posicion y aceptaba portar una camara? — Der Heer, que se hallaba en ese momento en Hokkaido con una nutrida delegacion norteamericana — le pidio que tomara las cosas en serio. Era mucho lo que estaba en juego — dijo — como para… pero ella lo petrifico con una mirada que le impidio proseguir. Ellie sabia como habria terminado la frase: «como para que tengas actitudes infantiles». Lo llamativo era que Der Heer se comportaba como si fuera el el ofendido de la pareja. Ellie se lo comento a Devi y esta no hizo causa comun con ella. Der Heer — dijo —, era «un encanto». Por ultimo, Ellie acepto llevar consigo una camara de video en superminiatura.

En la lista de «Efectos Personales» que le exigieron presentar, Ellie consigno: «Hoja de palmera, 0,811 kilogramos».

Se le encomendo a Der Heer la mision de conseguir que cambiara de parecer.

— Sabes que podrias llevar un estupendo sistema de infrarrojo para la transmision de imagenes, que pesa apenas unos trescientos gramos. ?Por que te obstinas en incluir una rama de arbol?

— Es una hoja de palmera. Pese a que te criaste en Nueva York, debes saber lo que es una palmera. Habras oido nombrarlas en Ivanhoe. ?Acaso no leiste el libro en el colegio?

En la epoca de las Cruzadas, los peregrinos que realizaban el largo viaje a Tierra Santa traian de regreso una hoja de palmera para demostrar que habian estado alli. La necesito para que me levante el espiritu, y no me interesa lo avanzados que sean esos seres. Esta es mi Tierra Santa, y voy a llevarles la hoja de palmera para mostrarles de donde vengo.

Der Heer solo atino a menear la cabeza. No obstante, cuando Ellie le relato el episodio a Vaygay, este dijo:

— Lo entiendo perfectamente.

Ellie recordo la preocupacion de Vaygay y la historia que le habia contado en Paris acerca del carruaje enviado a una aldea pauperrima. Ella no compartia la misma inquietud. La hoja de palmera tenia otro fin: la necesitaba para tener siempre presente a la Tierra porque temia ceder a la tentacion de no regresar jamas.

El dia antes de que se pusiera en marcha la Maquina, Ellie recibio una pequena encomienda que le entregaron en mano. No traia remitente, y en el interior no habia tarjeta ni firma alguna. Al abrirla encontro una cadena con un medallon, que supuestamente podia usarse como pendulo. En ambas caras del medallon, una inscripcion grabada en letras pequenisimas.

De un lado decia:

Hera, la reina majestuosa de esplendido atavio, Dirigia a Argos, Cuya mirada atenta Vigilaba el mundo.

En el reverso, se leia:

Esta es la respuesta de los defensores de Esparta al comandante del ejercito romano:

«Si eres un dios, no haras dano a quienes jamas te lo han hecho. Si eres un hombre, avanza, porque te toparas hombres de tu misma talla». Y mujeres.

Sabia quien se lo habia enviado.

El mismo dia en que habria de activarse la Maquina, se realizo una encuesta entre el personal superior del proyecto para saber que creian ellos que iba a ocurrir. La mayoria daba por sentado que no pasaria nada, que la Maquina no iba a funcionar. Un grupo mas reducido opinaba que los Cinco serian transportados velozmente al sistema de Vega, pese a la relatividad en contra. Hubo tambien sugerencias diversas: que la Maquina era un vehiculo para explorar el sistema solar, la mas costosa broma de mal gusto de la historia, un aula, una maquina de tiempo o una cabina telefonica galactica. Un cientifico escribio: «Lentamente se corporizaran en los sillones cinco horrendos sustitutos con escamas en el cuerpo y dientes afilados». Esa respuesta fue la que mas se aproximo a la idea de un Caballo de Troya. Hubo otra — una sola — que solo decia: «Maquina para provocar el fin del mundo».

Se organizo una especie de ceremonia. Se pronunciaron discursos y se sirvio un refrigerio. La gente se abrazaba; algunos incluso lloraban. Solo unos pocos se mostraban abiertamente escepticos.

Ellie consiguio llamar al asilo para despedirse de su madre. Sin embargo, ella no pudo responderle; segun le informo la enfermera, estaba empezando a recuperar las funciones motrices y quiza pronto lograra articular algunas palabras. Luego de cortar la comunicacion, Ellie comenzo a sentirse casi feliz.

Los tecnicos japoneses lucian hachimaki, cintas que se ponian en la cabeza cuando se preparaban para algun esfuerzo mental, fisico o espiritual, especialmente el combate. Las cintas llevaban una proyeccion convencional del mapamundi, en la que no predominaba ningun pais en particular.

No habia habido reuniones preparatorias de caracter nacional. Que Ellie supiera, tampoco se habia convocado a nadie a congregarse al pie de un mastil. Los jefes de estado enviaron breves declaraciones en video. El que remitio la Presidenta de los Estados Unidos le parecio esplendido:

— El motivo de estas palabras no es impartir instrucciones ni darles una despedida, sino decirles simplemente un hasta luego. Cada uno de ustedes emprende el viaje en nombre de millones de almas, representa a todos los pueblos del planeta. Si van a ser transportados a otro sitio, vean por todos nosotros, pero no solo lo vinculado con la ciencia sino todo lo que puedan aprehender. Representan ustedes a la especie humana en su totalidad, la pasada, la presente y la del porvenir. Sea cual fuere el resultado, ya se han ganado un lugar en la historia, son heroes de nuestro planeta. Les ruego que hablen por nosotros. Sean prudentes, y… regresen.

Pocas horas mas tarde entraron de uno en uno y por primera vez en la Maquina. Se encendieron entonces unas tenues luces interiores. Aun despues de concluida la construccion de la Maquina, habiendose aprobado todos los controles de rigor, se temia que fuera prematuro obligar a los Cinco a ocupar sus asientos. Habia quienes suponian que el mero hecho de sentarse podia accionar la Maquina, aunque los benzels permanecieran inmoviles. Sin embargo, ahi estaban, y hasta ese momento nada extraordinario habia sucedido. Ellie se permitio echarse hacia atras con cierta cautela, y apoyarse en el tapizado plastico acolchado. Ella hubiera preferido ponerles fundas de algodon a los sillones, pero hasta ese minimo detalle era una cuestion de orgullo nacional.

El plastico les parecio mas moderno, mas cientifico, mas serio.

Como se conocian los descuidados habitos de Vaygay para fumar, se prohibio llevar cigarrillos a bordo. Lunacharsky reacciono con elocuentes maldiciones en diez idiomas.

Por eso, antes de entrar con sus companeros, fumo un ultimo Lucky Strike. Con la respiracion algo jadeante, tomo asiento al lado de Ellie. El diseno extraido del Mensaje no hacia mencion de cinturones de seguridad, razon por la cual no habia ninguno en la Maquina. Algunos tecnicos, sin embargo, afirmaban que era una tonteria no haberlos colocado.

La Maquina va a alguna parte, penso. Es un medio de transporte, una apertura hacia otro lugar… u otro tiempo. Un tren de carga que avanzaba raudamente en medio de la noche. Subiendonos a el, podiamos dejar atras los aplastantes pueblos provincianos de nuestra infancia, para emprender rumbo a las grandes ciudades de cristal. Era un descubrimiento, una huida, el fin de la soledad. Las demoras logisticas que hubo en la fabricacion, las discusiones acerca de la interpretacion correcta de las instrucciones, la habian sumido en la desesperanza. No era la gloria lo que ambicionaba… no tanto… sino en cambio una especie de liberacion.

La maravilla actuaba como una droga en ella. Mentalmente todavia se consideraba como un pastor tribal, parado, lleno de estupor, frente a la Puerta de Ishtar de la antigua Babilonia; como Dorotea al vislumbrar por primera vez la Ciudad de las Esmeraldas; como un nino de los arrabales de Brooklyn al transitar por el Corredor de las Naciones, en la Feria mundial de 1939; como la princesa india Pocahontas al navegar por el estuario del Tamesis y contemplar Londres desplegado ante sus ojos, de un horizonte al otro.

Su corazon cantaba de placer por la expectativa. Seguramente iba a descubrir que otras cosas son posibles, que pudieron lograr otros seres quienes, al parecer, habian estado viajando entre las estrellas mientras los antepasados del hombre saltaban aun de rama en rama en medio del follaje del bosque.

Al igual que muchas personas que habia conocido en su vida, Drumlin la habia llamado una romantica incurable. Una vez mas Ellie se pregunto por que muchos consideraban esa peculiaridad como un defecto que les producia verguenza.

Para Ellie, el romanticismo habia sido la fuerza motriz de su vida, fuente de innumerables placeres. Defensora y practicante del romance, partio a reunirse con el hechicero.

Se les hizo llegar por radio un informe de la situacion. Al parecer, no habia fallas de funcionamiento que pudieran detectar los instrumentos instalados en la parte exterior de la Maquina. El motivo de la espera era la necesidad de evacuar el espacio existente entre los benzels. Un sistema de extraordinaria eficiencia extraia el aire con el fin de obtener el mayor vacio que jamas se hubiera logrado sobre la Tierra. Ellie reviso la colocacion de su microcamara de video y le dio una palmadita a la hoja de palmera. Fuera del dodecaedro se habian encendido poderosos reflectores.

Вы читаете Contacto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×