degradacion, ya que Solana lo degrada todo previamente con su mal dibujo genial y su genial mal gusto. Solana es, digamos, la version infame de Goya y de mucha pintura espanola, la sublimacion inversa de la realidad, lo que Ramon mismo hubiera querido hacer. Es la prosa de Ramon al oleo. Recordemos aquella frase ramoniana: «Cuanto trabajo para que todo quede un poco deshecho.» Eso es lo que hay en Solana. Un gran esfuerzo para que todo quede deshecho, mal hecho. Solana desborda la realidad por abajo como el Greco la desborda por arriba. Estan, pues, en el mismo limite. Para Ramon, pasear con Solana y beber su vino es como pasear con el Greco. Si ha visto lo que los angeles del Greco tienen de mozas toledanas, poco le cuesta ver lo que las mozas de Solana tienen de angelico.
14. RAMON Y OTROS ISMOS
La aventura de Ramon en el Museo del Prado es, pues, mucho mas que un gesto simbolico. Tiene algo de la aventura de don Quijote alanceando molinos o acuchillando odres. Es una aventura dadaista. De haberse producido este gesto en el corazon de Europa, hoy estaria en todas las historias del dadaismo y el surrealismo. Como se produjo en Madrid, solo quedo como una gracia ramoniana para los lectores del periodico, que la olvidaron al dia siguiente.
Innovar en Espana si que es llorar. Digo que el gesto de Ramon es mucho mas que un simbolo porque es ya vanguardia en acto. El Prado es la catedral del realismo, y Ramon, fragmentando ese realismo de todas las epocas, y todas las escuelas, a hachazos de linterna, esta haciendo una especie de carniceria que ahora nos recuerda, no se por que, el
Como el dice, «los clasicos querian ser de su tiempo y ademas de todos los tiempos. El moderno solo quiere ser moderno». Y en este desprecio por la cuqueria eternista ve Ramon la mayor autenticidad y novedad de la vanguardia. Los clasicos, sometidos a su experiencia de la linterna, saltan de su contexto historico general y del contexto determinado del cuadro para quedar en pintura sola, mala o buena, expresiva o muerta.
Ramon, que como hemos dicho es pensamiento figurativo en estado puro, o sea un presocratico, en cierto modo, cuando se enfrenta con este pensamiento figurativo y figurado que es la pintura, consigue, como hemos dicho, ricas correspondencias en la glosa, pero hay veces que consigue -lo que es mas curioso- acceder al pensamiento teorico, ya que no abstracto. Solo puede expresar lo abstracto mediante lo concreto, como los primitivos y como algunos contemporaneos suyos (Valle-Inclan), pero de pronto se enfrenta a lo concreto absoluto, a la pintura, y su pensamiento reacciona vigorosamente y se vuelve teorico, como veremos ahora.
Para el idealismo todo esta en la mente y para el positivismo todo esta en las cosas. Para el hombre moderno, todo esta en la mente, pero en forma de cosas. Hay una suspicacia general, historica, generacional de varias generaciones, sobre el pensamiento abstracto, a la que Ramon se anticipa no planteandola siquiera como suspicacia, lanzandose directamente a pensar en imagenes. Pero el reves de esto, que ya hemos apuntado, esta en el prologo de
«Yo diria que no se esta preparando arte alguno, sino la libertad del hombre y su monstruosidad ultima, cosas que si quiza no podra vivir nunca en vida declarada, las podra vivir en la mente. Llegaria hasta decir: se esta preparando la libertad idiota, que, despues de todo, bien mirado, es el colmo de la libertad. Claro que toda la historia de la politica, de las religiones, de la filosofia, de la estetica, de la retorica, ha sido evitar la eclosion de esa libertad, y se inventaron todas las maneras de contemporizacion para evitar esa libertad suprema, protuberante, empedernida. Debemos adelantar los tiempos en nuestros corazones. Quien no haga esto no es nadie.»
Y nadie ha luchado en Espana como Ramon, en aquella epoca -que atroz epoca para eso y para todo- por la libertad total del hombre creador, de lo creador que hay en el hombre. Del cubismo dice Ramon: «Se trata de una de las mas bellas rebeliones del hombre contra las apariencias.» En otro momento de este ensayo dira que «todo lo que colinda con lo fotografico es repugnante». Y sobre todo, esto: «El principal problema que se propuso el cubismo fue el terrible de la animacion de una superficie plana, estrechando su conciencia hasta utilizar las leyes de la perspectiva en relacion a esa superficie y no aplicandose
En
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Una de las primeras ediciones de Ismos
De la destruccion a farolazos de la catedral del realismo -el Prado- en una noche periodistica, parece que le ha brotado a Ramon toda esta riqueza de ismos, formas, amigos e imaginacion. La mezquindad nacional empieza pronto a emparentarle con escritores europeos (de los que solo se sabia aqui gracias a Ramon, como de los filosofos solo se sabia gracias a Ortega). Pero ya hemos visto que lo que le une a las vanguardias es mucho mas que un mimetismo o una moda: es un viento generacional que se llama optimismo. Ramon es simultaneo a todo lo nuevo.
La revolucion de las vanguardias, tanto como revolucion contra la economia burguesa (que al fin y al cabo admiran en sus realizaciones futuristas y espectaculares, como el avion, por ejemplo), es revolucion contra el pensamiento burgues. Pero no contra el pequeno pensamiento de la pequena burguesia, sino contra el gran pensamiento filosofico. El eterno divorcio entre filosofia e Historia, la insistencia del mundo en escapar a los grandes esquemas de pensamiento -Hegel, Kant- e incluso contradecirlos, hace que el hombre del siglo XX se decida a ser libre, se lance a explorar su propia libertad, sin esperar a que nadie le diga quien es el, que es el, aunque ese nadie sea Descartes, Heidegger o Bergson. Las vanguardias artisticas, esteticas, literarias, de los anos veinte, son la ruptura con el pensamiento sistematico, que no ha conseguido sistematizar el mundo en mas de veinte siglos. Luego, los propios filosofos romperian con la filosofia.
Digamos que la ruptura se produce primero en la calle, y el fenomeno fue detectado por muchos, desde la izquierda y desde la derecha. Ortega lo llamo «la rebelion de las masas» y Spengler, «la decadencia de Occidente». Quien antes recoge el malestar cultural de la calle es el arte y la literatura, mas sensible que la filosofia a «las palpitaciones de los tiempos». Y esto son las vanguardias. Finalmente, en nuestros dias, vemos como Adorno hace filosofia a partir de la imposibilidad de hacer filosofia.
De modo que las vanguardias son una vuelta a Heraclito y los presocraticos, al pensamiento figurativo y libre, aunque, inevitablemente, las vanguardias se academizan, y ya Ramon nos previene contra eso: «El que se haya industrializado y hecho comercial parece que la compromete; pero no, en seguida