irregulares -be, was/were, been; have, had, had; get, got, gotten; break, broke, broken; for-get, forgot, forgotten- y sus pronunciaciones -apple, world, country, people, business- que para Jim eran tan naturales y para el resultaban de lo mas complicado.
Fueron semanas terribles. Solo Hector tomaba mi defensa: Te vaciaste, Carlitos. Me parecio estupenda puntada. Mira que meterte a tu edad con esa tipa que es un autentico mango, de veras esta mas buena que Rita Hayworth. Que no haras, pinche Carlos, cuando seas grande. Haces bien lanzandote desde ahora a tratar de coger, aunque no puedas todavia, en vez de andar haciendote la chaqueta. Que esplendido que con tantas hermanas tu y yo no salimos para nada maricones. Ora cuidate, Carlitos: no sea que ese cabron vaya a enterarse y te eche a sus pistoleros y te rompan la madre. Pero, hombre, Hector, no es para tanto. Nomas le dije que estaba enamorado de ella. Que tiene de malo. No hice nada de nada. En serio no me explico el escandalo.
Tenia que suceder -se obstinaba mi madre-: por la avaricia de tu papa, que no tiene dinero para sus hijos aunque le sobra para derrocharlo en
X
Mi madre insistia en que la nuestra -es decir, la suya- era una de las mejores familias de Guadalajara. Nunca un escandalo como el mio. Hombres honrados y trabajadores. Mujeres devotas, esposas abnegadas, madres ejemplares. Hijos obedientes y respetuosos. Pero vino la venganza de la indiada y el peladaje contra la decencia y la buena cuna. La revolucion -esto es, el viejo cacique- se embolso nuestros ranchos y nuestra casa de la calle de San Francisco, bajo pretexto de que en la familia hubo muchos cristeros. Para colmo mi padre -despreciado, a pesar de su titulo de ingeniero, por ser hijo de un sastre- dilapido la herencia del suegro en negocios absurdos como un intento de linea aerea entre las ciudades del centro y otro de exportacion de tequila a los Estados Unidos. Luego, a base de prestamos de mis tios maternos, compro la fabrica de jabon que anduvo bien durante la guerra y se hundio cuando las companias norteamericanas invadieron el mercado nacional.
Y por eso, no cesaba de repetirlo mi madre, estabamos en la maldita ciudad de Mexico. Lugar infame, Sodoma y Gomorra en espera de la lluvia de fuego, infierno donde sucedian monstruosidades nunca vistas en Guadalajara como el crimen que yo acababa de cometer. Siniestro Distrito Federal en que padeciamos revueltos con gente de lo peor. El contagio, el mal ejemplo. Dime con quien andas y te dire quien eres. Como es posible, repetia, que en una escuela que se supone
Mi madre se habia olvidado de Hector. Hector se vanagloriaba de ser
Hector, quien lo viera ahora. El industrial enjuto, calvo, solemne y elegante en que se ha convertido mi hermano. Tan grave, tan serio, tan devoto, tan respetable, tan digno en su papel de hombre de empresa al servicio de las transnacionales. Caballero catolico, padre de once hijos, gran senor de la extrema derecha mexicana. (En esto al menos ha sido de una coherencia a toda prueba.)
Pero en aquella epoca: sirvientas que huian porque 'el joven' trataba de violarlas (guiado por la divisa de su pandilla: 'Carne de gata, buena y barata', Hector irrumpia a medianoche, desnudo y erecto, enloquecido por sus novelitas, en el cuarto de la azotea; forcejeaba con las muchachas y durante los ataques y defensas Hector eyaculaba en sus camisones sin lograr penetrarlas: los gritos despertaban a mis padres; subian; mis hermanas y yo observabamos todo agazapados en la escalera de caracol; reganaban a Hector, amenazaban con echarlo de la casa y a esas horas despedian a la criada, aun mas culpable que 'el joven' por andar
XI
Tambien hubo lios a principios de ano cuando Isabel se hizo novia de Esteban. En los treinta habia sido famoso como actor infantil. Al crecer perdio su vocecita y su cara de inocencia. Ya no le dieron papeles en cine ni en teatro: Esteban se ganaba la vida leyendo chistes en la xew, bebia como loco, estaba empenado en casarse con Isabel e ir a probar suerte en Hollywood aunque no sabia una palabra de ingles. Llegaba a verla borracho, sin corbata, oliendo a rayos, con el traje manchado y los zapatos sucios.
Nadie se lo explicaba. Pero Isabel era aficionada fanatica. Esteban le parecia maravilloso porque Isabel lo vio en su epoca de oro y, a falta de Tyrone Power, Errol Flynn, Clark Gable, Robert Mitchum o Cary Grant, Esteban representaba su unica posibilidad de besar a un artista de cine. Aunque fuera de cine mexicano, tema predilecto de las burlas familiares, casi tan socorrido por nosotros como el regimen de Miguel Aleman. ?Ya viste que cara de chofer tiene el tal Pedro Infante? Si claro, con razon les encanta a las gatas.
Una noche mi padre saco a Esteban a gritos y empujones: al llegar tardisimo de su clase de ingles, lo encontro en la sala a media luz con la mano metida bajo la falda de Isabel. Hector lo golpeo en la calle, lo derribo y lo siguio pateando hasta que Esteban pudo levantarse ensangrentado y huir como un perro. Isabel le retiro la palabra a Hector y se dedico a hostilizarme por cualquier motivo, si bien yo habia tratado de frenar a mi hermano cuando pateaba en el suelo al pobre de Esteban. Isabel y Esteban no volvieron a encontrarse jamas: poco despues, aniquilado por el fracaso, la miseria y el alcoholismo, Esteban se ahorco en un infimo hotel de Tacubaya. A veces pasan por television sus viejas peliculas y me parece que contemplo a un fantasma.
Pero en aquel momento la unica ventaja fue quedarme con un cuarto propio. Hasta entonces habia dormido en camas gemelas con Estelita, mi hermana menor. Cuando me declararon perverso, mi madre juzgo que la nina corria peligro. La cambiaron a la pieza de las mayores, con gran disgusto de Isabel, que estudiaba en la Preparatoria, y de Rosa Maria que acababa de recibirse de secretaria en ingles y espanol.
Hector pidio que compartieramos la habitacion. Mis padres se negaron. A raiz de sus hazanas policiales y su ultimo intento de forzar a una criada, Hector dormia bajo candado en el sotano. Solo le daban cobijas y un colchon viejo. Su antigua recamara la utilizaba mi padre para guardar la contabilidad secreta de la fabrica y repetir mil veces cada leccion de sus discos. At what time did you go to bed last night, that you are not yet up? I went to bed