?Un mar encrespado!

Extendida sobre Sado

La Via Lactea.

MATSUO BASHO (1644-94) Poema

Quiza se hubiese elegido Hokkaido por sus caracteristicas tan especiales. El clima requeria tecnicas de construccion totalmente no convencionales segun las normas japonesas; en esa isla residian ademas los ainus, hirsutos aborigenes que aun eran objeto de desprecio para muchos nipones. Los inviernos eran alli tan crudos como en Minnesota o Wyoming. Hokkaido presentaba ciertos inconvenientes logisticos, pero su ubicacion apartada era conveniente en caso de una catastrofe ya que estaba separada fisicamente de las demas islas del Japon. Sin embargo, no quedaba aislada debido a que se habia terminado de construir el tunel de cincuenta y un kilometros que la unia con Honshu. Se trataba del tunel submarino mas largo del mundo.

Se penso que Hokkaido era un sitio seguro para poner a prueba los componentes individuales de la Maquina; sin embargo, habia cierta preocupacion respecto de la posibilidad de montar alli la Maquina. Se trataba de una region surgida de recientes movimientos volcanicos, y para ello servian de elocuente testimonio los montes que rodeaban la planta industrial. Una de las montanas crecia a un promedio de un metro por dia. Hasta los sovieticos habian puesto de manifiesto su inquietud a ese respecto si bien sabian que, aun si la Maquina se fabricaba en el sector mas remoto de la Luna, igualmente podia hacer estallar la Tierra cuando se la activase. La decision de construir la Maquina constituia un factor crucial en la evaluacion de los riesgos; donde habria de fabricarsela era una cuestion del todo secundaria.

A principios de julio, ya la Maquina volvia a tener forma. En los Estados Unidos, el tema era aun objeto de controversias politicas y sectarias. Al parecer, tambien se presentaban graves problemas tecnicos en la Maquina sovietica. Sin embargo en Hokkaido, en una planta industrial mucho mas modesta que la de Wyoming, ya se habian montado las clavijas y completado la fabricacion del dodecaedro, sin que se efectuara anuncio publico alguno. Los antiguos pitagoricos, descubridores del dodecaedro, habian declarado secreta su existencia, estableciendo severas penas para quien la diera a conocer. Tal vez por eso era adecuado que ese moderno dodecaedro, del tamano de una casa, y luego de transcurrir dos mil seiscientos anos, fuese conocido solo por unos pocos.

El director del proyecto japones decreto varios dias de asueto para todo el mundo. La ciudad mas proxima era Obihiro, un hermoso lugar en la confluencia de los rios Yubetsu y Tokachi. Algunos fueron al monte Asahi para esquiar en la nieve que aun no se habia derretido; otros partieron en busca de aguas termales, para calentarse con los restos de elementos radiactivos calcinados en alguna explosion de supernova acaecida hacia millones de anos. Varios miembros del proyecto se dirigieron a las carreras de Bamba, en las que competian carros tirados por enormes caballos. Sin embargo, en busca de un verdadero festejo, los cincos tripulantes se trasladaron en helicoptero a Sapporo, la ciudad mas grande de Hokkaido, situada a menos de doscientos kilometros de distancia.

Llegaron a tiempo para concurrir al festival de Tanabata. Cabia suponer que no existia demasiado riesgo para su seguridad puesto que el exito del proyecto no dependia tanto de ellos como de la misma Maquina. Ninguno de los cinco habia recibido un entrenamiento especial, mas alla de estudiar en detalle el Mensaje, la Maquina y los instrumentos en miniatura que llevarian consigo. En un mundo sensato, penso Ellie, seria facil reemplazar a cualquiera de ellos, aunque no dejaba de reconocer los obstaculos de orden politico que se habian esgrimido cuando hubo que elegir cinco personas que fuesen aceptadas por todos los integrantes del Consorcio Mundial para la Maquina.

Xi y Vaygay tenian «asuntos pendientes» — dijeron — que no podian terminar si no era bebiendo sake. Por consiguiente, Ellie, Devi Sukhavati y Abonneba Eda salieron con sus anfitriones japoneses a recorrer el paseo Odori, con su profusa exhibicion de guirnaldas y farolitos de papel, imagenes de ogros y tortugas, y atractivas representaciones en carton de jovenes con atuendo medieval. Entre dos edificios colgaba el dibujo de un pavo real, pintado sobre tela.

Ellie miro brevemente a Eda, con su tunica de hilo bordada y su gorra alta, y luego a Sukhavati — que vestia un hermosisimo sari de seda —, y se sintio feliz de estar acompanada por ellos. Hasta ese momento, la Maquina japonesa habia aprobado los ensayos de rigor, y habia sido posible elegir una tripulacion no solo representativa de la poblacion del planeta, sino tambien compuesta por individuos probos, no rechazados por la clase influyente de los cinco paises. Cada uno de ellos era en cierto sentido, un rebelde.

Eda, por ejemplo, era un gran fisico, y habia descubierto lo que se conocia como «superunificacion», elegante teoria de la fisica que abarcaba toda la gama de casos especiales, desde la ley de gravedad hasta los cuasares. La importancia de su trabajo era semejante a la de Isaac Newton o la de Albert Einstein, y de hecho a Eda se lo comparaba con ambos. Se trataba de un musulman oriundo de Nigeria — dato no muy insolito de por si —, pero apoyaba a una faccion islamica no ortodoxa denominada Ahmadiyah, a la que tambien pertenecian los sufis. Los sufis — explico Eda la noche de la cena con el abad Utsumi — eran para el Islam lo que el Zen para el budismo. Ahmadiyah abogaba por un «jihad de la pluma, no de la espada».

Pese a ser un hombre sereno, de temperamento humilde, era tambien un feroz opositor al concepto musulman mas convencional de jihad — o guerra santa —, y en cambio propiciaba el libre intercambio de ideas. Debido a esa posicion suya era combatido por el sector musulman mas conservador; tanto fue asi que varios paises islamicos objetaron su designacion como tripulante de la Maquina. Tampoco fueron los unicos. El hecho de que fuera negro, laureado con el premio Nobel — considerado por algunos como el ser mas inteligente de la tierra — ya fue demasiado para aquellos que disimulaban su racismo bajo una fachada de aceptacion social. Cuando, cuatro anos antes, Eda visito en prision a ciertos activistas, se produjo un marcado resurgimiento del orgullo entre los negros norteamericanos. Eda tenia la virtud de dejar en evidencia lo peor de los racistas, y lo mejor de todos los demas.

— Dedicarle tiempo a la fisica es un lujo — le comento a Ellie —. Mucha gente podria hacer lo mismo si contara con iguales oportunidades, pero si tenemos que recorrer las calles en busca de alimentos, no nos quedara tiempo para la fisica. Mi obligacion, por lo tanto, es mejorar las condiciones para los jovenes cientificos de mi pais.

A medida que ascendia a la categoria de heroe nacional en Nigeria, comenzo a hacer oir su voz para denunciar la corrupcion, para acentuar la importancia de la honestidad en la ciencia y en todos los otros campos, para convencer a su pueblo de que Nigeria podia convertirse en un gran pais. Tenia la misma poblacion que los Estados Unidos en 1920, decia. Era una nacion rica en recursos, y sus numerosas culturas constituian su fuerza. Si Nigeria lograba superar sus problemas — sostenia —, podia ser un ejemplo para el resto del mundo. Si bien buscaba el retiro y la soledad en todo lo demas, defendia esas cuestiones a voz en cuello. Muchos hombres y mujeres de Nigeria — musulmanes, cristianos y animistas — tomaban muy en serio sus conceptos.

Uno de los rasgos mas notables de Eda era su modestia. Rara vez expresaba opiniones. Respondia en forma laconica cada vez que se le formulaban preguntas directas. Solo en sus escritos — o en el lenguaje oral, cuando uno ya lo conocia mucho — podia vislumbrarse la profundidad de su saber. En medio de tantas teorias que se tejieron en torno del Mensaje y que sucederia al ponerse en funcionamiento la Maquina, Eda hizo un solo comentario: En Mozambique se dice que los monos no hablan porque saben que, si llegan a articular una sola palabra, el hombre los pondra a trabajar.

En una tripulacion de personas conversadoras, resultaba extrano tener a alguien tan taciturno como Eda. Al igual que los demas, Ellie prestaba atencion a todo lo que el decia, incluso sus palabras mas triviales. Eda describia como un «tonto error» su primera version de la superunificacion, que obtuvo apenas un exito parcial. El hombre contaba poco mas de treinta anos y, segun Ellie y Devi, era sumamente atractivo. Tenia una sola esposa quien, junto con sus hijos, se hallaba de momento en Lagos.

Habia en el lugar una plataforma de canas de bambu levantada para la ocasion, adornada — mas aun, cargada — con miles de tiritas de papeles multicolores. Gran cantidad de muchachos y chicas se dedicaban a aumentar tan extrano follaje. El festival de Tanabata es unico en el Japon porque se realiza en conmemoracion del amor. Se veian por doquier representaciones del tema central, en inmensos carteles y en un improvisado escenario: dos estrellas enamoradas, separadas por la Via Lactea. Solo una vez al ano, el septimo dia del septimo mes del calendario lunar, podian reunirse los enamorados, siempre y cuando no lloviera. Ellie alzo sus ojos para

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