Aunque ella escuchara, era como si lo hiciera a traves de un terrible ruido y tuviera que esforzarse al maximo para oirlo. Pero su cara hablaba por si misma: el hombre habia ido para imponerle un terrible castigo. Sus palabras, sus promesas, el suave tono de su voz, toda la credibilidad que intentaba mostrarle, no hacian sino rebotar en ella. Y por eso tuvo que hacer lo que menos queria: sacarla a la fuerza. Todavia recordaba los gritos de la chica y sus hombros angulosos y delgados.

Varden era un edificio magnifico, pero de cerca, la autoridad que irradiaba a distancia se debilitaba un poco debido a su mal estado de conservacion. El ladrillo rojo se veia descolorido y poco a poco habia ido adquiriendo el mismo tono grisaceo que el asfalto de la calle. Se estaba sumergiendo lentamente en la eternidad. Y, sin embargo, era hermoso a la esplendida luz del sol. A Sejer no le costo mucho esfuerzo imaginarselo en otras condiciones meteorologicas, por ejemplo, en el otono, cuando los arboles mostraban sus ramas desnudas, y el viento y la lluvia azotaban los cristales de las ventanas; entonces se pareceria mas al castillo de Dracula. Sobre el tejado se levantaba una impresionante torre cubierta de planchas de cobre con cardenillo. La fachada tenia hermosos saledizos, pero las ventanas eran estrechas y altas, y desentonaban con el resto del edificio. La entrada principal la constituia un precioso portico con una elaborada escalinata. Al lado habia una entrada tipica de hospital con anchas puertas de cristal, por las que se podia entrar marcha atras con una ambulancia para meter las camillas.

Entro en el edificio y, sin darse cuenta, paso por una recepcion casi invisible.

– Perdone, ?adonde va usted? -grito una joven tras el.

– Lo siento. Policia. Necesito hablar con la doctora Struel -contesto identificandose.

– Tiene que subir a la primera planta. Pregunte alli.

Le dio las gracias y siguio hacia arriba. En la primera planta tuvo que preguntar de nuevo, y le indicaron una sala de espera con una ventana que daba al jardin y al bosque. Era evidente que alli no se aplicaba el racionamiento de agua impuesto por el Ayuntamiento, pues el cesped estaba verde y oscuro, parecia terciopelo. Seria mejor que emplearan el dinero en otras cosas. No se imaginaba que el verdor pudiera significar algo para los que vivian alli. Aunque penso que en realidad no sabia nada sobre ese tema. Se volvio en ese instante porque tuvo la extrana sensacion de que alguien estaba mirandolo fijamente.

Habia una mujer en la puerta abierta.

– Soy la doctora Struel -dijo.

Sejer estrecho la mano que ella le tendia.

– Vayamos a mi despacho.

La siguio por el pasillo hasta un espacioso despacho. La doctora le ofrecio asiento en el sofa. Se sento justo donde estaba dando el sol y empezo a sudar inmediatamente. Ella se acerco a la ventana y permanecio un instante de espaldas a el, mirando el cesped mientras jugueteaba con una pobre planta que parecia no recibir muchos cuidados.

– ?Asi que usted es el hombre que esta buscando a mi Errki? -Mi Errki. Habia algo conmovedor en la manera en que lo dijo, sin pizca de ironia.

– ?Realmente lo considera asi?

– No hay nadie mas que lo quiera -contesto con sencillez-. Pues si, es mio. Mi responsabilidad, mi obligacion. Haya o no matado a la anciana, seguira siendolo.

– ?Con quien ha hablado?

– Ha llamado Gurvin. Pero me cuesta mucho creerlo -contesto-. Se lo digo ahora para que sepa mi postura. Deje que se quede por ahi fuera un tiempo, ya volvera por su cuenta.

– No creo que vuelva por su cuenta. Al menos, no pronto.

Debio de notar algo en su voz, algo muy grave que le hizo sospechar que algo iba mal.

– ?Que quiere decir? ?Le ha pasado algo?

– ?Que le ha contado el agente Gurvin?

– Me hablo del asesinato de Finnemarka. Que Errki fue visto cerca de la casa en un momento, segun Gurvin, sospechoso.

– No cerca. Fue visto en la propia granja. Asi que comprendera el motivo por el que tenemos que encontrarlo. Es un lugar muy solitario.

– Es tipico de Errki refugiarse en el bosque. Evita a la gente, y con mucha razon.

Era muy escueta. Sejer noto que algo le estaba subiendo por dentro, una especie de irritacion.

– Perdone mi arrogancia -dijo despacio-, pero, para serle sincero, tengo que considerar esa posibilidad. Fue un crimen brutal e innecesario ya que, al parecer, lo unico que falta de la vivienda es una cartera con unas cuantas coronas. El que lo ha hecho sigue suelto. La gente de la comarca esta asustada.

– Siempre echan la culpa a Errki -dijo ella en voz baja.

– Lo que ocurre es que fue visto junto a la casa de la mujer, y ella vivia en un lugar muy apartado. Y como es un enfermo mental, no podemos descartar que tenga algo que ver.

– ?Quiere decir que se sospecha de el por estar enfermo?

– Bueno, yo…

– Se equivoca. Se limita a robar en las tiendas. Chocolate y cosas por el estilo.

– Circulan muchas historias sobre el.

– Usted lo ha dicho. Historias.

– ?Cree usted que surgen sin motivo alguno?

La doctora no contesto.

– Pero eso es solo la mitad de la historia -prosiguio Sejer-. Esta manana se ha cometido un atraco en el centro, un atraco a mano armada en el Banco Fokus.

Ella se echo a reir.

– Sinceramente, Errki no es capaz de concentrarse para llevar a cabo tal esfuerzo. Acaba usted de perder lo ultimo que le quedaba de credibilidad.

– No he acabado -dijo Sejer en tono cortante. No le gusto lo ultimo, lo de la credibilidad.

– El banco fue atracado por un hombre posiblemente algo mas joven que Errki. Llevaba ropa oscura y pasamontanas, y no ha sido identificado todavia, claro. Pero el problema mas grave es que se llevo un rehen, un cliente del banco. Con la ayuda de un revolver lo obligo a acompanarle hasta el coche y desaparecio. El rehen ha sido identificado como Errki Johrma.

Por fin se hizo el silencio. Era como si pudiera oir lo perpleja que se sentia la mujer.

– ?Errki? -tartamudeo-. ?Tomado como rehen? -dijo poniendose en pie-. ?Y no tienen idea de donde pueden estar?

– Por desgracia, no lo sabemos. Hemos interceptado las salidas de la ciudad, posiblemente el coche en el que se fugaron sea un Megane blanco, robado en la madrugada de hoy. Seguro que ha sido aparcado y abandonado hace rato, pero no lo hemos encontrado. Tampoco sabemos nada sobre la identidad del atracador, ni si es o no peligroso. Pero disparo una bala dentro del banco, probablemente con el fin de asustar al personal, y no daba la impresion de estar muy desesperado.

Ella volvio a sentarse y cogio de la mesa algo que luego no paraba de apretar.

– ?En que puedo ayudar? -pregunto en voz baja.

– Necesito saber que clase de hombre es.

– Entonces tendriamos que estar aqui sentados hasta la noche.

– No tengo tanto tiempo. Usted rechaza la posibilidad de que haya matado a la anciana. ?Desde cuando es paciente suyo?

– Lleva cuatro meses con nosotros. Pero ha pasado gran parte de su vida en diferentes instituciones. La serie de informes y partes sobre Errki es infinita.

– ?Mostro alguna vez tendencias violentas?

– ?Sabe usted? -contesto-, la verdad es que siempre esta a la defensiva. Solo cuando se siente realmente acorralado puede ocurrir que ataque. Y no concibo que una anciana pueda haberlo asustado o provocado tanto como para que la matara.

– No sabemos lo que puede haber sucedido alli arriba o lo que puede haber hecho la anciana, pero su cartera ha desaparecido.

– Entonces no ha sido Errki. Solo coge chocolate y cosas asi. Jamas dinero.

Sejer suspiro por lo bajo.

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