -Rodo hacia el y trato de entrelazar los dedos con los suyos, sin conseguirlo.
– Nada -le dijo Cal al oido. Le aparto el pelo de la cara y le gusto tanto que volvio a colocarselo y lo hizo de nuevo. Daba gusto. Ella dejo escapar un prolongado suspiro y se acurruco un poco mas bajo las sabanas. Paso sobre sus piernas, bajo de la cama y a continuacion levanto con avidez el receptor antes de que tuviera tiempo de volver a sonar.
– ?Si?
Solo vacio.
No lo sorprendio. Apreto el cable y empezo a rodearse las munecas con el. Apreto las mandibulas hasta que empezaron a dolerle y entonces siguio haciendolo. Sus muelas se encontraron con un crujido de huesos y empastes, mientras el se inclinaba ligeramente y alteraba su postura, preparado para saltar si tenia que hacerlo.
Y al igual que las otras veces, durante las pasadas horas, cuando habia respondido a su inercia, se concentro y escucho con cuidado el silencio, tratando pacientemente de abrirse camino por el tempestuoso frio que esperaba al otro lado de la linea.
No era Clarissa. Hubiera oido la risilla, la eminencia o la viscosidad del decano. No sabia como defenderse del vacio de lo que quiera que lo llamase y no estaba muy seguro de querer hacerlo. Es curioso que siguiera pensando en ello como si se tratara de una pelicula. Ahora la chica estaba levantandose y limpiandose la sangre de pega de las tetas, y el director pedia un descanso. El maquillador se lo pasaria en grande cuando tuviera que limpiarle el pecho y volver a pintarlo. Pero habia algo mas, una pelicula dentro de la pelicula, de estilo documental. Lo vio con toda claridad. La imagen de los cuerpos descompuestos de sus padres esperando para hablar con el, para advertirlo sobre su hermana, mientras la manchada forma de ella se movia espasmodicamente por el suelo de baldosas del bano.
El silencio describia mordientes circulos en el aire.
Cada una de las otras veces, para su propia verguenza, habia tratado de hacerse amigo de la audiencia, confiando en apelar a su miseria antes de que su furia estallara. Se habia equivocado de movimiento. Solo tenia que entrar.
– Esta bien -dijo con voz tranquila-. Puedes decirlo. Hablame. Respondeme.
– Cal…
La voz era unica en su falta de resonancia, con una cadencia ritmica que solo se oye en los lechos de muerte de los hospitales.
Era Fruggy Fred, dormido.
Tenia sentido, claro, aunque no terminaba de comprender cual. Fruggy sonando, llamandolo una y otra vez. Las preguntas de su tesis de licenciatura, infinitas en su sutileza y sus conexiones, regresaron para propinarle un solido punetazo en la caja toracica.
Cal se volvio. La frente se le cubrio de sudor frio.
– Fruggy, has sido tu desde el principio.
– Yo -susurro Fruggy.
– Pero… pero… -Las respuestas agresivas le quemaban la garganta. Trato por todos los medios de imitar el habla monotona de Fruggy Fred, tragandose el panico-. Has estado viniendo a mi cuarto a dormir, ?verdad? Mientras yo estaba fuera.
– Yo…
Tomatelo con calma. Despacio, despacio, no lo pierdas. Tienes que entrar.
– ?Donde estas?
– Yo…
– ?Estas en tu cuarto?
– No.
– ?Donde entonces?
– Aqui.
– ?En la emisora?
– Aqui.
– ?Donde estas? Vamos, ?puedes decirmelo?
Podia ver a su amigo tendido alli, sudando en la cama y perdido en el interior de su propia cabeza. Fruggy Fred gimio un poco y su lengua golpeo con fuerza sus dientes mientras decia con un sollozo:
Caleb contemplo la pared. Entendio. Si, lo estas. Todos lo estamos. Bajo la mancha yacia una chica con las manos sobre el borde del colchon, sacudiendo los rizos de su cabello con sus exhalaciones,
– ?Que pasa, Fruggy? ?Que esta diciendo Sylvia?
Solo el atisbo de un sonido perdido en una perezosa exhalacion de aire.
– …
– ?Que?
Al cabo de casi un minuto entero se repitio el mismo sonido flotante.
– …
Cal contuvo el aliento y se concentro. Cerro los ojos y trato de extender los brazos hacia la oscuridad de su craneo. Al cabo de otro minuto sintio que sus pulmones estaban a punto de estallar, pero siguio hundiendose lo mas posible en su interior, como si estuviera buscando su tumba. Le dolian las orejas a fuerza de tratar de captar el mensaje de Fruggy desde el otro lado de su sueno.
– …ock…
Cal aspiro hondo y trato de no soltar un jadeo.
– ?Yokver?
Solo silencio.
Sin decidir si creia lo que estaba pensando, si podia ser verdad, pregunto:
– ?La mato el Yok, Fruggy?
Algo se rompio en el interior de Fruggy Fred entonces; una caida de la presion, quiza. Su personalidad sonambula parecio de repente mas acostumbrada a actuar con su cuerpo.
– He hablado con ella, Cal.
– Si.
– He hecho lo que me dijiste.
El corazon de Caleb se retorcio hacia un lado mientras las implicaciones empezaban a provocarle escalofrios en la espalda. Melissa suspiro. Creyo ver una sombra al otro lado de la ventana pero se dio cuenta de que no eran mas que sus propios y agitados movimientos. El cable del telefono estaba cada vez mas tenso.
– ?Que te ha dicho?
– Solo queria una educacion. -Fruggy Fred parecio encontrar esto divertido, y un atisbo de carcajada se asomo a su voz-. La mintieron. La mataron.
– ?Por que?
En los rincones de aquella voz carente de inflexiones reptaban un pesar y un dolor espantoso.
– Les enseno.
– ?Que le hizo Yokver?
– Sigue siendo muy fuerte -sollozo con todas sus fuerzas-. No quiere dejarme solo.
Cal se rasco la cara, frustrado.
– Lo has sabido todo el semestre, ?verdad? Tambien tu podias olerlo.
– Yo…
– Desde que viniste aqui el primer dia y te quedaste dormido en el lugar de su muerte. Lo sabias. Ha tratado de llegar hasta mi a traves de tus suenos, ?no es asi, Fruggy? ?No es asi?… Y has estado llamando para contarmelo.
– …