– Hola, Husky. Veinte minutos de retraso.

Paul Lizard llevaba una sudadera rosa. ?Una sudadera rosa! Debia de ser su idea de la ropa informal del fin de semana.

– Tengo hambre -dijo la rep como saludo.

– ?Si? Pues yo tambien. Espera.

Conecto con la cantina del edificio y pidio pizzas, salchichas con sabor a pollo, huevos fritos, panecillos calientes, fruta, queso con pipas tostadas y mucho cafe.

– Nos lo traeran a la sala de pruebas. Ven conmigo.

Entraron en la sala, que estaba vacia, y se sentaron en torno a la gran mesa holografica. Paul ordeno a las luces que se atenuaran. Al otro lado del tablero, iluminado tan solo por un lechoso resplandor que provenia de la mesa, el rostro del hombre parecia de piedra.

– Escucha, Husky… vamos a jugar a un juego. El juego de la colaboracion y el intercambio. Tu me cuentas algo y yo te cuento algo. Por turnos. Y sin enganar.

Eso no te lo crees ni tu, penso Bruna; y luego tambien penso que ella tenia pocas cosas que contar. Pocas fichas que jugar.

– ?Ah, si, Lizard? Pues yo quiero que me expliques por que nadie habla de las memorias adulteradas. Y que es lo que contienen esas memorias.

El hombre sonrio. Una bonita sonrisa. Un gesto inesperadamente encantador que, por un instante, parecio convertirle en otra persona. Mas joven. Menos peligrosa.

– Te toca empezar a ti, naturalmente. Dime, ?como crees que ha muerto tu clienta?

Bruna fruncio el ceno.

– Obviamente la asesinaron. Es decir, le implantaron la memoria adulterada contra su voluntad.

– ?Como estas tan segura de que no lo hizo de modo voluntario?

– No me parecia una mujer que se drogara. Y ademas conocia lo de las memas letales, no se habria arriesgado. Sobre todo despues de haber sido amenazada.

– Ah, si. Lo de la famosa bola que aparecio en su despacho. ?Y que habia en esa bola?

– ?No lo sabes? -se sorprendio Bruna-. ?No te la han proporcionado en el MRR?

– Habib dice que no la tiene. Que la tienes tu.

– Se la devolvi ayer con un mensajero.

– Pues acabo de hablar con el y no le ha llegado. El robot ha debido de desaparecer misteriosamente por el camino. Pero tu analizaste el mensaje…

Bruna reflexiono un instante. ?La bola se habia perdido? Todo era bastante extrano.

– Eh, un momento, Lizard. Para un poco. Ahora te toca a ti darme informacion.

Paul asintio.

– Muy bien. Mira a estas personas…

Sobre el tablero empezaron a formarse las imagenes holograficas de tres individuos. Para ser exactos, de tres cadaveres. Un hombre con un agujero en la frente perfectamente redondo y limpio, seguramente un disparo de laser. Otro varon con el cuello cortado y lleno de sangre. Y una mujer con media cara volada, tal vez por una bala explosiva convencional o por un disparo de plasma. Bruna dio un pequeno respingo: el medio rostro que le quedaba a la victima le era vagamente familiar. Si, esa oreja fuera de lugar era inconfundible.

– ?Los conoces? -pregunto el policia.

– Solo a la ultima. Creo que es una traficante de drogas de los Nuevos Ministerios. Le compre una mema hace tres dias.

– ?Y que hiciste con ella? ?La has usado?

– ?Quienes son los otros?

– Todos traficantes ilegales. Camellos conocidos. Alguien se ha puesto a asesinarlos. ?Sera para vengarse por las memorias letales?

– ?O para quitarse la competencia de en medio y poder vender la mercancia adulterada? Mande la mema a analizar. Era normal. Pirata, pero inocua.

Paul volvio a asentir. En ese momento llego el robot de la cantina con el almuerzo. Probablemente la calidad de los platos no fuera muy buena, pero estaban calientes y resultaban lo suficientemente apetitosos. Pusieron las bandejas sobre la mesa y durante unos minutos se dedicaron a comer con silenciosa fruicion, mientras las imagenes de los tres cadaveres seguian dando vueltas en el aire. Parecia muchisima comida, pero a los pocos minutos Bruna constato con cierto asombro que entre los dos habian conseguido acabar con todo. La rep se sirvio otro cafe y miro a Lizard con la benevolencia que produce el estomago lleno. Comer junto a alguien cuando se tiene hambre predispone a la complicidad y la convivencia.

– Bueno. Creo que me ibas a hablar del contenido de la bola holografica que recibio Chi… -dijo el hombre apartando los platos.

Bruna suspiro. Se encontraba mucho mejor de la resaca.

– No, no. Te toca a ti. Yo te he contado lo de la mema ilegal.

Lizard sonrio y volvio a manipular la mesa. Aparecieron dos nuevos muertos flotando espectralmente delante de ellos. Dos reps. Desconocidos.

– No se quienes son -dijo Bruna.

– Pues veras, son dos cadaveres curiosos. Trabajaban para el MRR. Bueno, trabajaban para una empresa externa de mantenimiento cuyo unico cliente era el MRR. ?Te suena esto de algo?

La detective mantuvo una expresion impasible.

– ?Como han muerto? -pregunto para ganar tiempo.

– Dos tiros en la nuca. Ejecutados.

?Debia contarle o no? Pero no queria revelar detalles que Habib le habia dado sin contar con el permiso del androide. Al fin y al cabo el era su cliente. Decidio darle a Lizard otra pieza de informacion en lugar de eso.

– Pues ni idea, de esto no se nada. En cuanto a la bola holografica, se veia a Chi en un discurso de…

– No, ahorrate esa parte, se como era el mensaje. Habib me informo. Lo que quiero saber es el resultado de tu analisis.

– Las imagenes del destripamiento son de un cerdo y hay un 51 % de probabilidades de que no provengan de ningun matadero legal, sino que sea algo domestico. Y no consegui encontrar ningun rastro, ningun dato, ningun indicio, ninguna credencial. Solo…

– ?Solo?

– ?Puedo usar tu mesa holografica?

– Claro.

Bruna pidio la conexion desde su ordenador movil y Lizard se la concedio. Segundos despues se formo delante de ellos el mensaje amenazante. La mesa tenia una resolucion magnifica y la imagen era a tamano natural: resultaba bastante desagradable. Cuando la pelicula acabo, la detective toco la pantalla de su muneca e hizo pasar el video original del cerdo, limpio y reconstruido. Enfoco sobre el cuchillo y agrando y perfilo la imagen hasta que se vio el ojo del rep.

– Mmmm… De modo que la secuencia fue grabada por un tecnohumano -murmuro Lizard, pensativo-. Interesante.

– Puedes quedarte con una copia del analisis.

– Gracias. Entonces, ?no te suenan de nada los dos androides que trabajaban para el MRR?

– No los habia visto en mi vida -dijo Bruna con el perfecto aplomo de quien dice la verdad-. Pero se me ocurre que podrias hacerlos pasar por un programa de reconocimiento anatomico para comprobar si el ojo que se ve en el cuchillo corresponde a alguno de ellos. Por cierto, ?donde habeis encontrado los cadaveres?

Lizard rebano con el dedo el ultimo grumo de queso blando que quedaba en el plato y se lo comio con delectacion. Hizo una mueca de preocupacion antes de hablar.

– Eso es lo mas curioso… Hemos encontrado a todos los muertos en el mismo sitio… En Biocompost C.

Es decir, en uno de los cuatro grandes centros de reciclaje de basuras de Madrid.

– ?En el vertedero?

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