– De primeras podria parecer que ese tipo de escritura tiene semejanzas con cierto alfabeto usado en mi mundo en ocasiones ceremoniales.

– La escritura de poder labarica -remacho la rep.

El hombre ignoro su intervencion y prosiguio:

– Pero estoy seguro de que se trata de una imitacion.

– Yo he visto la escritura de poder y la grafia es identica -insistio Bruna.

– ?Por que crees… perdon, por que cree usted que se trata de una imitacion, eminencia? -pregunto Paul.

– ?Por que sabes cuando un replicante es un replicante y no una verdadera persona, a pesar de ser una imitacion tan parecida? -respondio el unico.

– Por los ojos.

Bruna se indigno con Lizard. Le indigno que contestara una observacion evidentemente formulada para humillar.

– La escritura labarica tambien tiene ojos para quien sabe ver. Y esto es una falsificacion, sin duda alguna. ?Algo mas?

– Si. ?Sabe usted de quien es ese cadaver?

El sacerdote suspiro con fastidio como si se tratara de una pregunta idiota, aunque su gesto de olimpico desden quedo algo menoscabado por el retemblar de los mofletes.

– Supongo que es alguno de los replicantes recientemente ejecutados por otros replicantes.

– Y si de verdad la escritura fuera una falsificacion, ?quien podria estar interesado en implicar al Reino de Labari en un caso tan sucio como este?

– La Unica Verdad tiene mas enemigos que granos de arena el fondo de los oceanos. El Orden Primigenio siempre fue atacado por los esbirros del Desorden, que son multitud. Pero estamos acostumbrados: llevan milenios intentando desvirtuar nuestras palabras. No nos hacen mella.

– ?Milenios? El Culto Labarico empezo hace menos de un siglo -intervino la rep con aspereza.

El Canciller siguio sin mirarla.

– El Principio Unico Sagrado fue el principio de todo. Luego el hombre debil olvido quien era y lo que sabia. Nosotros solo hemos retomado el viejo camino. Solo hemos vuelto a pronunciar las palabras puras -declamo.

Luego se inclino hacia delante y clavo unos ojos llameantes en Paul, mientras el rostro se le crispaba en un gesto de asco.

– Y ademas, ?que nos importa a nosotros que maten o no a esas cosas? No formaron parte del Principio y no cuentan. No existen. No tienen mas entidad que la hebilla de tu zapato. Ya ves, nos parecen tan inapreciables e irrelevantes que incluso te hemos permitido introducir aqui, ?aqui, en la embajada labarica!, a una de esas cosas. Y, por anadidura, hembra.

El hombre se puso bruscamente en pie, aunque en realidad no se noto mucho: era bastante mas bajo de lo que su gruesa cabeza hacia prever.

– Que el Principio Sagrado sea tu Ley -mascullo ritualmente.

Y salio del cuarto arrastrando por el suelo un informe ropon de color violeta que le venia demasiado largo.

Bruna abandono el edificio a toda prisa: la ira habia puesto alas en sus pies. Lizard la seguia varios pasos atras, cauteloso y cachazudo, barruntando tormenta.

– Espera, Bruna… ?donde esta el fuego?

La rep giro sobre si misma como un latigo y apunto hacia el policia un dedo tembloroso.

– Tu… Gracias por apoyarme delante de ese miserable especista -rugio.

– Profesionalidad, profesionalidad… Una detective como tu debe saber que gran parte de nuestro trabajo consiste en interrogar a gente mala, y los malos suelen ser desagradables. No hay que perder la calma digan lo que digan. Dicen todo eso para desconcentrarte. Y contigo ha funcionado.

En realidad, la androide en el fondo lo sabia, Lizard tenia razon. Pero estaba demasiado llena de furia como para poder enfriarse tan pronto.

– Todos los humanos sois iguales. Al final siempre os apoyais los unos a los otros -dijo malignamente con los restos de amargura que le quedaban en la boca.

El rostro del inspector se ensombrecio.

– Eso no es verdad -mascullo con un dejo de fastidio.

Bruna habia deseado herirle y sin duda lo habia logrado. Ahora empezaba a arrepentirse, pero no podia pedirle perdon. No todavia. No con toda esa adrenalina y esa humillacion dandole aun vueltas por dentro. De manera que caminaron durante unos minutos el uno junto a la otra sin decir palabra y sin saber hacia donde iban, hasta que el hombre se detuvo.

– Es hora de comer. Tomemos algo rapido y asi hablamos un poco sobre el caso.

Antes de poder contestar entro una llamada de Nopal. Bruna dio un respingo, hizo una sena con la mano al policia indicando que la aguardara y se retiro unos metros para hablar con el memorista.

– ?Que haces con ese perro de presa? ?Ya has conseguido que te detenga? -dijo el escritor con sorna.

?Y a ti que te importa?, penso la detective. Pero por alguna razon no pudo decirselo. Se agarro la muneca del movil con la otra mano porque estaba temblando. Nopal la ponia nerviosa.

– Que quieres.

– Tu cita de manana. Me ha llamado el tipo. Quiere que vayas una hora antes.

Si, claro. El encuentro con el pirata que rellenaba memorias ilegales.

– Entonces sera a… las 12:15, ?no? ?Mismo lugar?

– Si.

– De acuerdo, gracias.

Pablo arrugo la frente.

– Escucha… ese Lizard es peligroso. No confies en el.

Bruna se irrito. De pronto sentia que tenia que defender al inspector. Sentia que Paul era su amigo. Paul. Era la primera vez que pensaba en el por su nombre de pila. Por lo menos, Bruna se sentia menos en riesgo con Paul que con Nopal.

– Te equivocas. El otro dia me salvo de una paliza -dijo.

Y resumio al escritor el encuentro con los matones.

– Vaya, que casualidad. Te atacan y precisamente Lizard esta ahi. Y le basta con sacar la pistola para que todo el mundo salga corriendo. Porque resulta que, oh, fortuna, ninguno de los asaltantes lleva un arma de fuego. Y nadie es detenido, desde luego. Yo se escribir escenas mucho mas verosimiles.

– Que tonteria -dijo la rep.

Pero las palabras de Nopal empezaron a zumbar alrededor de su cabeza como amenazadores avispones.

– No me creeras, Bruna, pero soy tu amigo. Estoy y estare siempre de tu lado. Y me preocupa lo que te pase. Es evidente que esta escalada de violencia antitecno esta meticulosamente organizada. Lo veo, lo se, ?me he pasado anos recreando la vida y puedo ver cuando la realidad es demasiado perfecta, mas real que lo real! Todo lo que esta sucediendo ha sido preparado, esta dirigido, tiene un guion. Y tu no puedes montar algo asi sin que intervenga tambien la policia…

La androide callo. No queria escuchar mas. Pero escucho.

– ?No hay nada de el que te haya sorprendido? ?Ningun comportamiento extrano? ?No se habra esforzado por casualidad por hacerse amigo tuyo? ?Por ganarse tu confianza?

Bruna echo una ojeada a Lizard y le pillo contemplandola desde lejos con los brazos cruzados. La androide desvio la vista a toda velocidad. En efecto, el policia le habia parecido siempre demasiado amigable… Demasiado colaborador. Como hoy. ?Por que la habia llevado a ver al sacerdote?

– Pero… ?de que le serviria hacerse amigo mio?

– Que yo sepa, eres el unico detective independiente que esta investigando el caso por cuenta de los tecnos. Si te tiene cerca, puede enterarse de lo que vas descubriendo. Y quiza quiera utilizarte para algo peor. Este guion guarda aun muchas sorpresas, y me parece que es una historia de terror. Cuidate, Bruna, y no confies en el.

Y corto la conversacion, dejando a la rep con una sensacion de orfandad y desconsuelo.

La androide regreso lentamente hacia donde la esperaba Lizard con el animo tan pesado como sus pies.

– ?Que te ha dicho? -pregunto el policia con acritud.

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