hacia abajo.

A fin de ahuyentar cualquier sombra de duda, uno de ellos se habia atrevido a formular la pregunta que mas le escocia. Habia preguntado: «Y los anarquistas, los revolucionarios, ?todavia existen?» «?Oh, claro que todavia existen! -habia contestado sonriendo su guia-. Viven en ciudades que son solamente para ellos, construidas bajo los hielos de los Polos, de manera que, si por azar quisieran perjudicar a los demas, no podrian hacerlo.»

«?Y los ejercitos? -seguia insistiendo el otro-, ?como es que no se ve ni un solo soldado?»

«Ya no existen los ejercitos», contestaba el joven.

Llegados a ese punto, ambos suspiraban aliviados: ?por fin el ser humano habia regresado a su bondad original! Pero se trataba de un alivio de breve duracion, porque inmediatamente el guia les comunicaba: «Oh, no, no es ese el motivo. El hombre no ha perdido la pasion por destruir, sino que solamente ha aprendido a contenerse. Los soldados, los canones, las bayonetas, son instrumentos que han sido superados. En su lugar hay un ingenio poderosisimo aunque pequeno: justamente a el le debemos la ausencia de guerras. Efectivamente, bastaria subir a una montana y dejarlo caer desde lo alto para que el mundo entero se redujera a una lluvia de esquirlas y polvillo.»

?Los anarquistas! ?Los revolucionarios! Cuantas pesadillas de mi infancia hay en esas dos palabras. Tal vez para ti sea un poco dificil comprender eso, pero has de tener en cuenta que cuando estallo la Revolucion de Octubre yo tenia siete anos. Oia que los mayores decian en voz baja cosas terribles; una companera mia del colegio me habia dicho que en poco tiempo los cosacos llegarian hasta Roma, hasta San Pedro, y que abrevarian sus caballos en las sagradas fuentes. El horror, naturalmente presente en las mentes infantiles, se habia empapado de aquella imagen: por las noches, en el momento de dormirme, oia el rumor de sus cascos llegando al galope desde los Balcanes.

?Quien hubiera podido imaginar que los horrores que me tocaria ver serian diferentes, mucho mas perturbadores que unos caballos al galope por las calles de Roma? Cuando era nina, al leer ese libro echaba muchas cuentas para calcular si, dada mi edad, lograria asomarme al 2000. Noventa anos me parecian una edad bastante avanzada pero no imposible de alcanzar. Esa idea me daba una especie de embriaguez, un leve sentimiento de superioridad sobre todos aquellos que no conseguirian llegar al 2000.

Ahora que casi hemos llegado, se con certeza que yo no lo alcanzare. ?Siento nostalgia? ?Lo lamento? No, solo estoy muy cansada, entre todas las maravillas que nos vaticinaban solo he visto a una convertirse en realidad: el ingenio poderosisimo y minusculo. No se si esto les ocurre a todos en los ultimos dias de la existencia, esta repentina sensacion de haber vivido demasiado, de haber visto demasiado, de haber sentido demasiado. No se si al hombre del neolitico le ocurria como ahora o no. En el fondo, pensando en el siglo que he atravesado casi enteramente, tengo la idea de que de alguna manera el tiempo ha padecido una aceleracion. El dia es siempre un dia, la noche siempre se prolonga en proporcion al dia, el dia en proporcion a las estaciones. Asi es ahora, como en los tiempos del periodo neolitico. El sol sale y se pone. Astronomicamente, si es que hay alguna diferencia, esta es minima.

Sin embargo, tengo la sensacion de que ahora todo esta mas acelerado. La historia hace que ocurran muchas cosas, nos hace blanco de acontecimientos siempre diferentes. Al terminar cada dia nos sentimos mas cansados, cada vez mas; al terminar una vida, exhaustos. ?Es suficiente que pienses en la Revolucion de Octubre, en el comunismo! Lo vi aparecer; por culpa de los bolcheviques no dormi por las noches; lo he visto difundirse por los paises y dividir el mundo en dos grandes gajos, de un lado el blanco y del otro el negro -blanco y negro siempre en permanente lucha entre si- y por esa lucha nos hemos quedado todos con el aliento suspendido: existia aquel ingenio, ya lo habian lanzado pero podia volver a caer en cualquier momento. Despues, de repente, un dia como otro cualquiera, conecto la television y veo que todo eso ya no existe, se derriban los muros, las alambradas, las estatuas: en menos de un mes la gran utopia del siglo se ha convertido en un dinosaurio. Esta embalsamada, en su inmovilidad se ha vuelto inofensiva, esta situada en medio de una sala y al pasar delante de ella todos dicen: «?Que grande era, oh! ?Que terrible era!»

Digo el comunismo pero hubiera podido decir cualquier otra cosa, ante mis ojos han pasado tantas, y ninguna ha permanecido. ?Entiendes ahora por que te digo que el tiempo se ha acelerado? Durante el neolitico, ?que podia ocurrir a lo largo de una existencia? La temporada de las lluvias, la de las nieves, la estacion del sol y la invasion de la plaga de langostas, alguna escaramuza cruenta con unos vecinos poco simpaticos, acaso la llegada de algun pequeno meteorito con su crater humeante. Aparte del propio territorio, mas alla del rio no habia otra cosa. Al ignorar la extension del mundo, forzosamente el tiempo era mas lento.

«Que puedas tu vivir en anos interesantes», se dicen, al parecer, unos a otros los chinos. ?Un benevolo augurio? No lo creo, mas que un augurio me parece una maldicion. Los anos interesantes son los mas agitados, son aquellos en los que ocurren muchas cosas. Yo he vivido anos muy interesantes, pero los que tu habras de vivir tal vez sean mas interesantes todavia. Aunque se trata de un simple convencionalismo astronomico, al parecer el cambio de milenio siempre trae consigo una gran perturbacion.

El dia 1 de enero del ano 2000, los pajaros se despertaran en la copa de los arboles a la misma hora que el 31 de diciembre de 1999, cantaran de la misma manera y, apenas hayan terminado de cantar, iran en busca de alimento. En cambio, para los hombres todo sera diferente. Tal vez -en caso de que no se haya producido el castigo previsto- se apliquen con buena voluntad a la construccion de un mundo mejor. ?Ocurrira eso? Tal vez, pero acaso no. Los indicios que hasta el dia de hoy he podido percibir son diferentes entre si y todos se contradicen entre si. Hay dias en que me parece que el hombre no es sino un gran mono a merced de sus instintos y, lamentablemente, en condiciones de manipular armas complicadas y peligrosisimas; al dia siguiente, en cambio, tengo la sensacion de que ya ha pasado lo peor y de que empieza a emerger la parte mejor del espiritu. ?Cual de las hipotesis sera la verdadera? Quien sabe, tal vez ninguna de las dos, tal vez realmente el Cielo, durante la primera noche del 2000, para castigar al hombre por su estupidez, por la manera tan poco sabia que ha tenido de despilfarrar su potencialidad, hara que caiga sobre la tierra una terrible lluvia de fuego y guijarros.

En el ano 2000 tu tendras apenas veinticuatro anos y veras todo eso; yo, en cambio, ya me habre marchado, llevandome a la tumba esta curiosidad insatisfecha. ?Estaras preparada?, ?seras capaz de enfrentarte con los nuevos tiempos? Si en este momento bajase del cielo un hada buena y me dijera que puedo pedir tres deseos, ?sabes que le pediria? Le pediria que me convirtiese en un liron, en un herrerillo, en una arana casera, en algo que viva a tu lado sin ser visto. No se cual sera tu futuro, no consigo imaginarlo; dado que te quiero sufro mucho al no saberlo. Las pocas veces que hemos mencionado el asunto tu no lo veias nada rosado: con el absolutismo de la adolescencia estabas convencida de que la desdicha que te perseguia entonces te seguiria persiguiendo siempre. Yo estoy convencida exactamente de lo contrario. ?Y eso por que?, te preguntaras, ?que senales me llevan a alimentar esa idea descabellada? Por causa de Buck, tesoro mio: siempre y solo por causa de Buck. Porque cuando lo escogiste en la perrera creias haberte limitado a escoger un perro entre otros perros. En realidad, durante esos tres dias libraste en tu interior una batalla mucho mas grande, mucho mas decisiva: sin la menor duda, entre la voz de la apariencia y la voz del corazon, sin la mas minima vacilacion, elegiste la del corazon.

Es muy probable que a tu misma edad yo hubiese elegido algun perro de suave pelaje y elegante estampa, habria escogido al mas noble y perfumado, un perro para sacar a pasear y provocar envidia. Mi inseguridad, el ambiente en que habia crecido, ya me habian entregado a la tirania de la exterioridad.

21 de diciembre

Como resultado de toda esa larga inspeccion en el desvan, al final solo baje el belen y el molde para tartas que habian sobrevivido al incendio. «Vaya por el nacimiento -diras tu-, pero el molde, ?que tiene que ver?» Pues ese molde pertenecia a mi abuela, es decir a tu tatarabuela, y es el unico objeto que ha quedado de toda la historia femenina de mi familia. Con la larga permanencia en el desvan se ha oxidado mucho, lo lleve inmediatamente a la cocina y en el fregadero, utilizando la mano buena y las esponjas adecuadas, trate de limpiarlo. Piensa en la cantidad de veces que, durante su existencia, ha entrado y salido del horno, cuantos hornos diferentes y cada vez mas modernos ha visto, cuantas manos diferentes y, sin embargo, parecidas lo han rellenado de masa. Si lo traje abajo fue para que siguiese viviendo, para que tu lo utilices y acaso, a tu vez, lo dejes para que lo usen tus hijas, para que en su historia de humilde objeto resuma y rememore la historia de nuestras generaciones.

Cuando lo vi en el fondo del baul, volvio a mi recuerdo la ultima ocasion en que estuvimos juntas. ?Cuando

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