Una de ellas se habia casado con un soldado de la base americana, poco despues de los hechos, y ahora vivia en Estados Unidos. La otra se fue a vivir a Stykkisholmur cinco anos despues y alli seguia censada. Erlendur se pregunto si valia la pena perder todo un dia para viajar a Stykkisholmur en vez de hablar con la mujer por telefono.

Erlendur, que hablaba poco ingles, pidio a Sigurdur Oli que llamara por telefono a la que vivia en Estados Unidos. Sigurdur Oli logro hablar con el marido, que le dijo que su mujer habia fallecido quince anos atras a causa de un cancer. Estaba enterrada en America.

Erlendur decidio llamar a Stykkisholmur y sin mayores dificultades pudo hablar con la mujer. Primero llamo a su casa, donde le dijeron que estaba en el trabajo. Era enfermera del hospital.

La mujer escucho el motivo de la llamada de Erlendur y luego le anuncio que desgraciadamente no podia ayudarle. No pudo ayudar a la policia cuando sucedio todo y nada habia cambiado desde entonces.

– Pensamos que Holberg fue asesinado -explico Erlendur- y que tiene que ver con lo que sucedio en Keflavik.

– Lo vi en las noticias de la television -dijo la voz del telefono.

La mujer se llamaba Agnes y Erlendur intentaba formarse una idea sobre su aspecto basandose en su voz. Se imaginaba una mujer energica y decidida, de sesenta y pocos anos, algo entrada en carnes, ya que la respiracion era pesada. Luego, cuando oyo que Agnes tosia con la tipica tos de una fumadora, su imagen mental cambio por completo. Ahora la veia delgada, con la piel amarillenta y arrugada. Tosia regularmente, con una tos fea y traqueteante.

– ?Te acuerdas de aquella noche en Keflavik? -le pregunto.

– Me fui a casa antes que ellas -dijo Agnes.

– Con vosotras habia tres hombres.

– Yo me fui a casa con un hombre que se llamaba Gretar. Os lo dije hace tiempo. Me resulta muy desagradable hablar de eso.

– Para mi, esa informacion de que te fueras a casa con Gretar es nueva -dijo Erlendur hojeando las paginas del informe que tenia delante.

– Ya lo dije cuando me lo preguntaron hace todos esos anos.

Volvio a toser, intentando ocultarlo.

– Perdona. Nunca he sido capaz de dejar los malditos cigarrillos. Era un desgraciado, ese pobre Gretar. Nunca mas volvi a verlo.

– ?Como os conocisteis Kolbrun y tu?

– Trabajabamos juntas. Eso fue antes de que yo empezara a estudiar enfermeria. Las dos trabajabamos en una tienda en Keflavik. Una tienda que hace mucho tiempo que cerro. Aquella fue la primera y unica vez que salimos juntas, como podras entender.

– ?Creiste a Kolbrun cuando hablo de violacion?

– No supe nada de eso hasta que un dia los de la policia aparecieron por mi casa y empezaron a hacerme preguntas acerca de aquella noche. No creo que ella hubiese mentido sobre semejante asunto. Kolbrun se preocupaba mucho de su reputacion. Era muy honrada en todo lo que hacia, pero le faltaba caracter. Era delicada y de aspecto enfermizo. Una personalidad debil. Quiza no este bien decirlo, pero no era divertida, si entiendes lo que quiero decir. Su compania era un poco aburrida.

Agnes se quedo callada y Erlendur espero a que siguiera.

– No le gustaba mucho salir a divertirse y esa noche casi tuve que obligarla a ir conmigo y con mi amiga Helga, que en paz descanse. Helga murio en America, como puede que ya sepais. Kolbrun era tan reservada y solitaria, y yo queria hacer algo por ella. Se mostro dispuesta a ir al baile y luego nos acompano a casa de Helga, pero enseguida quiso irse a la suya. Sin embargo, yo me fui antes, asi que realmente no se que ocurrio. No vino a trabajar el lunes. Recuerdo que la llame por telefono pero no contesto. Unos dias mas tarde llegaron los de la policia para preguntar sobre Kolbrun. No sabia que creer. No habia notado nada fuera de lo normal en cuanto a ella y Holberg. El era un hombre mas bien simpatico, si mal no recuerdo. Me sorprendio mucho que la policia hablara de violacion.

– Un hombre atractivo -dijo Erlendur-. Creo que le han descrito como un mujeriego.

– Recuerdo que habia venido a la tienda.

– ?Quien? ?Holberg?

– Si, Holberg. Supongo que fue por eso por lo que se sentaron a nuestra mesa en el baile esa noche. Nos dijo que era contable en Reikiavik, pero eso seria mentira, ?no es asi?

– Todos trabajaban para una compania portuaria. ?Que clase de tienda era?

– Una boutique. Vendiamos ropa de mujer. Tambien ropa interior.

– ?Y el vino a la tienda?

– Si, el dia anterior. Un viernes. Por aquel entonces me costaba recordar y sin embargo ahora me acuerdo. Dijo que estaba buscando algo para su mujer. Fui yo quien le atendio y cuando nos encontramos en el baile se comporto como si nos conocieramos.

– ?Tuviste algun contacto con Kolbrun despues de los hechos? ?Hablaste con ella sobre lo que habia pasado?

– Nunca volvio a la tienda y yo, como ya he dicho, no supe nada hasta que vosotros empezasteis a hacer preguntas. No la conocia tan bien. Intente llamarla en varias ocasiones cuando vi que no venia a trabajar, y me acerque hasta su casa, pero no estaba. No queria entrometerme demasiado en su vida. Era muy introvertida y misteriosa. Luego, un dia, su hermana vino a la tienda para decir que Kolbrun ya no volveria al trabajo. Unos anos mas tarde me entere de que habia muerto. Por entonces yo ya vivia aqui, en Stykkisholmur. Me dijeron que se suicido. ?Es eso verdad?

– Murio -dijo Erlendur, y cortesmente le dio las gracias a Agnes por la conversacion.

De pronto empezo a pensar en Sveinn, un hombre sobre el que habia leido varias cosas. Habia sobrevivido a un temporal en la meseta de Mosfell. El sufrimiento y la muerte de sus companeros no le afectaron. Era el que iba mejor equipado y el unico que logro llegar hasta un poblado. Lo primero que hizo despues de ser atendido en una casa particular fue ponerse los patines e ir a patinar a un lago cercano, simplemente para divertirse.

Mientras tanto sus companeros se congelaban en la meseta.

A partir de entonces fue conocido como El Desalmado.

Capitulo 24

La busqueda de la mujer de Husavik estaba aun sin resolver por la noche, cuando Sigurdur Oli y Elinborg se sentaron en el despacho de Erlendur para intercambiar opiniones antes de irse a casa. Sigurdur Oli dijo que no le sorprenderia que nunca llegaran a localizar a la mujer con ese sistema. Cuando Erlendur le pregunto malhumorado si sabia de algun metodo mejor, nego con un movimiento de cabeza.

– No parece que estemos buscando al asesino de Holberg -dijo Elinborg mirando fijamente a Erlendur-. Es como si buscaramos algo distinto, y no estoy segura de que puede ser. Ya has desenterrado a la nina, por ejemplo, y no tengo ni idea de por que lo hiciste. Has empezado a buscar a un hombre que desaparecio hace un monton de anos y no veo que puede tener que ver con el caso. Creo que no nos planteamos lo mas evidente: el asesino de Holberg o bien es un conocido suyo, o bien es un perfecto desconocido que entro para robarle. Personalmente pienso que lo mas probable es lo segundo. Considero que deberiamos concentrarnos en buscar a ese hombre. Un drogata o al de la chaqueta militar verde. Cosa que no hemos hecho.

– Tal vez haya sido alguien a quien Holberg pago para hacerle un servicio -interrumpio Sigurdur Oli-. Teniendo en cuenta la pornografia que almacenaba en el ordenador, es bastante probable que pagara por practicar sexo.

Erlendur escucho la critica en silencio y con la cabeza inclinada. Sabia que la mayor parte de lo que habia dicho Elinborg era verdad. Quizas estaba algo confuso a causa de su preocupacion por Eva Lind. No sabia donde podia estar, ni en que condiciones. La perseguian unos individuos que la querian mal y el era incapaz de prestarle ayuda.

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