imprescindible una revision periodica por parte de todos los sectores de la sociedad, especialmente de aquellos cuya mision es salvaguardar los valores morales y espirituales.

Se iban acercando a los jardines de las Tullerias, con su despliegue de matices otonales. Adornando las negras verjas de hierro forjado habia globos multicolores en venta. En el centro de un estanque habia una estatua de marmol de Anfitrite y alrededor disputaban regatas barquitos de vela, alentados por una jubilosa multitud de ninos con aspiraciones magallanicas. De pronto salto un bagre a la superficie hundiendo al velero que iba en cabeza y los chicos se quedaron pasmados por la inesperada aparicion. El sol se ocultaba y Ellie sintio un leve escalofrio.

Le fascinaba la apariencia de Sukhavati: sus inmensos ojos negros, su porte erecto, su magnifico sari. «Yo no soy elegante», se dijo Ellie. Por lo general podia mantener una conversacion y al mismo tiempo pensar en otras cosas. Sin embargo ese dia no era capaz de seguir la ilacion de una idea y mucho menos de dos. Mientras debatian sobre el fundamento de las diversas opiniones respecto de si debia fabricarse o no la Maquina, mentalmente se representaba la imagen de la invasion aria a la India, acaecida tres mil quinientos anos antes. Una guerra entre dos pueblos, cada uno de los cuales se proclamaba victorioso y exageraba patrioticamente los relatos historicos. En ultima instancia, todo se convierte en una batalla entre dioses. «Nuestro» lado siempre es el bueno, mientras que el malo es el otro. Imaginaba que el demonio de los occidentales, de barbita y tridente, podia haber derivado, a traves de una lenta evolucion, de algun antecedente hindu que, por lo que ella sabia, tenia cabeza de elefante y estaba pintado de azul.

— Quiza la idea del Caballo de Troya que planteo Baruda no sea tan descabellada — atino a decir Ellie —, pero tal como sugiere Xi, no nos quedan muchas alternativas. Si ellos se lo proponen, pueden presentarse aqui dentro de veintitantos anos.

Llegaron a un arco romano coronado por una estatua heroica, y por cierto apoteosica, de Napoleon que conducia un carro de guerra. De lejos, desde una perspectiva extraterrestre, que patetica resultaba esa pose. Se sentaron a descansar en un banco cercano; sus largas sombras se proyectaban sobre un cantero con flores de los mismos colores de la Republica Francesa.

Ellie ansiaba poder comentar su situacion afectiva, pero temia que pudiese insinuarse un cariz politico. En el mejor de los casos, seria una indiscrecion. Como ademas tampoco conocia demasiado a Sukhavati, alento a su companera para que hablara ella sobre su vida, a lo que Devi accedio de buen grado.

Pertenecia a una familia de brahmanes no prosperos, con tendencia al matriarcado, del estado sureno de Tamil Nadu. El matriarcado imperaba aun en todo el sur de la India.

Devi ingreso en la Universidad Hindu de Henares. Cuando cursaba medicina en Inglaterra, se enamoro perdidamente de Surindar Ghosh, un companero de estudios.

Lamentablemente Surindar era un harijan, un intocable, perteneciente a una casta tan odiada que para los brahmanes ortodoxos, con solo mirarlos uno se contaminaba. Los antepasados de Surindar se vieron obligados a llevar una vida nocturna, como las lechuzas y los murcielagos. La familia de ella amenazo con desheredarla si contraian matrimonio. El padre le advirtio que, si se casaba, llevaria luto como si ella hubiese muerto. De todas formas se casaron. «No me quedaba otra salida; estabamos demasiado enamorados», confeso. Ese mismo ano el murio de septicemia, que contrajo al practicar una autopsia sin la adecuada supervision.

En vez de reconciliarla con su familia, la muerte de Surindar consiguio exactamente lo contrario. Devi se doctoro en medicina y decidio permanecer en Inglaterra. Descubrio su gusto por la biologia molecular y muy pronto se dio cuenta de que tenia un verdadero talento para tan rigurosa disciplina. La reproduccion del acido nucleico la alento a investigar el origen de la vida y eso a su vez la indujo a considerar la vida en otros planetas.

— Podriamos decir que mi carrera cientifica ha sido una secuencia de asociaciones libres; una cosa me fue llevando a la otra.

Ultimamente se habia dedicado a la caracterizacion de materia organica procedente de Marte. Si bien nunca volvio a casarse, decia que varios hombres la pretendian. Desde hacia un tiempo salia con un cientifico de Bombay, experto en computadoras.

Siguieron caminando hasta la Cour Napoleon, el patio interior del museo del Louvre. En el centro, la recientemente construida — y muy criticada — entrada piramidal; alrededor del patio, en altos nichos, habia esculturas de los heroes de la civilizacion francesa. Debajo de cada hombre venerado — muy pocos ejemplos de mujeres pudieron ver — figuraba el apellido. Algunas de las inscripciones estaban gastadas, por la erosion natural o por la mano de algun ofendido visitante. Frente a una o dos estatuas, costaba mucho adivinar quien habia sido el personaje ilustre. En uno de los monumentos, el que habia provocado el mayor resentimiento del publico, apenas quedaban tres letras.

A pesar de que se estaba poniendo el sol y el Louvre permanecia abierto casi hasta la noche, no entraron sino que continuaron caminando junto al Sena, siguiendo el curso del rio hasta el Quai d'Orsay. Los puestos de venta de libros estaban ya por cerrar.

Prosiguieron su paseo tomadas del brazo, a la usanza europea.

Delante de ellas iba un matrimonio frances; los padres sostenian de la mano a su hijita, una nina de aproximadamente cuatro anos quien, de vez en cuando, daba un brinco en el aire. Daba la impresion de que, en su momentanea suspension en gravedad cero, la criatura experimentaba algo parecido al extasis. Los padres hacian comentarios sobre el Consorcio Mundial para el Mensaje, lo cual no era de extranar puesto que era el tema dominante en todos los periodicos. El hombre aprobaba la idea de fabricar la Maquina, ya que ello implicaria utilizar nuevas tecnologias y crear mas empleos en Francia. La mujer era mas cautelosa, por motivos que no sabia exponer con claridad. La hijita, con sus trenzas al viento, no demostraba la mas minima preocupacion por los planos que llegaban desde las estrellas.

Der Heer, Kitz y Honicutt convocaron una reunion a realizarse en la embajada norteamericana al dia siguiente por la manana, con el fin de prepararse para la llegada del secretario de Estado. El conclave seria secreto y se llevaria a cabo en el Salon Negro, un recinto aislado del mundo exterior mediante mecanismos electromagneticos que imposibilitaban la vigilancia, incluso con sofisticados dispositivos electronicos. O al menos eso se suponia.

Luego de pasar la tarde con Devi Sukhavati, Ellie recibio el mensaje en su hotel y trato de hablar con Ken, pero solo pudo comunicarse con Kitz. Se oponia a la idea de que la reunion fuese secreta, por una cuestion de principios, ya que el Mensaje venia destinado a todo el planeta. Kitz le respondio que no se ocultaban datos al resto del mundo; por lo menos los norteamericanos no lo hacian y que el objeto del encuentro era solo proponer ideas al gobierno que lo ayudaran a afrontar las dificiles negociaciones que se avecinaban. Apelo al patriotismo de Ellie, a su desinteres y por ultimo invoco la Resolucion Hadden.

— Estoy seguro de que ese documento se halla aun guardado en su caja fuerte. Le aconsejo que lo lea.

Ellie intento, otra vez sin exito, hablar con Der Heer. «Primero se instala en Argos y me lo encuentro a cada instante. Despues se muda a mi departamento y cuando ya estoy convencida de haberme enamorado no puedo conseguir siquiera que me conteste por telefono.» Resolvio concurrir a la reunion, aunque fuera solo para verlo cara a cara.

Kitz se manifestaba enteramente a favor de construir la Maquina; Drumlin apoyaba la idea con reservas; Der Heer y Honicutt no expresaban opinion, al menos exteriormente, y Peter Valerian se debatia en un suplicio de indecision. Kitz y Drumlin hablaban incluso acerca de donde podria fabricarsela. El solo costo del transporte volveria prohibitiva la fabricacion, o incluso el montaje, en el sector mas alejado de la Luna, como insinuo Xi.

— Si emplearamos frenos aerodinamicos, seria mas barato enviar un kilogramo a Fobos o Deimos que al sector mas remoto de la Luna — expreso Bobby Bui.

— ?Donde diablos quedan Fobos y Deimos? — quiso saber Kitz.

— Son los satelites de Marte. Yo me referia a frenos aerodinamicos en la atmosfera marciana.

— ?Y cuanto se tarda en llegar hasta alli? — pregunto Drumlin.

— Un ano, quiza, pero una vez que tengamos una flota de vehiculos interplanetarios y…

— ?Comparado con tres dias para llegar a la Luna? — interpuso Drumlin —. Bui, no nos haga perder tiempo.

— Fue solo una sugerencia, una idea para pensar.

Der Heer parecia impaciente, distraido. Era obvio que pasaba por momentos de gran tension. A Ellie le dio la sensacion de que esquivaba sus ojos, y al instante le trasmitia una callada suplica con la mirada, que ella tomo

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