del 6 de diciembre, el promedio sera de un atentado diario. El primer muerto tras el referendum tarda solo tres dias: es el jefe de la policia municipal de Santurce, Vicente Rubio Ereno, a quien asesinan por la espalda el dia 9 mientras tomaba unos chiquitos en el bar. Y suma y sigue.
La presion que sufren los guardias civiles y sus familias es literalmente insoportable. Empieza a tomar carta de naturaleza el que sera conocido como
1. Asesinan a nuestros hijos, maridos, hermanos y novios como si de alimanas se tratara. Son cazados como liebres, sin reaccion ciudadana en su defensa. 2. Publicamente son insultados en romerias y fiestas, incluso en festejos populares organizados por centros religiosos. En verbenas aguantamos gritos y canticos amenazantes. 3. Jovenes esposas vascas, casadas con guardias de la tranquilidad, aguantan resignadamente insultos en mercados donde publicamente son tachadas de txakurras (la traduccion del vascuence significa «perras») por dormir con txakurros y tener txakurritxus. 4. Las familias sin pabellon, que han de vivir en pisos particulares, tienen que ocultar la profesion de sus esposos y mentir al vecindario. Para no delatar el servicio del marido, no pueden tender ropa ni signo alguno relacionado con los uniformes. 5. Los funerales por los asesinados se celebran en cuarteles, por rechazo de los templos que ellos defendieron con sus vidas. Son honras funebres rutinarias, con los mismos sermones y condenas de cumplido. Al final, unas medallas que no hemos pedido ni queremos. Enterrado el caido no hay mas recordatorio, y a esperar nueva victima. Nada de aniversarios que tan profusamente celebran por sus asesinos. 6. Nuestros ninos viven anonadados en ambiente incierto. Son criaturas obligadas a mentir para ocultar donde trabajan sus padres. 7. La caridad cristiana no la vemos ni en nuestra defensa ni en sermones pastorales, y menos con desagravios publicos, sino todo lo contrario. 8. Aceptamos resignadamente esta vida que nos ha tocado, pero no se la deseamos a nadie. Lo que pedimos es solo comprension y respeto a nuestra forma de vida, que gustosamente sacrificamos por todos los demas.
Faltaba mucho, en aquellos dias de 1978 y 1979, para que las victimas de ETA recibieran el respeto y el homenaje que les llegaria decadas despues; en especial, los guardias civiles. Faltaba mucho, aun, para que sus muertes y su sufrimiento se sintieran como propios por el grueso de la poblacion no ya vasca, sino espanola. Para muchos espanoles, y en especial para los que se autotitulaban progresistas, incluidos algunos que andando el tiempo, al convertirse ellos mismos en objetivo de ETA, se significarian por su repudio, los guardias asesinados eran unos muertos ajenos y casi naturales, que habian hallado el fin que ellos mismos se buscaran y que no merecian grandes alardes de compasion. Eso contribuyo a crear en el seno del cuerpo una sensacion de soledad, y en algunos de resentimiento, que explicara, aunque no justifique, algunas conductas posteriores, de triste memoria.
La UCD de Adolfo Suarez gana las primeras elecciones celebradas bajo la vigencia de la Constitucion. A Martin Villa lo sucede un teniente general, Ibanez Freire. Para compensar, en el ministerio de Defensa (que refunde los tres ministerios militares heredados del franquismo), se situa por primera vez desde la Guerra Civil un paisano: Agustin Rodriguez Sahagun. Para ETA, todo esto es irrelevante. Ese ano asesinara a 78 personas, 22 de ellas guardias civiles. El golpe mas sanguinario es el de la cafeteria California 47, en Madrid. La explosion que la destruye se lleva por delante 8 vidas y deja 60 heridos. En sectores inmovilistas del ejercito se extiende un peligroso nerviosismo.
El ano 1980 registra las primeras elecciones autonomicas vascas, que arrojan el triunfo del PNV, bajo cuyo mandato Euskadi empieza a recorrer la senda del autogobierno. La violencia etarra, sin embargo, no afloja. De hecho, va a mas: a lo largo de esos doce meses hay un centenar de asesinatos. La Guardia Civil pone 32 de los muertos. Otros 41 son civiles. Los animos de algunos estan cada vez mas crispados.
La historia, como es sabido, no acaba aqui. Prosigue durante otros largos treinta anos, con multitud de acontecimientos, idas y venidas, treguas y rupturas. Para combatir a este enemigo pertinaz, los guardias civiles recurriran a todos los medios a su alcance. Algunos no son legales ni legitimos. En esos anos de plomo, y en los siguientes, muchos guardias seran procesados por torturas, y no pocos condenados. Segun el testimonio de un miembro del cuerpo que llego destinado a Guipuzcoa por aquellos dias, el primer dia que entro en el acuartelamiento, al abrir una puerta, vio el suelo copiosamente manchado de sangre. Cuando fue a mirar mejor, un guardia veterano lo empujo hacia fuera y le dijo que mejor se marchara a tomar el fresco. Hechos como este no son motivo para el orgullo, pero a quienes sientan inclinacion a formular juicios sumarios sobre la conducta de sus semejantes, cabe sugerirles que se pongan en la piel de un hombre que ha recogido mas de una vez del suelo los trozos de un companero, volado por alguna de las muchas bombas-trampa que en esos dias, junto al seguro y ventajoso tiro en la nuca, utilizaban los etarras.
En algun momento, ante la falta de colaboracion de Francia, durante muchos anos retaguardia segura y santuario de ETA, se recurrio a los procedimientos mas rocambolescos para obtener informacion. Como el que segun el relato de un jefe del cuerpo tenia como auxiliares a las mujeres de los guardias, que pasaban a Francia con sus hijos pequenos y se acercaban a grabar con radiotransmisores escondidos en los coches de bebe las conversaciones de activistas que se citaban en la calle. Otro oficial refiere momentos aun mas embarazosos, como los vividos a bordo de una avioneta civil en la que sobrevolaba territorio frances durante un seguimiento, cuando invadieron en el curso de este un sector restringido del espacio aereo y la Fuerza Aerea Francesa envio dos cazas Mirage a interceptarlos. Para el piloto civil galo que estaba a los mandos del aparato, aquello supuso el susto de su vida.
Centro neuralgico de buena parte de esas operaciones era el cuartel guipuzcoano de Intxaurrondo, y artifice de ellas el comandante segundo jefe de la comandancia (luego ascendido hasta general) Enrique Rodriguez Galindo, cuyos metodos, muy discutidos (y anos despues condenados por la Justicia, en el caso
Estas operaciones, y otros cientos de ellas que podrian mencionarse, ponian de manifiesto que la Guardia Civil, en respuesta al desafio etarra, habia levantado un poderoso y sofisticado aparato de informacion, que en anos sucesivos siguio perfeccionando y que finalmente llevaria a la banda terrorista al borde del estrangulamiento operativo (sobre todo, a partir de la detencion en 2008 del jefe militar que rompio la ultima tregua declarada hasta la fecha, Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina,
Pero como mas arriba se dijo, renunciamos a ofrecer aqui la historia completa de un conflicto que necesita
