observar la senal que recogian los radiotelescopios y la enorme sala llena de cintas y discos magneticos donde se almacenaban los datos de varios meses.

Seguramente haria varias preguntas cientificas y luego examinaria algunos de los innumerables impresos de computadoras en los que, con abundancia de ceros y unos, se exhibia el aun incomprensible Mensaje. Nunca penso que habria de pasarse horas enteras discutiendo sobre filosofia o teologia. Sin embargo, Joss se nego a viajar a Argos ya que lo que le interesaba analizar no eran cintas magneticas, dijo, sino la personalidad humana. Peter Valerian habria sido el ideal para el debate por tratarse de un hombre sencillo, con facilidad para la comunicacion y avalado por una profunda fe cristiana. Sin embargo, la Presidenta habia rechazado la idea puesto que deseaba una pequena reunion, con la expresa asistencia de Ellie.

Joss insistio en que el encuentro se realizara en el Centro de Estudios Biblicos de Modesto (California), donde se hallaban en estos momentos. Ellie poso sus ojos en Der Heer y luego en la pared divisoria de vidrio que separaba la biblioteca de la sala de exposiciones. Alli vio una impresion en piedra arenisca de las pisadas de un dinosaurio del rio Rojo entremezcladas con huellas de peatones en sandalias, lo cual demostraba, segun se aseguraba en un cartelito indicador, que el dinosaurio y el hombre eran contemporaneos, al menos en Texas. Tambien parecian estar incluidos los fabricantes de zapatos del mesozoico. El cartel apuntaba a una conclusion: que la teoria de la evolucion era un engano. No se mencionaba, segun noto Ellie, la opinion de muchos paleontologos en el sentido de que la impresion en piedra arenisca era falsa. Las huellas entremezcladas formaban parte de una amplia exhibicion que llevaba por titulo «El Error de Darwin». A la izquierda habia un pendulo de Foucault que probaba la aseveracion cientifica — esta, al parecer, no discutida — de que la Tierra gira. A la derecha, Ellie alcanzaba a ver parte de una pieza de holografia matsuyita en el podio de un pequeno teatro, desde donde las imagenes tridimensionales de los mas eminentes sacerdotes podian comunicarse con los fieles.

En ese instante, el que se comunicaba con ella en forma mucho mas directa era el reverendo Billy Jo Rankin. Ellie no supo hasta el ultimo momento que Joss habia invitado a Rankin, lo cual la sorprendio. Ambos tenian una antigua controversia teologica acerca de si se aproximaba una Venida, si este advenimiento necesariamente llegaria acompanado por el Juicio Final y respecto del papel que desempenaban los milagros en la predicacion, entre otras cosas. No obstante, en epocas recientes habian efectuado una muy publicitada reconciliacion, segun ellos, para el bien de la comunidad fundamentalista de Norteamerica. Los indicios de un acercamiento entre los Estados Unidos y la Union Sovietica producian efectos mundiales en cuanto al arbitraje de disputas. El hecho de realizar la reunion en ese sitio probablemente fuera el precio que Palmer Joss habia tenido que pagar en aras de la reconciliacion. Cabia suponer que, para Rankin, los objetos en exhibicion servirian de sustento para su posicion si se llegaban a tratar temas cientificos. Al cabo de dos horas de debate, sin embargo, Rankin alternaba entre un tono reprobatorio y de suplica. Llevaba un traje de perfecto corte, las unas arregladas, y su amplia sonrisa contrastaba con el aspecto mas descuidado de Joss. Este, con apenas una sonrisita en su rostro, tenia los ojos entrecerrados y la cabeza baja, en aparente actitud de oracion. Hasta ese momento, casi no habia intervenido en la conversacion. Los conceptos vertidos por Rankin no diferian demasiado, en cuanto a doctrina, de la disertacion televisiva de Joss.

— Ustedes, los cientificos, son muy timidos — decia en ese instante Rankin —. Al leer el titulo de sus articulos, uno nunca se entera del contenido. El primer trabajo de Einstein sobre la teoria de la relatividad se llamaba «La Electrodinamica de los Cuerpos en Movimiento». No: E = mc2. No, senor. «La Electrodinamica de los Cuerpos en Movimiento.» Yo supongo que si Dios se apareciera ante un grupo de cientificos, quizas en uno de esos multitudinarios congresos profesionales, publicarian una nota titulada «Sobre la Combustion Dendriforme Espontanea en el Aire». Seguramente aportarian gran cantidad de ecuaciones; hablarian sobre la «economia de hipotesis», pero jamas mencionarian ni una palabra acerca de Dios.

«Porque ustedes, los cientificos, son demasiado escepticos. — A juzgar por la forma en que movio la cabeza hacia un lado Ellie supuso que esa afirmacion tambien incluia a Der Heer —. Dudan de todo, o al menos lo intentan. Siempre quieren verificar si las cosas son lo que denominan «verdades». Pero por verdadero entienden solo lo empirico, lo que se puede ver y tocar. En su mundo, no queda lugar para la inspiracion ni la revelacion.

Desde el comienzo, descartan todo lo que pueda tener que ver con la religion. Yo desconfio de los cientificos porque ellos a su vez desconfian de todo.

A pesar de si misma, a Ellie le parecio que Rankin habia expuesto bien su posicion. Y pensar que a el se le consideraba el mas tonto de los modernos evangelistas del video.

«No, no es el tonto», se corrigio; «es el que toma por tontos a sus feligreses». ?Debia responderle? Tanto Der Heer como los anfitriones del museo estaban grabando la sesion, y si bien ambos grupos habian acordado de antemano que no se daria un uso publico de las grabaciones, Ellie no sabia si debia expresar sus opiniones por miedo a hacerle pasar verguenza a la Presidenta. Sin embargo, las palabras de Rankin se habian vuelto ultrajantes, y no habia el menor indicio de reaccion por parte de Joss ni de Der Heer.

— Supongo que usted pretende una replica — sostuvo Ellie —. No existe una postura cientifica «oficial» respecto de ninguna de estas cuestiones, y no puedo permitirme hablar por todos los cientificos, ni siquiera por los que intervienen en el proyecto Argos. Si puedo hacer algunos comentarios, si lo desea.

Rankin asintio energicamente, con una sonrisa de aliento. Joss se limito a aguardar.

— Quiero que comprenda que no estoy atacando las creencias de nadie. En lo que a mi respecta, usted tiene todo el derecho de apoyar la doctrina de su agrado, por mas que se pueda demostrar su falacia. Muchas de las cosas que sostienen usted y el reverendo Joss — vi su charla por television hace unas semanas — no pueden descartarse de un plumazo; por el contrario, va a costarme un poco rebatirlas. Pero permitame explicar por que las considero improbables.

«Hasta ahora», penso Ellie, he sido un modelo de mesura.

— Usted se siente incomodo con el escepticismo cientifico. Sin embargo, el escepticismo nace porque el mundo es complicado, sutil. La primera idea que se le ocurre a una persona no es necesariamente correcta. La gente es capaz de autoenganarse. Los cientificos tambien. Cientificos de renombre han afirmado, en distintas epocas, todo tipo de doctrinas socialmente aborrecibles. Desde luego, tambien lo han hecho los politicos y prestigiosos lideres religiosos. Me refiero, por ejemplo, a la esclavitud o al racismo de los nazis. Los cientificos cometen errores, al igual que los teologos y que todo el mundo, porque eso es parte de la naturaleza humana. Ustedes mismos lo dicen: «Errar tambien lo es».

«Por consiguiente, el escepticismo constituye una forma de evitar los errores, o al menos de disminuir las posibilidades de cometerlos. Se ponen a prueba las ideas, se las verifica empleando rigurosos criterios de comprobacion. Yo no creo en la existencia de una unica verdad, pero cuando se permite la discusion de las distintas opiniones, cuando cualquier esceptico puede practicar un experimento para verificar su teoria alli tiende a surgir la verdad. Esto lo ha experimentado la ciencia en toda su historia. No es un metodo perfecto, pero si el unico que parece dar resultado.

«Ahora bien. Al observar la religion, me encuentro con multitud de opiniones contrapuestas. Por ejemplo, para los cristianos el mundo tiene una cantidad limitada de anos de vida. Segun se puede apreciar en la exposicion de esa sala algunos cristianos (tambien judios y musulmanes) consideran que el universo cuenta con solo seis mil anos de antiguedad. Los hindues, por el contrario — y hay muchisimos hindues en el mundo — piensan que el universo es infinitamente antiguo, con infinito numero de creaciones y destrucciones subsidiarias. No puede ser que ambos grupos tengan razon. O el mundo tiene una cierta cantidad de anos, o bien es infinitamente antiguo. Los amigos suyos de ahi — senalo con un gesto a los empleados del museo que se hallaban cerca de «El Error de Darwin» — deberian ponerse a estudiar a los hindues. Dios parece haberles revelado a ellos algo distinto que a ustedes. Pero ustedes solo hablan consigo mismos.

«?No se me estara yendo la mano?», se pregunto. — Las principales religiones de la tierra se contradicen unas a otras, y no todas pueden ser correctas. ?Y si estuvieran todas equivocadas? Es una posibilidad. Su obligacion es preocuparse por la verdad, ?no?

Bueno, la forma de analizar ideas tan dispares, es ser esceptico. Yo no me considero mas esceptica acerca de sus principios religiosos de lo que lo soy respecto de cada nueva idea cientifica con que me cruzo. Pero en mi profesion, se las denomina hipotesis, no revelacion ni inspiracion.

Joss se movio inquieto en su asiento, pero fue Rankin quien respondio.

— Son innumerables las revelaciones, las predicciones que hace Dios en el Antiguo y el Nuevo Testamento, que resultaron confirmadas. La venida del Salvador se anticipa en Isaias, capitulo cincuenta y tres y en Zacarias,

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