segundo.

Yo me habia levantado, pero me indico con un gesto que aguardara. Y mientras la observaba, abrio el cajon de su mesilla de noche y saco algo de dentro. Era una llave.

Renuente, extendi la mano.

La habitacion en que le habian instalado era el dormitorio que habia tenido como primogenito: el cuarto, supongo, donde habia dormido durante las vacaciones escolares y, mas adelante, en sus breves permisos de la fuerza aerea, antes del accidente. Estaba en el mismo rellano que la alcoba de su madre, separadas ambas tan solo por el antiguo vestidor de la senora Ayres, y era horrible la idea de que Rod hubiera estado alli todo el tiempo; como lo era tener que llamar con los nudillos a la puerta, decir su nombre en voz alta y, al no recibir respuesta, introducir la llave en el cerrojo, como un carcelero. No se lo que esperaba encontrar No me habria sorprendido que se hubiera abalanzado sobre mi en busca de la libertad. Recuerdo que al abrir la puerta me acobarde, preparado para recibir su colera y sus insultos.

Pero lo que encontre fue, en cierto sentido, peor. Las cortinas de las ventanas estaban corridas a medias y en la habitacion reinaba la penumbra. Tarde un momento en ver que Rod estaba sentado en la cama, con un pijama de rayas juvenil y una vieja bata azul, y en vez de correr hacia la puerta abierta, me observo acercarme y se quedo muy quieto. Tenia una mano en la boca, cerro los dedos laxamente hasta formar un puno; rapidamente empezo a golpetearse con el pulgar el labio. Incluso con la escasa luz y a cierta distancia vi lo mal que estaba. Al aproximarme distingui el color graso, blancoamarillento, de su cara y sus ojos hinchados, con aire dolorido. Parecian persistir restos de hollin en los poros de su piel y en el aceite de su pelo sin lavar. No se habia afeitado y la barba incipiente crecia desigual, debido a las cicatrices; tenia la boca palida y los labios contraidos. Tambien me asombro su olor: el olor a humo, a sudor y a halitosis. Debajo de la cama habia un orinal que visiblemente habia sido recien utilizado.

No dejo de mirarme mientras me acercaba, pero no respondio cuando le hable. Solo rompio el silencio cuando me sente a su lado, abri el maletin y suavemente le separe las solapas de la bata y el pijama para ponerle el estetoscopio en el pecho. Y lo que dijo fue:

– ?Lo oye?

En su voz solo resono un asomo de ronquera. Le incline hacia delante para ponerle el estetoscopio en la espalda.

– ?Si oigo que?

Tenia la boca cerca de mi oido. Dijo:

– Lo sabe muy bien.

– Lo unico que se, como su madre y su hermana, es que inhalo gran cantidad de humo la otra noche. Quiero asegurarme de que no le ha afectado.

– ?Afectarme? Oh, no haria eso. No quiere eso. Ya no.

– No hable ahora, por favor.

Desplace el estetoscopio. El corazon le latia con fuerza y tenia el pecho tenso, pero no halle rastro de enfermedad o debilidad en sus pulmones, y volvi a recostarle sobre la almohada y a cerrarle el pijama y la bata. El se dejo hacer, pero aparto la mirada y pronto se puso de nuevo la mano en la boca y empezo a puntearse el labio. Dije:

– Rod, el incendio dio un susto de muerte a todo el mundo. Parece que nadie sabe como empezo. ?Que recuerda usted? ?Puede decirmelo? -El parecia no escucharme-. ?Rod?

Volvio a mirarme, fruncio el ceno y se puso casi de mal genio.

– Ya se lo he dicho a todos: no recuerdo nada. Solo que estaba usted alli, y que despues vino Betty y luego Caroline, y que ella me acosto. Creo que tuve un sueno.

– ?Que clase de sueno?

Seguia toqueteandose el labio.

– Un sueno. No lo se. ?Que mas da?

– Podria haber sonado, por ejemplo, que se levantaba. Que intento encender un cigarrillo o una vela.

Se le paralizo la mano. Me miro, incredulo.

– ?No estara tratando de decirme que todo aquello fue un accidente!

– Todavia no se que pensar.

Se removio en la cama, excitado.

– ?Despues de todo lo que le conte! ?Hasta Caroline sabe que no fue un accidente! Habia cantidad de fuegos, dice ella. Dice que las otras marcas en mi habitacion eran tambien pequenos incendios. Fuegos que no prendieron.

– No lo sabemos seguro -dije-. Y es posible que no lo sepamos nunca.

– Yo si lo se. Lo supe, aquella noche. ?No se lo dije, que se avecinaba movimiento? ?Por que me dejo solo? ?No vio que no podia con aquello?

– Rod, por favor.

Pero el se agitaba de un lado para otro como si le costara controlar sus movimientos. Era como un hombre con delirium tremens; un espectaculo horrible.

Por fin alargo al brazo para coger el mio y se aferro a el.

– ?Y si Caroline no hubiera llegado a tiempo? -dijo. Los ojos le ardian-. ?Toda la casa se hubiera incendiado! Mi madre, mi hermana, Betty…

– Vamos, Rod. Calmese.

– ?Calmarme? ?Soy practicamente un asesino!

– No diga tonterias.

– Es lo que dicen, ?verdad?

– Nadie dice nada.

Me retorcio la manga de la chaqueta.

– Pero tienen razon, ?no lo ve? Pense que podria mantenerlo a raya, detener la infeccion. Pero soy demasiado debil- Estoy infectado desde hace mucho tiempo. Me esta cambiando. Crei que estaba ahuyentandolo de madre y de Caroline. Pero todo este tiempo ha estado operando a traves de mi, como un medio de llegar a ellas. Ha sido… ?Que esta haciendo?

Yo me habia apartado para coger mi maletin. Me vio sacar un tubo de comprimidos.

– ?No! -grito, dandome con la mano un golpe que lanzo el tubo por el aire-. ?Nada de eso! ?No lo entiende? ?Quiere ayudarle? ?Es lo que pretende? ?No debo dormirme!

El golpe de su mano y la locura evidente de su semblante y sus palabras me asustaron. Pero mire con inquietud sus ojos hinchados y dije:

– ?No ha dormido? ?No ha dormido desde hace dos noches?

Le tome la muneca. Su pulso seguia estando acelerado. El se zafo.

– ?Como voy a dormir? Ya era bastante dificil antes.

– Pero, Rod, tiene que dormir -dije.

– ?No me atrevo! Y usted tampoco lo haria si supiera como fue. Anoche… -Bajo la voz y miro astutamente alrededor-. Anoche oi voces. Pense que habia algo en la puerta, algo que rascaba, que queria entrar. Pero luego comprendi que el ruido estaba dentro de mi, que la cosa que rascaba estaba en mi interior e intentaba salir. Esta esperando, ?comprende? Menos mal que me tienen encerrado, pero si me duermo…

No termino la frase, pero me miro de un modo que para el sin duda tenia un significado inmenso. Despues encogio las piernas, se tapo la boca con las manos y empezo de nuevo a tamborilear con el pulgar sobre el labio. Me levante de la cama para recoger las pastillas que el habia lanzado al suelo; adverti que al buscarlas me temblaba la mano, porque por fin habia comprendido lo profundamente inmerso que Rod estaba en su alucinacion. Me incorpore y le mire con impotencia, y luego mire alrededor de la habitacion y vi pequenos recuerdos tragicos del nino encantador y alegre que debio de haber sido: la estanteria de los libros de aventuras todavia en su sitio en la pared, los trofeos y maquetas, las cartas de navegacion aerea y las anotaciones escritas con una descuidada letra de adolescente… ?Quien habria podido predecir aquel declive? ?Como se habia producido? De pronto se me ocurrio que su madre debia de tener razon: ningun grado de tension,

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