presencia. Un dia llego a la puerta de mi casa pidiendo comida. Yo grite y ella respondio con insultos espantosos. La tia Chela me consolo y, sorprendida ante la intensidad de mi miedo, me formulo la pregunta mas lucida de toda mi infancia: «?No sera, mijita, que tu problema con ella no es mas que el susto de llegar alguna vez a ser asi?» La Vieja de la Suerte fue siempre una obsesion, como tantas otras que he tenido. Pero creo que esta se ligaba a una intuicion muy profunda sobre mi misma: el pavor al desborde, a la caida. La Vieja de la Suerte habitaba en mi bajo la forma del miedo a traspasar los limites.

La tia Chela era la esencia de una vida minima. De alguna forma se alegro por el cambio de casa: por fin daba con algo que se arriesgaba a perder. Pero yo nunca les perdone a mis padres que por subir de categoria de barrio nos hubiesemos deshecho de ella.

Una vez nos pidieron, en mi nuevo colegio, que llenaramos un formulario sobre nuestros antecedentes familiares: numero de hermanos, actividad del papa, de la mama, etcetera. En el casillero que decia profesion del padre, yo escribi panadero. Mis companeras se rieron de mi. Todas lo habian llenado, orgullosamente, con los titulos de abogado, ingeniero, medico… ?El papa de la Josefina es panadero! Se secreteaban y me miraban de soslayo. Cuando le conte a mi madre, palidecio: le temblaba el labio superior como solo le sucedia en momentos de mucha ira.

– ?Como se te ocurre poner eso! Empresario, deberias haber escrito. ?Empresario!

No volvio a dirigirme la palabra en toda la tarde. Estaba atosigada con esa furia impotente que no va dirigida a nadie, sino a la vida en general, cuando las cosas no son como uno quisiera.

La diferencia entre mi madre y yo frente a la pobreza es que a mi no me deshonraba; yo la veia como un estado pasajero, una enfermedad que no deja rastros.

Cuando empece a mostrar dotes musicales, pedi clases en el Conservatorio de Musica. Mi padre lo considero un capricho y riendose me dijo: «?Y de donde, Josefina? ?Con que dinero?» Mi madre, en cambio, lo tomo muy en serio. Lo que hoy me apena es que, si se esforzo, no fue por amor a la musica o por hacerme feliz. No, su afan estaba dirigido a vislumbrar la posibilidad de un camino por donde yo podria llegar a ser «alguien». Durante tres anos mi madre vendio huevos y queso, casa por casa, para pagar el famoso Conservatorio.

?Marta Aliaga le puso tanto empeno para que yo me deslizara suavemente hacia el mundo de los ricos! Pero su empeno y su ansiedad producian en mi tropezones y no deslizamientos; me ponia en guardia, me hacia sentir que era un privilegio estar alli. No era algo natural.

Cuando gane ese primer premio en el Festival de la Cancion de Vina del Mar sin que nadie lo esperase - menos que nadie, yo-, y salte a la «celebridad» de la noche a la manana, lo agradeci casi exclusivamente por mi madre: era mi regalo para su voracidad. Tambien fue para ella mi pensamiento cuando tuve la caratula de mi primer disco en las manos. Bien por ella, me dije. Podria haber dicho, lisa y llanamente, bien por su arribismo. Pero… no es nada facil para una hija reconocer los defectos de su madre, menos uno tan feo.

En mi opinion, le he retribuido con creces. No me siento en deuda con ella. Primero fue el canto. Y luego, lo que corono todas sus ambiciones: Andres. Muy en el fondo, pienso, la fama sola no le bastaba. Era la suma de esa fama con el prestigio lo que la llevaria, por fin, a la serenidad. Y eso le regale al casarme con Andres Valdes.

Por fin la he hecho feliz.

Y por fin ya no me paso ninguna pelicula: somos nuestros padres y las circunstancias que nos toco vivir, nada mas. (Jesus Ferrer y Marta Aliaga, el Festival de la Cancion de Vina del Mar.) La suma de lo que nuestros padres pusieron alli y lo que se ha moldeado a traves de las circunstancias. Nada mas.

Cuando le insinue esta idea a Violeta, hace anos, ella me pregunto:

– Entonces, los maridos y los hijos, que se supone nos definen tanto, ?que serian?

– Circunstancias -replique-, nada mas que circunstancias.

2.

Violeta.

Corazon maldito

Sin miramientos, si, sin miramientos

Ciego, sordo y mudo

De nacimiento, si, de nacimiento

Me das tormento.

Violeta, casi la otra mitad de mi misma, ha cometido un asesinato. Violeta fue llevada a la carcel. Violeta fue mas tarde absuelta. Violeta partio.

Se mezclan una con la otra nuestras historias. Hoy llego a la sorprendente conclusion de que soy yo quien depende de ella, y no al reves, como pense muchas veces. Violeta mato y se salvo. Entonces, exactamente ahi, comenzo mi descenso.

Llego el verano, ese de fines del 91, pero yo seguia en el invierno, en mi propio invierno interior del que no he vuelto a salir.

Cuando Violeta partio, senti que el mismo material del presente construia mi porvenir y que este no me traeria ningun crecimiento. Las eternas ganas de Violeta de impulsar futuro partieron con ella. Ya no habria voz alguna que me dijera: Josefa, Josefa, ?imaginemos lo venidero! Ya nadie me pediria que dejara mi pensamiento a la deriva. Y cuando algun dia, algun dia de los dias, me preguntara: ?que rastros te ha ido dejando la vida, Josefa?, yo no tendria respuesta.

Me lo dijo ella: sera debil todo lo que no encuentre sitio en tu corazon. Si lo que Violeta me dejo en prenda fue eso, mi corazon esta vacio. Inmune para asumir ninguna realidad, como diria el filosofo, por estar al margen de las utopias. ?0 debo entender que la prenda de Violeta fueron sus duelos, que le dieron por fin cauce a los mios?

Debi desapegarme de todo lo que derrotara la energia, y no pude. Es que el demonio inquieto, ese que la poseia a ella, se prendo de mi.

Cualquier cosa para ella, menos la trivialidad sin sobresaltos.

Asi fue su juicio.

Tenias razon, Violeta, al citar a Hernandez: menos tu vientre, todo fue oscuro.

Yo nunca habria aprobado un exceso semejante: el asesinato. Eso ha hecho ella. Recuerdo haberle preguntado, muy seria, a Andres:

– En el estricto sentido de la convencion, ?no te parece que Violeta es francamente inmoral?

– Puede ser -me respondio-, pero no es ese el sentido que prima en mi.

Sin embargo, el tiempo y los hechos me han llevado a concluir, luego de analizarlo mucho, que toda mujer-en el limite, entrando en el desborde tan temido- es capaz de matar a su hombre.

Y, ante mi asombro, no fui la unica que llego a esa conclusion.

La sociedad chilena se alboroto bastante con este asesinato. Si hubiese pasado en una poblacion marginal, comento Violeta mas tarde, habria sido un caso mas. Y es cierto. El escritor conocido asesinado por una mujer profesional, «de colegio caro», como dijo mama. Nadie quedo indiferente. ?Cuantas fotografias de Violeta en los periodicos! ?Cuantas especulaciones! ?Cuantos ataques y cuantas defensas de los movimientos sociales! Virulentos unos y otros, hasta el extremo de pedir la pena de muerte, aquella, la ejemplarizadora. El escandalo no paraba, parecia no tener fin.

Hija de la rebeldia

la siguen veinte mas veinte.

Porque regala su vida

ellos le quieren dar muerte.

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