No obstante, se vio en la necesidad de aclarar que no sabia que papel jugaria ella en las decisiones respecto de la fabricacion de la Maquina o la seleccion de los tripulantes. Al dia siguiente regresaba a los Estados Unidos, mas que nada para analizar la cantidad de datos recibidos en esas ultimas semanas. La sesion plenaria del Consorcio parecia ser interminable y no se habia fijado aun la fecha de cierre. A Vaygay los propios sovieticos le habian pedido que permaneciera unos dias mas puesto que acababa de arribar el ministro de Relaciones Exteriores, quien asumiria la titularidad de la delegacion sovietica.

— Mucho me temo que todo esto termine mal — vaticino el —. Son tantas las cosas que pueden salir al reves. Fallas de orden tecnologico, politico, humano. Y aun si superaramos todos los obstaculos, si la Maquina no nos llevara a una guerra, si la fabricaramos correctamente y no estallaramos por los aires, la situacion me aflige de todas maneras.

— ?Por que? ?A que te refieres?

— En el mejor de los casos habremos quedado como unos tontos.

— ?Quienes?

— ?Es que no entiendes, Arroway? — Se le hincho una vena del cuello —. Me llama la atencion que no lo percibas. La Tierra es… un gueto. Si, un gueto donde estamos atrapados todos los seres humanos. Tenemos la vaga idea de que existen grandes ciudades fuera de nuestro gueto, con anchos bulevares por donde pasean carruajes y mujeres envueltas en pieles. Pero las ciudades estan demasiado lejos y somos tan pobres que ni siquiera podemos llegar alli, ni aun los mas ricos de nosotros. Ademas sabemos que ellos no nos quieren; por eso es que nos abandonaron en este sitio patetico, en primer lugar.

«Y ahora nos llega una invitacion, muy elegante, como dijera Xi. Una tarjeta con adornos y un carruaje vacio. Nosotros debemos elegir a cinco aldeanos para que el carruaje los lleve… ?quien sabe adonde? A Varsovia, a Moscu o incluso a Paris. Por supuesto, a algunos los tienta la idea de ir. Siempre va a existir gente que se sienta halagada por una invitacion, o que la tome como un medio para escapar de esta decrepita aldea.

«?Y que crees que va a ocurrir cuando lleguemos ahi? ?Acaso supones que el gran duque nos invitara a cenar, que el presidente de la Academia nos formulara interesantes preguntas acerca de la vida cotidiana en esta inmunda comarca? ?Crees que la Iglesia Ortodoxa rusa nos hara participar de un ilustre debate sobre temas religiosos?

«No, Arroway. Miraremos arrobados la gran ciudad, y ellos se reiran de nosotros. Nos exhibiran como objetos curiosos. Cuanto mas atrasados seamos, mas placer experimentaran.

«Es un sistema de cupos. Cada tantos siglos, cinco de nosotros pasaran un fin de semana en Vega. Los seres rusticos son dignos de compasion y es preciso demostrarles quienes son los mejores.

Capitulo trece — Babilonia

Con los seres mas despreciados por compania, recorri las calles de Babilonia…

SAN AGUSTIN Confesiones, II, 3

Se programo la principal computadora de Argos para que comparara diariamente la multitud de datos recibidos de Vega con los primeros registros del nivel tres del palimpsesto. En realidad, se cotejaba en forma automatica una larga e incomprensible secuencia de ceros y unos, con otra secuencia similar anterior. Eso formaba parte de una imponente tarea de intercomparacion estadistica de varios tramos del texto, aun no descifrado. Habia varios periodos breves de ceros y unos — que los analistas denominaban «palabras» — que se repetian una y otra vez. Muchas secuencias aparecian solo una vez en miles de paginas de texto. Ellie conocia desde sus epocas de secundaria el enfoque estadistico para la decodificacion de mensajes, pero las subrutinas que proveian los expertos de la Agencia Nacional de Seguridad, eran brillantes. Dichas subrutinas se obtenian exclusivamente por una orden de la Presidenta, y aun asi estaban programadas para autodestruirse si se las examinaba muy en detalle.

Que prodigiosos recursos de la inventiva humana, reflexionaba Ellie, se destinaban a poder leer la correspondencia de los demas. El enfrentamiento entre los Estados Unidos y la Union Sovietica — no tan candente en los ultimos tiempos — seguia devorando al mundo. Y no pensaba solo en los recursos economicos que se designaban a gastos militares en todos los paises, cifra que se aproximaba a los dos billones de dolares por ano, desproporcionada teniendo en cuenta tantas otras necesidades humanas mas urgentes. Lo peor, en su opinion, era el esfuerzo intelectual que se volcaba en la carrera armamentista.

Se calculaba que casi la mitad de los cientificos del planeta trabajaba en alguno de los casi doscientos organismos militares del mundo. Y no eran la resaca de los programas doctorales en fisica y matematica. Muchos colegas de Ellie se consolaban pensando eso cuando no sabian que decirle a alguien que hubiese obtenido su titulo de doctor y recibiese ofertas laborales, por ejemplo, de los laboratorios destinados a armamentos. «Si se tratara de un profesional minimamente idoneo, lo menos que le ofrecerian seria una ayudantia de catedra en la Universidad de Stanford», comento Drumlin cierta vez. No; habia que tener cierto temperamento, cierta disposicion mental para que a uno le gustara la aplicacion de la ciencia y la matematica en el campo militar; seguramente eran personas a las que les atraian las grandes explosiones; podian ser aquellos que no sentian predileccion por la lucha personal pero que, para vengarse de alguna injusticia padecida en tiempos de estudiante, aspiraban al mando militar; o bien podia tratarse de esos individuos con tendencia a resolver acertijos, que ansiaban descifrar hasta los mensajes mas complicados. En ocasiones, el aliciente era de tipo politico; tenia que ver con litigios internacionales, con politicas de inmigracion, con los horrores de la guerra, con la brutalidad de la policia o con la propaganda que una u otra nacion pudiera haber hecho en decadas anteriores. Ellie sabia que muchos de esos cientificos eran muy capaces, por mas reservas que tuviera ella sobre las motivaciones que los animaban.

Deseaba tener alguna amiga en Argos con quien poder comentar lo dolida que se sentia por la conducta de Ken. Pero no la tenia, y tampoco era muy afecta a utilizar el telefono, ni siquiera con ese proposito. Consiguio pasar un fin de semana en Austin con Becky Ellenbogen, una antigua companera de estudios, pero Becky, cuyo concepto sobre los hombres solia ser acerbo, en ese caso se mostro sorprendentemente discreta en sus criticas.

— No le exijas tanto, Ellie — le aconsejo —. Despues de todo, el es asesor de la Presidenta, y este descubrimiento es el mas asombroso en la historia del mundo. Dale tiempo, y vas a ver que recapacita.

Pero Becky era una de las tantas que encontraban «encantador» a Ken, y sentia una marcada complacencia por el poder. Si Ken hubiese tratado a Ellie con semejante indiferencia cuando era apenas un profesor de biologia molecular, Becky habria estado tentada de vapulearlo.

Luego de regresar de Paris, Der Heer inicio una discreta campana de peticion de disculpas y manifestaciones de carino. Adujo un exceso de tensiones y una gran variedad de responsabilidades, incluso problemas politicos ineditos y dificiles de resolver. No hubiera podido desempenar correctamente su doble tarea de jefe de la delegacion norteamericana y copresidente de la sesion plenaria si se hubiera hecho publico el vinculo que lo unia a Ellie. Kitz habia estado insoportable. Ademas, durante muchas noches seguidas solo pudo dormir unas pocas horas. «Son demasiadas explicaciones», penso Ellie, pero permitio que continuara la relacion.

Una vez mas fue Willie, en el turno de noche, el primero en advertirlo. Con posterioridad, el tecnico atribuia la rapidez del descubrimiento no tanto a la computadora supersensible ni a los programas de la NASA, sino mas bien a los nuevos circuitos integrados Hadden para reconocimiento de contexto. Vega se hallaba en una posicion baja en la esfera celeste una hora antes del amanecer, cuando la computadora emitio una alarma. Con cierto fastidio, Willie dejo el libro que estaba leyendo, y reparo en las palabras que aparecian en la pantalla:

REPET. TEXTO PAGS. 4161741619: DESAJUSTE DE BITS 0/2271. COEFICIENTE DE CORRELACION 0,99+ Enseguida el 41619 se convirtio en 41620, y luego en 41621. Los digitos posteriores a la barra oblicua iban continuamente en aumento. Tanto el numero de paginas como el coeficiente de correlacion iban tambien creciendo, lo cual daba la pauta de lo improbable que era que la correlacion se debiese al azar. Dejo pasar otras dos paginas antes de comunicarse por linea directa con el departamento de Ellie.

Como ella estaba profundamente dormida, durante un instante se desoriento, pero en el acto encendio la luz del velador y ordeno que se convocara al personal superior de Argos. Ella misma se encargaria de localizar a

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