puntos de la habitacion. Tambien se veia claramente que era magnetica para Roderick en otros sentidos, porque incluso mientras me hablaba se habia desplazado hasta el escritorio y empezo a buscar algo en aquel caos. Por fin encontro un cabo de lapiz y despues saco del bolsillo un pedazo de papel y empezo a copiar en uno de los libros de contabilidad lo que parecia ser una serie de sumas.
– Sientese, por favor -me dijo por encima del hombro-. Solo tardare un segundo. Pero acabo de volver de la granja y si no apunto ahora mismo estas malditas cifras, seguro que me olvido.
Permaneci sentado unos minutos. Pero como el no daba senales de atenderme, pense que lo mejor seria preparar la maquina; la cogi y la deposite entre las dos butacas de piel desgastada, abri el cierre y la saque del estuche. Ya habia utilizado el aparato muchas veces y era bastante simple, una combinacion de una bobina, una bateria seca y una placa metalica de electrodos, pero tenia un aspecto sobrecogedor, con todos sus cables y terminales, y cuando volvi a levantar la cabeza vi que Roderick habia dejado la mesa y lo miraba un tanto consternado.
– Vaya monstruito, ?no? -dijo, tirandose del labio-. ?Va a ponerlo en marcha ahora mismo?
– Bueno -dije, haciendo una pausa con los cables enredados en la mano-. Creia que era lo convenido. Pero si prefiere no…
– No, no, esta bien. Ya que ha venido, mas vale que empecemos. ?Me desvisto, o como funciona?
Le dije que bastaria con que simplemente se subiera la pernera del pantalon hasta mas arriba de la rodilla. Parecio alegrarse de no tener que desvestirse en mi presencia, pero cuando se hubo quitado la playera y el calcetin muy zurcido, y remangado el pantalon, se cruzo de brazos, sin saber que hacer.
– ?Es como si me afiliara a los francmasones! ?No tengo que hacer un juramento?
Me rei.
– En principio solo tiene que sentarse aqui y dejar que le examine, si no le importa. No tardare mucho.
Se sento en la butaca, me acuclille delante de el, agarre suavemente la pierna lesionada y la enderece. Cuando el musculo se tenso, Roderick solto un grunido de dolor.
– ?Le duele mucho? -pregunte-. Me temo que tengo que moverla un poco, para estudiar la fractura.
La pierna era delgada y estaba recubierta de una capa mullida de vello moreno, pero la piel tenia un aspecto amarillento y exanime, y en diversos puntos de la pantorrilla y la espinilla lustrosos hoyos y protuberancias rosas sustituian al vello. La rodilla era tan palida y bulbosa como una raiz extrana y estaba terriblemente tiesa. El musculo de la pantorrilla, superficial y rigido, formaba nudos de tejido endurecido. La articulacion del tobillo -del que Roderick hacia un uso excesivo, para compensar la falta de movimiento mas arriba- parecia hinchada e inflamada.
– Destrozada, ?eh? -dijo, con un tono mas bajo, mientras yo probaba diversas posiciones con la pierna y el pie.
– Bueno, la circulacion es lenta, y hay muchas adherencias. No es buena senal. Pero las he visto peores, desde luego… Digame si le duele aqui.
– Ay. Horrible.
– ?Y aqui?
Dio un brinco.
– ?Dios! ?Si sigue retorciendola me la va a arrancar!
Con suavidad, volvi a aferrar la pierna, la coloque en su postura natural y dedique unos momentos a calentar y amasar entre mis dedos el musculo rigido de la pantorrilla. Despues procedi a conectarle la maquina: fije unas gasas cuadradas, empapadas de una solucion salina, a las placas de electrodos, y se las sujete a la pierna por medio de unas ligaduras elasticas. El se encorvo para verme trabajar, ahora mas interesado. Mientras yo hacia los ultimos ajustes en la maquina, dijo, con una voz juvenil y sencilla:
– Esto es el condensador, ?verdad? Ya, ya veo. Y asi es como interrumpe la corriente, supongo… Oiga, ?tiene una licencia para esto? ?No voy a echar chispas por las orejas o algo asi?
– Espero que no -dije-. Pero solo le dire que el ultimo paciente al que le conecte este chisme ahora se ahorra una fortuna en peluqueros.
Pestaneo, confundido por mi tono, y por un segundo me tomo en serio. Despues capto mi mirada -por primera vez directamente aquel dia, quiza por primera vez desde el principio; me «vio», finalmente- y sonrio. La sonrisa relajo sus facciones totalmente, y atrajo la atencion hacia sus cicatrices. Se veia el parecido que tenia con su madre. Dije:
– ?Preparado?
Hizo una mueca, mas juvenil que nunca.
– Si, adelante.
Accione el interruptor. El lanzo un grito y la pierna se proyecto hacia delante, accionada por un tiron involuntario. Despues se echo a reir.
– ?No duele? -pregunte.
– No. Solo siento un hormigueo. ?Ahora se esta calentando! ?Es normal?
– Perfecto. En cuanto el calor disminuya digamelo y lo aumentare un poco.
Estuvimos asi cinco o diez minutos, hasta que la sensacion de calor en su pierna se volvio constante, lo que significaba que la corriente habia alcanzado su punto culminante. Deje que la maquina funcionara sola y me sente en la otra butaca. Roderick empezo a buscar el tabaco y el librillo de papeles en el bolsillo del pantalon. Pero como me resultaba insoportable verle liar de nuevo uno de sus miseros «clavos de ataud», saque mi pitillera y mi encendedor y cogimos un cigarrillo cada uno. Dio una larga calada al suyo, cerrando los ojos y relajando la cabeza sobre su cuello delgado.
Dije, compasivamente:
– Parece cansado.
De inmediato hizo un esfuerzo para erguirse en el asiento.
– Estoy bien. Solo que me he levantado esta manana a las seis para ordenar. No es tan duro con este tiempo; en cambio, en invierno se nota… Tampoco es que Makins sirva para mucho.
– ?No? ?Por que?
Cambio otra vez de postura y respondio como de mala gana.
– Oh, no deberia quejarme. Lo ha pasado mal, con esta maldita ola de calor: hemos perdido leche, hemos perdido hierba, y ya hemos empezado a llevar al ganado a los pastos del proximo invierno. Pero el quiere mil cosas imposibles y no tiene la menor idea de como conseguirlas. Eso me lo deja a mi, por desgracia.
Pregunte que tipo de cosas. El dijo, con el mismo tono renuente:
– Bueno, su gran idea es prolongar hasta aqui el suministro de agua. Quiere que de paso produzca electricidad. Dice que aunque vuelva a llenarse el pozo, la bomba esta a punto de estallar. Quiere que la cambie; y ahora empieza a decir que en su opinion el establo no es seguro. Le gustaria que yo lo derribara y construyese uno de ladrillo. Con un establo de ladrillo y un ordenador electrico podriamos producir leche homologada y obtener mas beneficios. No habla de otra cosa.
Estiro la mano hasta la mesa a su lado para coger un cenicero gris plomo, ya atiborrado de colillas que parecian gusanos. Yo me incline hacia el cenicero para depositar tambien mi ceniza, y dije:
– Me temo que tiene razon en lo de la leche.
Roderick se rio.
– ?Se que tiene razon! Tiene razon en todo. La granja esta totalmente destruida. Pero ?que diablos voy a hacer yo? Siempre me esta preguntando por que no libero algun capital. Es como si hubiera encontrado la expresion en una revista. Le he dicho francamente que Hundreds no tiene capital que