Jose, lo mande llamar porque necesitamos urgentemente saber quien esta detras de estos disturbios. Sospechamos que hay una conexion entre ellos y ese Dionisio del que usted me hablo, el marido de Ernestina. Lo mandamos a traer, lo interrogamos, pero el se hizo el loco; nos hablo de eso mismo que usted nos conto, que la Virgen estaba llorando, que se le aparecia en el lavamanos todas las mananas porque nosotras la haciamos sufrir, pero nego que el hubiese sido el autor del atentado. Hay asistentes a la plaza que creyeron reconocerlo, pero no tenemos suficientes elementos para detenerlo. ?Usted no cree que Ernestina, la esposa, nos pueda dar alguna pista?
J. A.: Ya la Azucena, mi hija, trato, pero ella dice que no sabe nada.
E. S.: ?Y usted le cree?
J. A.:
E. S.: Azucena piensa que ella lo ve como un padre a usted, que quizas usted la convenza de que diga lo que sabe. A juzgar por la situacion, seria urgente saberlo…
J. A.: Entiendo. A mi tambien me preocupa la polvareda que han levantado con el pretexto de su eleccion. Se ve que estan buscando pretextos.
E. S.: Entendemos que Ernestina no ha vuelto con el marido, pero parece que hay acercamientos, que el la ha buscado…
J. A.: Capaz que si, y como ella es retentada, reincidente, no entiende que ese hombre no tienen composicion… Mire, no le prometo nada, pero dejeme ver que puedo hacer…
(Material de archivo)
NOTICIA DE PRIMERA PLANA EN EL DIARIO
EL COMERCIO
Agencia EFE, 20 de noviembre
Por Pilar Moreno
Si ayer fueron los hombres, hoy son las mujeres las que han salido alas calles en Faguas a demandar que se realicen elecciones y a protestar por lo que califican como el nombramiento 'ilegal' de la ministra Eva Salvatierra como Presidenta interina.
Un numeroso grupo de mujeres de todos los estratos sociales salio de la catedral y de otras iglesias y marcho hasta el edificio de la Asamblea Nacional, haciendo sonar cacerolas, pitos y tambores.
Por su parte, mujeres partidarias del partido de gobierno, pie, se concentraron en las aceras a ver pasar la manifestacion. Mientras las manifestantes lanzaban insultos a las observadoras, estas les tiraban flores y ondeaban pacificamente las ya conocidas banderas del piecito.
'No tenemos ningun pleito con otras mujeres', dijo Cristina Bescos, desde la acera donde la entrevistamos, mientras tiraba crisantemos amarillos que llevaba en una canasta. La industria de las flores, como es sabido, es uno de los logros mas espectaculares del gobierno femenino del pie. Faguas ha alcanzado ya los principales mercados del mundo y existen negociaciones para adquirir dos Boeing 767 mas para suplir la creciente demanda.
Por su parte, la Ministra de las Libertades Irrestrictas, Martina Melendez, anuncio que su oficina esta abierta para recibir las solicitudes de la poblacion que quiera manifestarse a favor o en contra. Segun nos informo, para el dia de manana hay dos actividades planificadas a las que se les ha brindado permiso: la primera que ha sido convocada bajo el nombre: Las mujeres nos ponemos de pie, consistira en una acostada multitudinaria en la Plaza de la Republica (y en cualquier lugar que cualquier mujer quiera acostarse) y en una levantada, igualmente multitudinaria, cuando suenen las campanas de las doce del mediodia. La otra actividad es en los barrios, donde grupos de mujeres pasaran por las casas, haciendo pedicures y pintandoles las unas de rojo a las mujeres que asi lo deseen.
Relato de Juana de Arco
El tiempo pasa despacio en el hospital, pero yo naci dotada de una larga paciencia. ?Cuantos meses me tomo serruchar con una lima los barrotes de la ventana cuando me escape de la esclavitud sexual en que estuve? Ya ni lo recuerdo. ?Cuanto anos hasta que volvi a saber de las dos companeras que perdi aquella noche en que me acompano Viviana? ?Las cosas de la vida! Si hubiesen tenido la paciencia de esperar donde les dije, otra seria su historia. Pero no tuvieron paciencia. Por eso una sigue de chivo en chivo y la otra kaput, muerta. Es bien facil morirse si uno es bonita, y pobre. Un traspie, una cara mal leida, un poco de confianza al sujeto equivocado y te fuiste, triste. En cambio, ?que suerte la mia! A veces hasta me parece injusta tanta suerte para una sola persona. Por eso la mujer en esta cama jamas padecera mientras yo viva. Soy su Juana de Arco, su caballera andante, soy capaz de todo por ella. Creo que no lo sabe, y es mejor asi. Si tuvieramos plena conciencia de cuan trascendente puede llegar a ser para otro ser humano un solo gesto de solidaridad, tendriamos que repensar toda nuestra vida, porque hay que ver lo que significo para mi la intervencion de Viviana.
Eso estaba pensando. Lo recuerdo bien. Exactamente eso, cuando Viviana abrio los ojos. Yo no me movi, se los juro. Yo estaba recostada en la silla, sin zapatos, con los pies al borde de su cama, con el libro sobre las piernas, ida en mis pensamientos. La verdad es que yo estaba alli sin estar estando. Me iba en mi mente. Me bastaba oir en la maquina los latidos de su corazon, para estar tranquila. No necesitaba verla. A fin de cuentas, ella llevaba dos meses en ese estado. Yo le hacia ejercicios, le movia las piernas, los brazos, asistia a la enfermera que la banaba, le sobaba la cabeza, le hablaba, le leia. Solo cuando llegaba Emir, me salia. Pero el era muy emotivo. Ni quince minutos pasaba junto a Viviana y ya estaba llorando. Me daba pesar. Eran unos lagrimones de hombre los que le salian. Le costaba mucho verla asi, pero venia a menudo. Se iba a Washington y el fin de semana no fallaba. Me relevaba sabados y domingos. No es que yo necesitara que me relevaran, pero, bueno, el era el hombre de ella. A veces tambien llegaba Celeste. A veces, yo tenia que trabajar, pero poco a poco Martina y las demas me relevaron de otras obligaciones. Que yo estuviera con Viviana las tranquilizaba; podian dedicarse a sus cosas sin preocuparse. Y eso era importante. Yo lo tenia muy claro.
Pero, como digo, cuando abrio los ojos, no me movi. Me quede congelada, esperando. Eran como las tres de la tarde. El sol entraba por la ventana y la luz oblicua sobre la cama no dejaba lugar a dudas de que estaba viendo los ojos abiertos de Viviana. Me movi muy despacio; despacio baje las piernas y me incline hacia delante para acercarme. No seas brusca, me dije. Al suave, al suave. Fui aproximandome a su cara, hasta que pense que la mia quedaba enmarcada en la lente de sus ojos. Le susurre: Vivi, Vivi.
Normalmente, por respeto, yo le llamaba Presidenta, pero me parecio ridiculo decirle Presidenta en aquellas circunstancias, asi que eso fue lo que dije: Vivi.
Me miro. ?Ay, Dios mio! Lo que es que alguien que uno quiere lo
Fue como si me tocara. Senti sus ojos recorrer mi frente, las agujas de mi pelo engomado, el arco de iris cejas, mi nariz, mi boca, los aretes en mis orejas. Se van a reir, pero era sensual aquella mirada: me dibujaba como si ella fuera una exploradora descubriendo un continente perdido, como si me lamiera con gusto y regusto. Y yo me sonrei como que me hicieran cosquillas. Le pase la mano por la frente. Hola, le dije, hola Vivi. Y ella sonrio tambien. Y tambien me dijo: Hola, hola, casi sin voz, un hola que intui mas que oi. Su garganta estaria tan seca, pense. Pero le volvi a decir hola no se cuantas veces, despacio, y ella tambien, hasta que empece a oir apenas la palabra formandose en su garganta. Bienvenida, dije despues. Y ella sonrio, y yo no cabia en mi de gozo porque senti que nos estabamos comunicando, que ella estaba alli de cuerpo entero, que sabia que yo estaba alli, que hasta tenia sentido del humor, por la manera en que sonrio cuando le dije 'bienvenida'.
Le bese la frente, le aprete la mano. Ella me devolvio el apreton. Tenuemente, pero senti sus dedos enroscarse en los mios. Espere un rato. No llame a nadie. Queria ese momento para mi. Era mio; mi recompensa por no dudar que ella regresaria. Sus ojos se movieron. Miro el techo, las ventanas.