Erlendur no conto ni a Sigurdur Oli ni a Elinborg lo que habia descubierto el forense.

– Tenemos el mensaje -dijo-. No es ninguna coincidencia que lo encontraramos al lado del cadaver.

De repente se abrio la puerta y el jefe del departamento tecnico asomo la cabeza.

– Me marcho -anuncio-. Solo os queria decir que aun estan examinando la camara de fotos y que os llamaran si encuentran algo interesante.

Volvio a cerrar la puerta, sin despedirse.

– Tal vez estemos buscando agua donde no la hay -dijo Erlendur-. Tal vez exista una solucion mucho mas sencilla para todo esto. Tal vez solo era un loco quien lo hizo. Pero tal vez, y eso es lo que yo creo, este asesinato tenga una razon mucho mas profunda y poderosa de lo que podamos pensar. Tal vez no tenga nada de sencillo. Tal vez tenga que ver con el tipo de persona que era Holberg y con lo que hizo durante su vida.

Erlendur se quedo callado un momento.

– Y el mensaje -siguio-. «Yo soy EL.» ?Que opinais de eso?

– Podria ser de algun amigo -dijo Sigurdur Oli haciendo la senal de entre comillas con los dedos-. O de un companero de trabajo. Hemos investigado muy poco en ese terreno. La verdad es que no se en que nos puede ayudar esa busqueda de marujas. No se como preguntarles si fueron violadas sin que me den con un florero en la cabeza.

– Y Ellidi, ?no ha sido un mentiroso toda su miserable vida? -pregunto Elinborg-. ?No es precisamente eso lo que quiere, que hagamos el ridiculo? ?Has pensado en eso?

– ?Ay!, por favor -dijo Erlendur como si no tuviera ganas de escuchar mas lamentos-. La investigacion nos ha llevado por estos caminos. Seria injustificable que no siguieramos las indicaciones que nos llegan, vengan de donde vengan. Se que los asesinatos islandeses no suelen ser complicados, aunque en este hay algo que no cuadra. Si quereis lo podeis tildar de simple sucesion de coincidencias, pero yo creo que este no es un crimen precipitado.

El telefono del escritorio de Erlendur empezo a sonar. Lo cogio, escucho un rato, asintio con la cabeza y dio las gracias antes de colgar. Su sospecha habia sido confirmada.

– Era del departamento tecnico -dijo mirando a Elinborg y a Sigurdur Oli-. La camara de Gretar fue utilizada para fotografiar la tumba de la nina. La han identificado por los rasgunos de los negativos Asi que es muy probable que Gretar sacara la foto. Cabe la posibilidad de que otra persona utilizase su maquina, pero lo mas probable es que fuera el mismo.

– ?Y eso que nos dice? -pregunto Sigurdur Oli mirando el reloj; habia invitado a Bergthora a salir a cenar fuera esa noche para tratar de corregir su torpeza en el dia de su cumpleanos.

– Eso nos dice, por ejemplo, que Gretar sabia que Audur era hija de Holberg. Cosa que sabia muy poca gente. Tambien nos dice que Gretar pensaba que valia la pena preocuparse de buscar la tumba y, ademas, fotografiarla. ?Lo hizo porque Holberg se lo habia pedido? ?Lo hizo contra la voluntad de Holberg? ?Tiene algo que ver la desaparicion de Gretar con la fotografia? ?Por que la encontramos escondida en el escritorio de Holberg? ?Quien se dedica a fotografiar tumbas de ninos?

Elinborg y Sigurdur Oli se quedaron quietos, mirandole, mientras hacia las preguntas. Notaron que el tono de su voz iba bajando hasta convertirse en un susurro y entendieron que no hablaba con ellos sino consigo mismo. Estaba como ausente. Se froto el pecho con una mano sin darse cuenta de ello. Se miraron mutuamente sin atreverse a decir nada

– ?Quien fotografia tumbas de ninos? -volvio a murmurar Erlendur.

Mas tarde, esa noche, Erlendur identifico al hombre que habia enviado a los cobradores a su casa en busca de Eva Lind. Consiguio informacion sobre el en el departamento de estupefacientes, donde habia una abultada carpeta repleta de informes acerca de sus actividades. Supo que solia frecuentar un bar llamado Napoleon, en el centro de la ciudad. Erlendur se presento en el bar y se sento frente al hombre. Se llamaba Eddi, tenia unos cincuenta anos, era corpulento, calvo y con unos cuantos dientes amarillos.

– ?Creias que Eva Lind recibiria un trato especial por ser la hija de un poli? -dijo Eddi cuando Erlendur se sento.

Parecia conocerle, aunque nunca se habian visto antes. Erlendur tenia la sensacion de que Eddi habia estado esperandole.

– ?La has encontrado? -pregunto, dejando vagar la vista a su alrededor.

Habia algunos infelices discutiendo airadamente y gesticulando en la penumbra incierta del establecimiento. De repente, el nombre del bar cobro sentido en la mente de Erlendur.

– Debes saber que yo soy su amigo -dijo Eddi-. Le doy lo que ella quiere. A veces me paga. A veces tarda demasiado tiempo. El de la rodilla te manda recuerdos.

– El fue quien me chivo quien eras.

– Es dificil encontrar gente de confianza -repuso Eddi senalando a los personajes del bar.

– ?Cuanto es?

– ?Eva? Tres. Y no solo me debe a mi.

– ?Podemos llegar a un acuerdo?

– Como quieras.

Erlendur saco doscientos euros de su cartera. Los habia retirado de un cajero camino del bar. Los puso sobre la mesa y Eddi conto el dinero antes de meterselo en el bolsillo.

– Creo que la semana que viene podre darte algo mas.

– Muy bien.

Eddi observo a Erlendur con cara de sorprendido. Tenian una edad parecida.

– Pense que ibas a montarme una bronca -le dijo.

– ?Para que? -pregunto Erlendur.

– Se donde esta -anadio Eddi-, pero no te esfuerces, nunca vas a poder salvar a Eva.

Erlendur encontro la casa. Habia entrado en tugurios como ese antes y por la misma razon que ahora. Eva Lind estaba echada sobre un colchon, en el suelo, rodeada de otra gente. Habia gente de su edad y gente bastante mayor. La casa estaba abierta y el unico obstaculo que Erlendur encontro para entrar fue un joven de unos veinte anos que le recibio en la puerta gesticulando. Erlendur le empujo contra la pared y despues le echo fuera. Del techo de la habitacion colgaba una bombilla. Erlendur se agacho e intento despertar a Eva. Su respiracion era regular y normal, pero tenia el pulso algo acelerado. La sacudio y le dio una suave bofetada. Eva abrio los ojos.

– Abuelo -dijo, y cerro los ojos.

Erlendur la cogio en brazos y salio de la habitacion, procurando no pisar a ninguna de las personas que estaban diseminadas, inmoviles, por el suelo. Era imposible saber si estaban despiertas o dormidas. Eva volvio a abrir los ojos.

– Ella esta aqui -susurro.

Erlendur, que no sabia de que estaba hablando, siguio andando hasta el coche. Cuanto antes la sacase de alli, mejor. La puso de pie, apoyada en el coche, mientras abria la portezuela.

– ?La has encontrado? -pregunto Eva.

– ?A quien? ?De que hablas?

La coloco en el asiento delantero y le puso el cinturon de seguridad.

– ?Viene con nosotros? -pregunto Eva Lind sin abrir los ojos.

– ?De quien demonios hablas? -grito Erlendur.

– De la novia. La guapa novia de Gardabaer. Estaba echada a mi lado.

Capitulo 25

El sonido del telefono por fin desperto a Erlendur. El zumbido retumbo en su cabeza hasta que logro abrir los ojos y mirar a su alrededor. Se habia quedado dormido en el sillon del salon. Su abrigo y su sombrero estaban sobre el sofa. La vivienda estaba a oscuras. Se levanto lentamente, pensando si podria llevar el mismo traje otro

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