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Madrid, 30 enero 2109, 10:30

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LA PERSISTENCIA EN EL INTENTO DE FORZAR EL SISTEMA PROVOCARA UN AVISO A LA POLICIA EN TREINTA SEGUNDOS.

CONTANDO HASTA EL AVISO POLICIAL

29 28 27 26 25 24 23 22 21

Abrio los ojos y se encontro con la cara de Yiannis a dos centimetros de la suya, gritando y gesticulando con ansiedad.

– ?Cielos! -exclamo Bruna, sentandose de golpe.

Una ola de inestabilidad agito el mundo. La habitacion temblo, la cabeza dolio, el estomago se retorcio. El cuerpo le recordo, antes que su memoria, que una vez mas habia tomado demasiado alcohol la noche anterior. La figura del archivero aleteaba freneticamente por el cuarto como un gorrion atrapado. Era una maldita holollamada.

– Yiannis, se acabo. Ahora mismo anulo tu autorizacion holografica -gruno la rep, sujetandose la cabeza con la mano.

– ?Me han despedido! ?Es una conspiracion! ?Y no puedo entrar en el Archivo! Te lo intente decir anoche pero no contestabas.

Cierto. Tuvo una clara imagen de si misma rechazando las llamadas. Habia llegado a casa cansada y deprimida y se habia puesto a beber. Otras veces bebia porque estaba contenta y relajada. Y otras porque estaba angustiada. Siempre encontraba alguna razon para embriagarse. Mirando hacia atras, su corta vida estaba compuesta por una sucesion de noches de las que apenas se acordaba y por un sinfin de mananas de cuyos desabridos despertares se acordaba demasiado bien.

– A ver… tranquilizate y vuelvemelo a explicar. Despacio. Como si yo fuera un bicho y no entendiera bien el idioma…

Yiannis empezo a contar atropelladamente su conversacion con la supervisora.

– Esta bien, esta bien, ya veo. Mira, mejor voy para tu casa. En menos de una hora estare alli -dijo Bruna.

Y corto, dejando al viejo con la palabra en la boca.

Cuatro anos, tres meses y doce dias.

Tomo aire y se puso en pie.

Nauseas y mareo.

Decidio meterse otra subcutanea de paramorfina. Desde luego no era la mejor manera de acabar con una resaca, era como matar moscas con una pistola de plasma o como cortarse una mano porque te duele un dedo. Pero sabia que con eso se iba a sentir enseguida muy bien, y los tiempos estaban tan revueltos que le parecia mas prudente salir a la calle en plena forma. Ademas, todavia le dolian un poco las costillas, penso exculpatoriamente mientras se ponia la dosis. Era la penultima que le quedaba. Una pena.

Se miro en el espejo. Habia vuelto a dormir con la ropa puesta y estaba toda arrugada y retorcida. En el cuello llevaba todavia el netsuke verdadero de su falsa madre. Decidio dejarselo: le parecio que necesitaba su compania. O su proteccion.

El termometro exterior marcaba catorce grados: se habia acabado la crisis polar. Se dio una breve ducha de agua, eligio un conjunto verde metalizado del armario y se vistio sintiendose muy bien, descansada, alerta. Y tambien hambrienta. Fue hacia la zona de la cocina a prepararse algo y entonces lo vio: ?el puzle estaba hecho! Terminado. Resuelto. Lo miro estupefacta y, entre los jirones de niebla que emborronaban la noche anterior, le parecio verse a si misma colocando piezas. Debia de haber estado trabajando en el rompecabezas hasta muy tarde… Y con especial suerte o sobrehumano ahinco. La imagen del Cosmos estaba completa; y en el centro, en la zona critica que antes le faltaba y que tanto se le habia resistido durante meses, ahora se veia la nebulosa planetaria Helix, ese espectacular objeto gaseoso de la constelacion Acuario que los astronomos conocian como «el Ojo de Dios». Helix, por supuesto, se dijo Bruna casi desilusionada por la obviedad; ?como no lo habia adivinado? Era el accidente cosmico mas famoso e incluso habia un par de sectas de chiflados que lo creian sagrado. La ultima pieza del puzle activaba un pequeno efecto tridimensional y la imagen parecia vibrar y latir en la vastedad del espacio. Un ojo bellisimo ribeteado de vaporosas pestanas rojizas y con el iris intensamente azul, un ojo gigantesco que la contemplaba. Lo que hago es lo que me ensena lo que estoy buscando. Estaba buscando la nebulosa Helix, estaba buscando algo evidente y no se habia dado cuenta. Y habia tenido que emborracharse y perder la conciencia, habia tenido que dejarse guiar por la pura intuicion para completar el

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