?Es que no existen moravos en la Luna, que ni un solo misionero ha bajado a visitar este pobre planeta pagano para civilizar a la civilizacion y cristianizar al cristianismo?

HERNAN MELVILLE Guerrera Blanca. (1850)

Solo el silencio es grandioso; todo lo demas es debilidad.

ALFRED DE VIGNY La Mort du Loup (1864)

El frio vacio negro habia quedado atras. Los impulsos se acercaban a una minuscula estrella amarilla comun y ya habian comenzado a esparcirse sobre el sequito de mundos de ese oscuro sistema. Habian pasado junto a planetas de gas hidrogeno, penetrado en lunas de hielo, traspuesto las nubes organicas de un mundo frigido en el que se despenaban los precursores de la vida y atravesado un planeta de mil millones de anos.

En ese momento los impulsos arribaban a un mundo calido, blanco y azul, que giraba contra un fondo de estrellas.

Habia vida en ese mundo, prodiga en cantidad y variedad. Habia aranas saltarinas en la helada cima de las mas altas montanas y gusanos que se alimentaban de azufre en las aberturas que cruzaban la despareja superficie del lecho oceanico. Habia seres que podian vivir solo en el acido sulfurico concentrado, y seres que resultaban destruidos por el mismo acido; organismos para los que el oxigeno era un veneno y organismos cuya supervivencia dependia solo del oxigeno, que en realidad lo respiraban.

Una forma particular de vida con un grado escaso de inteligencia, acababa de dispersarse por el planeta. Tenia puestos de avanzada en el lecho marino y en la orbita de baja altitud. Se arracimaban en cada rinconcito de su pequeno mundo. La frontera que marcaba el paso de la noche al dia avanzaba hacia el oeste, y siguiendo su movimiento, millones de seres realizaban el ritual de sus abluciones matutinas. Vestian abrigos o prendas de algodon, bebian cafe, te o diente de leon, se movilizaban en bicicletas, automoviles o bueyes, reflexionaban brevemente sobre las tareas escolares, sobre las plantaciones de primavera, sobre el destino del mundo.

Los primeros impulsos del conjunto de radioondas se insinuaron en medio de la atmosfera y las nubes, golpearon contra el paisaje y resultaron parcialmente de vuelta hacia el espacio. A medida que la Tierra giraba debajo de ellos, nuevos impulsos arribaron, abarcando no solo ese planeta en particular sino la totalidad del sistema.

Ninguno de los mundos intercepto mas que una minima cantidad de la energia. La mayor parte continuo su camino sin esfuerzo, mientras la estrella amarilla, y sus mundos acompanantes se sumergian, en una direccion total mente distinta, en las tinieblas.

Vestido con una chaqueta de dacron que llevaba el monograma de un conocido equipo de voleibol, el oficial de guardia del turno de noche se acerco al edificio de control. Un grupo de radioastronomos salia en ese momento a cenar.

— ?Cuanto hace que buscas hombrecitos verdes? Mas de cinco anos, ?no, Willie?

Intercambiaron bromas amables, pero el noto cierto nerviosismo en su humor.

— Danos un descanso, Willie — pidio el otro —. El programa de luminosidad de cuasar anda estupendo, pero vamos a demorar una eternidad si solo nos permiten un dos por ciento del tiempo del uso del telescopio.

— Si, Jack, como no.

— Willie, estamos remontandonos hasta el origen del universo. Nuestro programa tambien es importante. Sabemos que hay un universo alla, pero ustedes no han constatado que haya ni un solo hombrecito verde.

— Planteaselo a la doctora Arroway. Estoy seguro de que le encantara oir tu opinion.

El oficial de guardia entro en la zona de control. Reviso rapidamente las decenas de pantallas de television donde se verificaba el progreso de la exploracion de radio.

Acababan de terminar de estudiar la constelacion de Hercules. Se habian internado en el corazon de un enjambre de galaxias mucho mas remotas que la Via Lactea, a unos cien millones de anos luz; habian sintonizado M 31, un conglomerado de aproximadamente trescientas mil estrellas, que se desplazaba en orbita alrededor de la Via Lactea, a veintiseis mil anos luz; habian estudiado algunas estrellas distintas del Sol, otras similares, todas cercanas. La mayoria de las estrellas que puede divisarse a simple vista queda a menos de unos cientos de anos luz. Habian revisado con esmero pequenos sectores del cielo dentro de la constelacion de Hercules, en mil millones de frecuencias distintas, y no pudieron oir nada. En anos anteriores habian explorado las constelaciones del oeste de Hercules — la Serpiente, el Boyero, la Corona Boreal — y tampoco pudieron oir nada.

Varios de los telescopios, pudo advertir el oficial de guardia, tenian la mision de recoger ciertos datos desconocidos sobre Hercules. Los restantes apuntaban hacia un sector adyacente del cielo, la constelacion contigua a Hercules, hacia el este. Los habitantes del Mediterraneo oriental de varios miles de anos atras, le habian encontrado forma de un instrumento musical de cuerdas y lo relacionaban con Orfeo, el heroe de la cultura griega.

Se trataba de la constelacion conocida como Lira.

Las computadoras orientaban a los telescopios para que siguieran a las estrellas de Lira desde la salida hasta la puesta, acumulaban los fotones radioelectricos, controlaban el buen estado de los telescopios y procesaban los datos en estructuras convenientes para los operadores humanos. Incluso un solo oficial de turno era quizas innecesario.

Willie paso junto a la maquina expendedora de cafe y la de caramelos, en una calcomania decia: Los AGUJEROS NEGROS NO ESTAN A LA VISTA, y se acerco a la consola de mando. Saludo amablemente al oficial del turno de tarde, que se aprestaba para salir a cenar. Como los datos recogidos durante el dia estaban resumidos en la pantalla maestra, no tuvo necesidad de preguntar si habia novedades.

— Como veras, no es mucho lo que hubo hoy. Tuvimos una falla de orientacion en el cuarenta y nueve, o al menos eso era lo que parecia — dijo el hombre, senalando vagamente una ventana —. Los de cuasar dejaron libres los telescopios del 110 y 120 hace alrededor de una hora. Tengo entendido que estan recibiendo muy buenos datos.

— Si, ya me entere. No comprenden…

Su voz se fue apagando al tiempo que sonaba una alarma en la consola. En una pantalla rotulada «Intensidad vs. Frecuencia» se elevaba una linea recta vertical.

— Mira, es una senal monocromatica.

En otra pantalla, identificada como «Intensidad vs. Tiempo», aparecian impulsos que iban de izquierda a derecha, y luego se borraban.

— Son numeros — musito Willie —. Alguien esta emitiendo numeros.

— Probablemente sea alguna interferencia de la Fuerza Aerea. A lo mejor nos estan tomando el pelo.

Existian estrictos convenios para reservar al menos ciertas frecuencias de radio para la astronomia, pero precisamente, dado que dichas frecuencias constituian un canal libre, de vez en cuando los militares no podian resistir la tentacion de utilizarlas. Si alguna vez se producia una guerra mundial, quiza los radioastronomos serian los primeros en enterarse, con sus ventanas abiertas a un cosmos rebosante de ordenes dirigidas a los satelites de evaluacion de danos que giraban en orbita geosincronica y ordenes cifradas de ataque remitidas a distantes y estrategicos puestos de avanzada. Aun no habiendo trafico militar, por el hecho de escuchar mil millones de frecuencias a un mismo tiempo los astronomos sabian que siempre habia cierta interferencia producida generalmente por relampagos, el arranque de los automoviles, transmisiones en directo via satelite. Sin embargo, las computadoras tenian sus numeros, conocian sus caracteristicas y sistematicamente hacian caso omiso de ellas. Ante la presencia de senales mas ambiguas, la computadora escuchaba con mas atencion y se aseguraba de que no correspondieran a ningun tipo de datos que ella estuviera programada para entender. De vez en cuando sobrevolaba la zona algun avion electronico del servicio secreto en mision de entrenamiento, y Argos de pronto captaba senales inconfundibles de vida inteligente. No obstante, siempre resultaba ser vida de tipo peculiar, inteligente hasta cierto punto, y apenas extraterrestre. Unos meses antes un F-29E con sofisticado instrumental electronico, habia volado sobre esa zona a veinticuatro mil metros de altitud, haciendo sonar la alarma de los ciento treinta y un telescopios. Para los ojos no militares de los astronomos, la senal radial era lo suficientemente compleja como para constituir el primer mensaje provinente de una civilizacion extraterrestre. Luego comprobaron que el telescopio emplazado mas al oeste habia captado la senal un minuto antes que el ubicado mas al este, y muy pronto llegaron a la conclusion de que se trataba de un objeto que cruzaba por la delgada capa de aire que

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