el suelo y hechos trizas, pero habia otros tres cajones cerrados. Se acerco y los miro: el interior estaba bien ordenado, de modo que probablemente no habian sido abiertos. Quienquiera que fuese el que habia venido, habia debido de encontrar lo que buscaba.

La rep husmeo un poco en los cajones intactos. Fotos de familia, lazos de colores, collares baratos, diarios adolescentes de papel. Toda la parafernalia de los recuerdos falsos. Cain los tenia guardados fuera de la vista… pero no se habia deshecho de ellos.

Un inconfundible estrepito de vidrios rotos se escucho muy cerca. Bruna se volvio de un brinco y apoyo la espalda contra la pared para estar protegida por detras. Luego se quedo muy quieta. Habia sido en el dormitorio. O quiza en el cuarto de bano. Pasaron los segundos lentamente mientras el silencio se estiraba como un chicle. La rep estaba a punto de decidir que habia sido una falsa alarma cuando su aguzado oido volvio a percibir algo: un rumor furtivo, un pequeno tintineo cristalino. Algo se movia en el dormitorio. Habia alguien ahi. Entonces comprendio que, si quedaban cajones sin abrir, era porque habia sorprendido al intruso en plena faena.

Bruna se acerco sigilosamente a la puerta del dormitorio, echando de menos su pistola de plasma. Al pasar junto a la zona de la cocina agarro un cuchillo que habia en la encimera: no era mas que un pequeno cubierto de mesa, pero ella era capaz de hacer mucho con eso. Oteo desde el umbral: la cama deshecha, los armarios medio abiertos. La hoja de la ventana estaba entornada: por ahi debia de haber entrado el fisgon. Y era probable que tambien acabara de irse por ahi. La detective aguanto la respiracion un instante para concentrarse por completo en los sonidos… y volvio a percibir un roce levisimo al otro lado de la cama, junto a los armarios. No, no se habia marchado. Seguia ahi.

En decimas de segundo, con extraordinaria y calmosa lucidez, Bruna sopeso todos sus posibles movimientos. Podia ir despacio, podia ir deprisa, podia dar la vuelta a la habitacion, o saltar por encima del colchon, o rodar por el suelo. Incluso podia dar media vuelta e intentar irse del piso de Cain sin presentar batalla. Pero el hecho de que el intruso no la hubiera atacado hasta entonces permitia suponer que no se sentia muy seguro; era probable que no estuviera armado ni fuera muy peligroso, y por otra parte podia ser una buena fuente de informacion. Ademas, tenia que estar por fuerza tumbado en el suelo entre la cama y la pared y, sin armas, esa era una posicion muy desventajosa.

– Se que estas ahi. Tengo una pistola -mintio Bruna-. Levantate con las manos en alto. Voy a contar hasta tres: uno…

Y, nada mas decir el primer numero, Bruna brinco sobre la cama y se lanzo hacia el escondite del intruso. Cayo de pie al otro lado, pero no sobre un cuerpo, como ella se pensaba, sino sobre el suelo.

– ?Por el gran Morlay!

Delante de ella, entre los restos de un espejo roto, acurrucada contra el armario, una cosa peluda la contemplaba con expresion de susto. Era un animalillo de quiza medio metro de altura, con un cuerpo parecido al de un pequeno mono, pero sin cola, barrigon y cubierto de hirsutos rizos rojos por todas partes; luego venia un cuello demasiado largo y una cabeza demasiado pequena, triangular, de grandes ojos negros, que recordaba vagamente a la de los avestruces, solo que velluda y con una nariz aplastada en lugar de pico. En lo alto del achatado craneo, una cresta de pelo tieso. Tenia un aspecto desvalido y chistoso. Bruna reconocio a la criatura: era un… ?como lo llamaban? Un tragon. Era un animal domestico alienigena, ahora no recordaba de que planeta, que se habia puesto de moda como mascota. El bichejo la miraba temblando.

– ?Y tu de donde sales? -se pregunto en voz alta.

– Cata -farfullo el animal borrosa pero reconociblemente-. Cata, Cata.

Bruna solto el cuchillo y se dejo caer sentada sobre la cama, anonadada. Un mono que hablaba. O un avestruz que hablaba. Una cosa peluda que hablaba, en cualquier caso.

– ?Me entiendes? -pregunto al bicho desmayadamente.

– ?Cata! -repitio la cosa con su voz nasal y algo chillona.

La rep wikeo en su movil el termino tragon y en la pantalla aparecio la imagen de un ser muy parecido al que tenia delante y un articulo:

BUBI (pl. bubes, colloq. Tr. tragon)

Criatura de origen omaa, el bubi es un pequeno mamifero domestico que en los ultimos anos ha sido introducido en la Tierra con gran exito, porque su adaptativa y resistente constitucion permite que sea criado facilmente en nuestro planeta y porque resulta ideal como mascota. Es una especie heterosexual y carece de dimorfismo: macho y hembra son identicos en todo salvo en el aparato genital, y aun este es dificil de distinguir externamente. El bubi adulto pesa unos diez kilos y puede vivir hasta veinte anos. Es un animal limpio, facil de educar, pacifico, afectuoso con su dueno y capaz de articular palabras gracias a un rudimentario aparato fonador. La mayoria de los cientificos consideran que el habla del bubi no es mas que un reflejo imitativo semejante al de los loros terricolas. Algunos zoologos, sin embargo, aseguran que estas criaturas poseen una elevada inteligencia, casi comparable a la de los

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