Der Heer, dijo, que se hallaba en algun sector del edificio. No le costo demasiado: basto con que le tocara el hombro.

— Ken, despiertate. Me avisan que se ha repetido.

— ?Que?

— El Mensaje volvio al principio. Yo voy para alla. ?Por que no esperas unos diez minutos? Asi no se dan cuenta de que estabamos juntos.

Cuando ya abria la puerta para salir, Ken le grito:

— ?Como es posible volver al comienzo si todavia no recibimos las primeras instrucciones?

En las pantallas se dibujaba una secuencia duplicada de ceros y unos, una comparacion en tiempo real de los datos que se recibian en ese instante y los pertenecientes a una pagina anterior, registrada en Argos un ano antes. El programa estaba en condiciones de advertir cualquier diferencia, pero como hasta el momento no habia ninguna, sabian que no se trataba de aparentes errores de transmision y que eran escasas las oportunidades de que alguna densa nube interestelar se interpusiera entre Vega y la Tierra. Argos contaba ya con una comunicacion de tiempo real con decenas de otros telescopios que integraban el Consorcio Mundial para el Mensaje, y fue asi como la noticia del reciclaje se propalo a las siguientes estaciones de observacion hacia el oeste, a California, Hawaii, al Marshal Nedelin que surcaba en esos momentos el Pacifico Sur, y a Sidney. Si el descubrimiento se hubiera realizado cuando Vega se hallaba sobre alguno de los demas telescopios de la red Argos habria recibido la informacion al instante.

La ausencia de una cartilla de instrucciones era una angustiosa contrariedad, pero tampoco constituia la unica sorpresa. La numeracion de las paginas saltaba en forma discontinua desde la cuarenta mil a la diez mil, donde se habia advertido la repeticion.

Evidentemente Argos habia captado la transmision de Vega desde el primer momento de su llegada a la Tierra. La senal era muy potente, capaz de haber sido registrada hasta por pequenos telescopios omnidireccionales. Sin embargo, llamaba la atencion la coincidencia de que la emision arribara a la Tierra en el momento justo en que Argos exploraba Vega. Ademas, ?por que el texto comenzaba en la pagina diez mil? ?No seria una costumbre anticuada de los terraqueos la de numerar los libros desde la pagina uno?

?O acaso esas cifras no correspondian a numeros de paginas sino a otra cosa? Y lo que mas preocupaba a Ellie, ?existiria alguna diferencia fundamental entre la manera de pensar de los humanos y los extraterrestres? De ser asi, el Consorcio se veria en figurillas para descifrar el Mensaje, llegara o no la cartilla de instrucciones.

El Mensaje se repitio exactamente, se completaron los blancos y todos siguieron sin entender ni una palabra. No parecia probable que a la civilizacion emisora, puntillosa en todos los detalles, se le hubiera pasado por alto la necesidad de remitir instrucciones. El interior de la Maquina daba la impresion de haber sido disenado expresamente para seres humanos. Era muy raro que se hubiesen tomado semejante trabajo de elaborar y transmitir el Mensaje y luego no suministrar los datos imprescindibles para que los humanos pudiesen leerlo. En consecuencia, algo debian de haber omitido los humanos, quizas un cuarto nivel del palimpsesto. Pero, ?donde?

Los diagramas se publicaron en un libro de ocho tomos que muy pronto se reimprimieron en el mundo entero. En todo el planeta la gente procuraba descifrar la imagen del dodecaedro y las formas cuasibiologicas. El publico presento numerosas interpretaciones lucidas, que luego analizaban los expertos de Argos. Se crearon industrias totalmente nuevas — que seguramente no previeron los inventores del Mensaje — dedicadas a utilizar diagramas para enganar a la poblacion. Se anuncio la formacion de la Orden Mistica del Dodecaedro. La Maquina era un OVNI. Un angel revelo el significado del mensaje y de los disenos a un industrial del Brasil, quien se encargo de difundir por todo el orbe sus interpretaciones. Al haber tantos diagramas enigmaticos que descifrar, fue inevitable que muchas religiones reconocieran una parte de su iconografia en el Mensaje de las estrellas. Un corte longitudinal de la Maquina le daba un aspecto semejante a un crisantemo, hecho que desperto un enorme entusiasmo en Japon. De haber aparecido la figura de un rostro humano entre los diagramas, el fervor mesianico habria alcanzado mayores proporciones aun.

Una cantidad asombrosa de personas arreglaban su situacion, preparandose para la Venida. Muchos repartieron sus bienes a los pobres pero despues, como el fin del mundo se demoraba, se vieron obligados a pedir subsidios de beneficencia. Dado que las donaciones de ese tipo constituian gran parte de los recursos de tales entidades beneficas, algunos filantropos terminaron siendo mantenidos por sus propias donaciones.

Algunos aseguraban que no existia ninguna cartilla de instrucciones, que el Mensaje solo tenia por objeto inculcarnos la humildad, o llevarnos a la locura. Ciertos editoriales de diarios decian que no somos tan inteligentes como nos creemos; otros destilaban rencor por los cientificos quienes, despues de todo el apoyo recibido de los gobiernos, nos fallaban en el momento de necesidad. O quiza los humanos eramos mucho mas tontos de lo que suponian los veganos. A lo mejor habia algo que habian podido captar todas las civilizaciones con las que anteriormente se habian puesto en contacto los veganos, algo que nadie, en la historia de la Galaxia, se le habia pasado por alto. Varios comentaristas apoyaron con verdadero entusiasmo esa teoria de la humillacion cosmica porque era la prueba de lo que ellos siempre habian opinado sobre las personas. Pasado cierto tiempo, Ellie sintio la necesidad de buscar ayuda.

Entraron subrepticiamente por la Puerta de Enlil, con un acompanante enviado por el propietario. Los guardias estaban irritados pese, o tal vez debido a, la proteccion adicional.

A pesar de que aun habia claridad, las calles estaban iluminadas por braseros, lamparas de aceite y alguna que otra antorcha. Dos anforas, lo bastante grandes para contener a un adulto, flanqueaban la entrada de la tienda donde se expendia aceite de oliva. El cartel ostentaba caracteres cuneiformes. En un edificio publico contiguo habia un magnifico bajorrelieve de una caceria de leones del reino de Asurbanipal. Cuando se aproximaban al Templo de Asur, advirtieron una rina entre la multitud, razon por la cual el guardaespaldas realizo una maniobra para esquivar al gentio. Ellie pudo asi apreciar el Zigurat, al fondo de una ancha avenida iluminada con teas. El espectaculo le resulto mas imponente que en las fotos. Se oian sones marciales interpretados por un instrumento de bronce desconocido; un carruaje paso a su lado. La cima del Zigurat se veia envuelta en nubes bajas, como en las ilustraciones medievales de alguna parabola admonitoria del Genesis. Entraron en el Zigurat por la calle lateral. Ya en el ascensor privado, su acompanante apreto el boton correspondiente al ultimo piso: «Cuarenta», decia. Ningun numero; solo la palabra. Y despues, como para aventar cualquier duda, se encendio un panel luminoso donde se leia «Los Dioses».

El senor Hadden la recibiria enseguida. Le ofrecieron algo de beber mientras aguardaba, pero ella no acepto. Ante sus ojos se desplegaba Babilonia, la estupenda recreacion de la ciudad de antano. Durante el dia llegaban autocares enviados por los museos, algunas escuelas y turistas en general que accedian por la Puerta de Ishtar, se colocaban el atuendo de rigor y se remontaban al pasado. Hadden astutamente donaba todo lo que se recaudara de dia a obras beneficas de Nueva York y Long Island. Las visitas durante el dia eran inmensamente populares, en parte porque constituian una oportunidad respetable de inspeccionar el lugar para aquellas personas que jamas se atreverian a recorrer Babilonia de noche.

Al caer el sol, Babilonia se convertia en una feria de diversiones para adultos. Su opulencia y esplendor superaban ampliamente el Reeperbahn de Hamburgo. Se trataba, con mucho, de la mayor atraccion turistica del area metropolitana de Nueva York, y la que producia ingresos mayores. Era por todos sabida la forma en que Hadden habia convencido a las autoridades de Babilonia (Nueva York), y como habia obtenido tambien que se «aliviara la severidad» de las leyes locales y nacionales sobre prostitucion. El viaje en tren desde el centro de Manhattan llevaba una media hora; Ellie quiso tomar ese tren pese a la oposicion de sus guardaespaldas, y alli noto que una tercera parte de los viajeros eran mujeres. No habia inscripciones en las paredes ni peligro de ser asaltada, pero el vehiculo producia un ruido blanco de calidad inferior al que emitian los subterraneos metropolitanos.

Si bien Hadden integraba la Academia Nacional de Ingenieria, Ellie creia que jamas habia asistido a una de sus reuniones, y nunca lo habia visto en persona. Anos antes, sin embargo, millones de norteamericanos conocieron el rostro de Hadden debido a una campana publicitaria lanzada contra el. «El Antinorteamericano», rezaba el epigrafe debajo de una foto suya, nada favorecedora. Asi y todo, se sobresalto cuando interrumpio sus pensamientos un hombrecito bajo y gordo, que le hacia senas de que se acercara.

— Ah, perdoneme. No entiendo como la gente puede llegar a tenerme miedo.

Su voz era sorprendentemente musical, tanto que parecia hablar en quintas. No creyo necesario presentarse, y una vez mas inclino la cabeza hacia un costado, indicando la puerta que habia dejado entreabierta. A Ellie le costaba creer que pudiese ser objeto de un crimen pasional dadas las circunstancias, y por eso entro con

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