simposio trienial y sesiones plenarias de la Union Astronomica Internacional. Por consiguiente, luego de consultarlo con la Fundacion Nacional para la Ciencia, los directivos de Argos reservaron el veinticinco por ciento del tiempo de observacion para proyectos no vinculados con la busqueda de inteligencia extraterrestre. Se habian producido algunos descubrimientos de importancia, por ejemplo, respecto a los objetos extragalacticos que, paradojicamente, parecian moverse a mayor velocidad que la luz; tambien, sobre Triton, el gran satelite de Neptuno, y sobre la materia oscura de las galaxias mas proximas donde no se podian ver estrellas. Comenzaron entonces a sentir que se les levantaba la moral puesto que estaban realizando una contribucion en el plano de los descubrimientos astronomicos. Cierto era que les habian prolongado el tiempo para la investigacion del cielo, pero en ese momento podian desempenar su carrera profesional con la tranquilidad de contar con una suerte de red de seguridad. Quiza no hallaran indicios de la existencia de otros seres inteligentes, pero tal vez podrian extraer otros secretos del tesoro de la naturaleza.

La busqueda de la inteligencia extraterrestre — que todos abreviaban con las siglas SETI, salvo los mas optimistas que pensaban en la comunicacion con otros seres (CETI) —, implicaba, fundamentalmente, una observacion de rutina, el motivo principal para el cual se habia construido el observatorio. Sin embargo, una cuarta parte del tiempo de uso de los radiotelescopios mas potentes del mundo se destinaba a otros proyectos.

Tambien se reservaba otra pequena cantidad de tiempo para astronomos de otros organismos. Si bien habia mejorado notablemente el estado de animo general, habia muchos que coincidian con Drumlin, que contemplaban con anoranza el milagro tecnologico que representaban los ciento treinta y un radiotelescopios de Argos y anhelaban poder usarlos para sus propios programas, indudablemente meritorios. Ellie adopto frente a Dave un tono a ratos conciliador, a ratos polemico, pero de nada le sirvio.

El hombre no estaba de buen humor.

El coloquio de Drumlin tuvo por fin demostrar que no existian extraterrestres por ninguna parte. Si el ser humano habia avanzado tanto en unos pocos miles de anos de alta tecnologia, cuanto mas profundos debian de ser los conocimientos — conjeturo — de una especie mas adelantada. Seguramente serian capaces de mover las estrellas, de cambiar la configuracion de las galaxias. Y, sin embargo, no habia en toda la astronomia ni el menor fenomeno que no pudiese explicarse por procesos naturales o que hubiera que atribuir a la accion de seres mas inteligentes. ?Por que Argos no habia captado ninguna senal radioelectrica hasta el presente? Acaso suponian que debia haber un solo radiotransmisor en todo el espacio? ?No se daban cuenta de los miles de millones de estrellas que ya llevaban estudiadas? El experimento sin duda era valioso, pero habia concluido. Ya no tendrian que examinar el resto del firmamento puesto que conocian la respuesta: ni el espacio mas remoto, ni cerca de la Tierra, habia el menor indicio de vida de extraterrestres. Esos seres no existian.

En el periodo asignado para formular preguntas, uno de los astronomos de Argos quiso saber la opinion de Drumlin acerca de la teoria segun la cual los extraterrestres existen, pero prefieren no dar a conocer su presencia para que los humanos no sepan que hay seres mas inteligentes en el cosmos, tal como un especialista en el comportamiento de los primates puede querer observar a un grupo de chimpances del bosque, pero sin interferir en sus actividades. A modo de respuesta, Drumlin planteo un interrogante distinto: ?Es posible que, habiendo millones de civilizaciones en la Galaxia, no haya ni un solo cazador furtivo? ?Se puede suponer que todas las civilizaciones de la Galaxia tengan la etica de no interferencia? ?Acaso podemos suponer que ninguno de ellos se va a acercar a husmear alrededor de la Tierra?

— En la Tierra — repuso Ellie —, los cazadores furtivos y los guardabosques estan practicamente en un mismo nivel tecnologico. Pero si el guardabosque diera un gran paso adelante — si contara por ejemplo con radar y helicopteros —, los cazadores furtivos ya no podrian operar.

Para despejarse, Ellie tenia por costumbre salir sola a dar una vuelta en su extravagante coche, un Thunderbird 1958 descapotable muy bien conservado. A menudo plegaba la capota y corria de noche a alta velocidad por el desierto, con las ventanillas bajas y el pelo al viento. Tenia la sensacion de que, a traves de los anos, ya conocia hasta el pueblecito mas miserrimo, todos los cerros y valles, y tambien hasta el ultimo policia caminero del sur de Nuevo Mexico. Luego de uno de esos paseos nocturnos, le encantaba pasar volando frente al puesto de guardia de Argos (eso era antes de que se hubiera levantado el cerco de proteccion contra ciclones), haciendo rapidos cambios de marcha, y dirigirse hacia el norte. En las proximidades de Santa Fe, podian divisarse las primeras luces del alba desde las montanas Sangre de Cristo. (?Por que — se preguntaba —, una religion denomina los lugares con el cuerpo y la sangre, el corazon y el pancreas de su figura mas venerada? ?Por que no mencionar el cerebro, entre otros organos prominentes?) En esa ocasion puso rumbo al sudeste, hacia los montes Sacramento. ?Tendria razon Dave? ?No seria que SETI y Argos eran una especie de engano colectivo de un punado de astronomos de mente poco practica? ?Seria cierto eso de que, por muchos anos que transcurrieran sin recibirse un mensaje, el proyecto continuaria, que siempre se inventaria una estrategia nueva para la otra civilizacion, que se seguiria inventando un instrumental cada vez mas moderno y costoso? ?Cual seria un signo convincente del fracaso?

?Cuando estaria dispuesta ella a darse por vencida y dedicarse a una investigacion mas segura, algo que tuviera mas posibilidades de culminar con exito? El observatorio Nobeyama, de Japon, acababa de anunciar que habia descubierto la adenosina, una molecula organica compleja, uno de los principales elementos del ADN, dentro de una densa nube molecular. Si abandonara la busqueda de inteligencia extraterrestre, seguramente podria encarar la busqueda, dentro del espacio, de moleculas relacionadas con la vida.

Mientras transitaba por el alto camino de montana, levanto la mirada y diviso la constelacion de Centauro. Los antiguos griegos habian visto en esas estrellas una criatura quimerica mitad hombre, mitad caballo, que impartio sabiduria a Zeus. Sin embargo, Ellie jamas pudo distinguir un diseno ni remotamente parecido a un centauro. La estrella que mas le fascinaba era Alfa del Centauro, la mas brillante de la constelacion. Se trataba de la mas cercana, apenas a cuatro y cuarto anos-luz. En realidad, Alfa del Centauro constituia un sistema triple, de dos soles que giraban uno alrededor del otro, y un tercero que lo hacia abarcando a ambos. Desde la Tierra, las tres estrellas se fundian en un solo punto luminoso. Las noches particularmente claras — como esa —, solia verlo suspendido sobre Mexico. En ocasiones, cuando el aire estaba cargado de arena del desierto, acostumbraba subir a la montana para alcanzar un poco mas de altura y transparencia atmosferica, se bajaba del auto y contemplaba el sistema estelar mas proximo. Alli era posible la existencia de planetas, aunque resultaba dificil detectarlos. Algunos quiza giraran en orbitas cercanas a cualquiera de los tres soles. Una orbita mas interesante, con cierta estabilidad mecanica celestial, era una figura de ocho, en trazo envolvente alrededor de los dos soles interiores. ?Como seria, se pregunto, vivir en un mundo con tres soles en el firmamento? Probablemente mas caluroso aun que Nuevo Mexico.

Habia conejos a lo largo de toda la carretera de asfalto. Ya los habia visto antes, en ocasion de salir de viaje hacia el oeste de Texas. Se los veia agazapados, ocupando las banquinas, pero en el momento en que los iluminaba con los nuevos faros de cuarzo del Thunderbird, se levantaban sobre las patas traseras y dejaban colgar las manitas flaccidas, transfigurados.

Durante kilometros hubo una guardia de honor de conejos del desierto que se cuadraban — al menos eso parecia — cuando el coche pasaba raudamente frente a ellos.

Los animales levantaban la mirada, mil narices rosadas se fruncian, dos mil ojos brillaban en la oscuridad cuando la extrana aparicion se abalanzaba hacia ellos.

«A lo mejor se trata de una especie de experiencia religiosa», penso Ellie. Casi todos daban la impresion de ser conejos jovenes. Quiza no hubiesen visto nunca faros de auto, dos potentes haces de luz que avanzaban a ciento treinta kilometros por hora. Pese a que eran miles los conejos que se alineaban al costado del camino, no vio ni uno solo salido de la fila, en medio de la calzada, ni un solo animal muerto. ?Por que seria que se ubicaban en hilera a lo largo de la ruta? «Quiza tenga algo que ver con la temperatura del asfalto», penso. O tal vez hubieran estado merodeando entre la vegetacion cercana, y sintieron curiosidad por ver que eran esas enormes luces que se acercaban. No obstante, ?era razonable que ninguno cruzara a saltitos para visitar a sus primos de enfrente? ?Que imaginaban que era un camino? ?Una presencia extrana en medio de ellos, construida quien sabe con que fin, por criaturas a quienes la mayoria de ellos nunca habia visto?

Dudaba de que alguno se lo hubiese planteado jamas.

El chirrido de las cubiertas sobre el asfalto producia una especie de ruido blanco, y Ellie se dio cuenta de que, involuntariamente, aguzaba el oido, como si pretendiera descubrir alguna suerte de esquema. Ultimamente se habia acostumbrado a prestar atencion a muchas fuentes emisoras de ruido blanco: el motor del refrigerador que se ponia en funcionamiento a media noche, el agua que caia para llenar la banera, la maquina de lavar, el

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