Y cada vez que llega otro par de paginas identicas, viene con el siguiente numero en orden ascendente. En este momento estamos en la pagina… 10.413. Es un libro voluminoso. Haciendo los correspondientes calculos, el mensaje debe de haber empezado hace alrededor de tres meses. Hemos tenido suerte de haber empezado a detectarlo tan pronto.

— Yo tenia razon, ?verdad? — Kitz se inclino sobre la mesa para hablarle a Der Heer —.

No es la clase de mensaje que podriamos pasarle a los japoneses, los chinos o los rusos, ?no?

— ?Va a ser facil descifrarlo? — pregunto la Presidenta.

— Desde luego, pondremos nuestro maximo empeno. Tambien seria conveniente que colaborara la Agencia Nacional de Seguridad. No obstante, yo supongo que, sin una explicacion de Vega, sin una cartilla de instrucciones, no vamos a adelantar mucho.

Obviamente no parece escrito en ingles, en aleman ni en ningun idioma de la Tierra.

Tenemos esperanzas de que el Mensaje concluya tal vez en la pagina 20.000 o 30.000 y vuelva a comenzar, para que podamos completar las partes que nos faltan. A lo mejor antes de repetirse el Mensaje entero, vienen algunas instrucciones para comprenderlo cabalmente…

— Con su permiso, senora Presidenta…

— Senora Presidenta, este es el doctor Peter Valerian, del Instituto de Tecnologia de California, uno de los pioneros en este campo.

— Adelante, doctor Valerian.

— El mensaje ha sido enviado intencionadamente. Ellos saben que estarnos aqui. Por la transmision de 1936 que interceptaron, tienen alguna idea de nuestra tecnologia, de nuestro grado de inteligencia. No se tomarian todo este trabajo si no desearan que entendieramos el Mensaje. En alguna parte de ese Mensaje debe de haber una clave que nos ayude a decodificarlo. Solo es cuestion de almacenar la totalidad de los datos y analizarlos con mucho cuidado.

— ?De que supone usted que trata el Mensaje?

— Imposible saberlo, senora. Solo puedo repetirle lo expresado por la doctora Arroway:

se trata de un Mensaje complejo. La civilizacion transmisora esta ansiosa de que lo recibamos. Quiza no sea mas que un pequeno volumen de la Enciclopedia Galactica. La estrella Vega es tres veces mas grande que el Sol, y casi cincuenta veces mas brillante.

Debido a que quema su combustible nuclear con tanta rapidez, tendra una vida mucho mas breve que el Sol…

— Si. Puede estar ocurriendo algo serio en Vega — lo interrumpio el director de Inteligencia Central —. A lo mejor el planeta esta a punto de quedar destruido y quieren que alguien conozca su civilizacion antes de ser exterminados.

— Tambien podria ser — insistio Kitz — que estuvieran buscando otro sitio adonde mudarse y que la Tierra les conviniera. Tal vez no sea por casualidad que resolvieron enviarnos la pelicula de Hitler.

— Un momento — propuso Ellie —. Hay muchas posibilidades, pero no todo es posible.

La civilizacion emisora no tiene posibilidad de saber si hemos recibido el Mensaje, y mucho menos de constatar si podemos descifrarlo. Si el Mensaje resulta ofensivo, no estamos obligados a responderlo. Y aun si lo contestaramos, pasarian veintiseis anos antes de que ellos recibieran la respuesta, y otros veintiseis para hacernos llegar la suya.

La velocidad de la luz es enorme, pero no infinita. Estamos aislados de Vega. Y si el mensaje contuviera algun motivo de preocupacion para nosotros, tendriamos decadas para decidir el curso a seguir. Es muy pronto para que nos dejemos dominar por el panico. — Estas ultimas palabras las pronuncio con una agradable sonrisa dirigida a Kitz.

— Agradezco sus conceptos, doctora — manifesto la Presidenta —. Sin embargo, las cosas estan sucediendo con demasiada prisa. Y quedan muchos interrogantes sin respuesta. Ni siquiera he hecho aun una declaracion publica sobre esto. No he tenido tiempo todavia de hablar sobre los numeros primos, sobre lo de Hitler, y ya tenemos que pensar en ese «libro» que, segun usted, nos estan enviando. Y como ustedes, los cientificos, no son propensos a intercambiar opiniones, corren los rumores. Phyllis, ?donde esta esa carpeta? Fijense los titulares que voy a leerles.

Todos dejaban entrever la misma idea, con minimas variaciones de estilo periodistico:

«Experta Espacial Afirma Senales de Radio Provienen de Monstruos de Ojos Saltones».

«Telegrama Astronomico Sugiere Existencia Inteligencia Extraterrestre», «?Una Voz del Cielo?» y «?Llegan los Invasores!» La Presidenta dejo caer los recortes sobre la mesa.

— Al menos todavia no se ha dado a conocer la historia de Hitler. No veo la hora de leer esos titulares: «Hitler Esta Vivo y Reside en el Espacio». O algo mucho peor. Yo propondria levantar la sesion y volver a reunimos despues.

— Con su permiso, senora — la interrumpio Der Heer —, hay ciertas implicaciones internacionales que deberian ser tratadas ahora.

La Presidenta se limito a asentir con un suspiro.

— Corrijame si me equivoco, doctora Arroway — prosiguio Der Heer —. Todos los dias sale la estrella Vega sobre el desierto de Nuevo Mexico y ustedes reciben una pagina de esta compleja transmision, la que casualmente esten enviando en ese momento a la Tierra. Unas ocho horas mas tarde la estrella se pone. ?Hasta aqui voy bien? De acuerdo.

Al dia siguiente vuelve a salir la estrella por el este, y ustedes perdieron las paginas remitidas durante el lapso en que no pudieron observar la estrella, es decir, por la noche.

Asi, estariamos recibiendo desde la pagina treinta a la cincuenta, desde la ochenta a la cien, y asi sucesivamente. Por mas paciente que sea nuestra observacion, siempre nos faltarian grandes tramos de informacion. Y aunque el mensaje vuelva a repetirse, existirian brechas.

— Eso es muy cierto — convino Ellie, al tiempo que se dirigia hasta un inmenso globo terraqueo. Era obvio que la Casa Blanca se oponia al concepto de oblicuidad de la Tierra puesto que el eje del globo era decididamente vertical. Ellie lo hizo girar —. La Tierra da vueltas en redondo. Para que no haya brechas, harian falta telescopios distribuidos regularmente en numerosas longitudes. Cualquier pais que se dedique a observar solo desde su territorio, recibira un tramo del mensaje, y luego dejara de recibirlo, quizas en la parte mas interesante. Es el mismo tipo de problema con que se enfrenta una de nuestras naves espaciales interplanetarias que envia informacion a la Tierra al pasar junto a algun planeta, pero quizas en ese momento, los Estados Unidos esten orientados hacia el otro lado. Por eso la NASA cuenta con tres estaciones de rastreo distribuidas en forma pareja en cuanto a latitud alrededor de la Tierra. A traves de los anos, estas relaciones han dado un excelente resultado. Pero… — Su voz se fue perdiendo, al tiempo que ella posaba sus ojos en P. L. Garrison, funcionario de la NASA alli presente.

— Bueno, gracias. Si. La denominamos Red Intergalactica y estamos muy orgullosos de ella. Poseemos estaciones en el desierto de Mojave, en Espana y en Australia. Desde luego, nuestros recursos financieros no alcanzan, pero con un poco de ayuda podremos acelerar nuestra labor.

— ?Espana y Australia? — pregunto la Presidenta.

— Por razones de trabajo puramente cientifico — decia en ese momento el secretario de Estado —. Estoy seguro de que no habra problemas. No obstante, si este programa de investigacion tuviera derivaciones politicas, eso podria acarrearnos trastornos.

En los ultimos tiempos se habian enfriado las relaciones de los Estados Unidos con ambos paises.

— Sin lugar a dudas habra derivaciones politicas — sostuvo la Presidenta.

— Pero no tenemos por que atarnos a la superficie de la Tierra — intervino el general de la Fuerza Aerea —. Solo se necesitaria instalar un gran radiotelescopio en nuestra orbita.

— Muy bien. — La Presidenta paseo la mirada por los asistentes —. ?Tenemos ya un radiotelescopio espacial? ?Cuanto tiempo nos llevara la instalacion? ?Quien lo sabe?

?Doctor Garrison?

— Este… no, senora Presidenta. Durante los ultimos tres anos fiscales, la NASA ha presentado la propuesta del Observatorio Maxwell, pero nunca se lo incluyo en el presupuesto. Tenemos hecho un estudio pormenorizado, desde luego, pero llevaria anos — tres, por lo menos — su puesta en practica. Me veo en la necesidad de recordarles que hasta el otono pasado los rusos poseian un radiotelescopio en funcionamiento en la orbita de la Tierra. No se que fue lo que fallo, pero ellos estarian en mejores condiciones de enviar un cosmonauta a repararlo

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