– No -admitio-. Y no lo entiendo. Porque en lo fundamental estoy tremendamente desesperada.
– ?Tremendamente desesperada? -pregunto preocupado.
– ?No lo esta usted? No se puede ser una persona ilustrada, inteligente, social en esta Tierra, sin al mismo tiempo estar profundamente desesperado. No puede ser -dijo ella mirandolo.
– Ademas, son las personalidades integras las que mas exito tienen en esta sociedad -prosiguio ella-. Esas personas completas, seguras, consecuentes. Ya sabe, ?con fuerza de caracter!
Sejer ya no pudo reprimir la risa.
– Aqui dentro tenemos sitio para la rebelion y no nos asustamos ante el barullo. Y tampoco tenemos miedo a no llegar.
Volvio a apartarse el flequillo de la cara.
– Y supongo que yo no podria haber existido en un colectivo distinto al que tenemos aqui.
Sejer estaba fascinado por la manera de pensar en voz alta de esa mujer, de hacerlo participe de sus pensamientos, aunque era un extrano. Al mismo tiempo, no se sentia como un extrano.
– ?Y como son las cosas donde ustedes?
– ?Donde nosotros?
Reflexiono un instante.
– Donde nosotros hay orden, estructura y un monton de asquerosas personalidades integras.
Le costaba un poco controlar la voz, estaba a punto de ponerse demasiado locuaz.
– Poco espacio para la improvisacion y la imaginacion. Gran parte de nuestro trabajo consiste en buscar minusculas cosas fisicas, como pelos, restos de sangre, huellas de zapatos o tal vez de cubiertas de coche. Y luego viene la parte filosofica que, aunque nunca llega a ocupar una parte muy grande en nuestros informes, esta siempre presente. Y que, naturalmente, es la unica parte emocionante del trabajo. Si no hubiera espacio para esa parte, supongo que me habria dedicado a otra cosa.
– ?Y que pasa con los que cogen y enjaulan?
– No empleamos precisamente esa expresion -contesto mirandola consternado.
Lo dice para provocarme, penso. Tal vez sienta que no tiene necesidad de seguir las reglas normales de educacion. Le interesa mucho la rebelion.
– Me gustaria enviarlos a otro lugar -dijo tranquilo.
Estaba tan fascinado por esa mujer, por su ancha y luminosa cara, y sus ojos oscuros con circulos claros, que estaba empezando a tener miedo de lo que pudiera llegar a decir. El, que nunca se sorprendia a si mismo…
– Si ese lugar existiera -anadio-, pero en nuestra pobreza no hemos conseguido mas que… una jaula.
– ?Se preocupa usted por ellos? -pregunto ella de repente.
El tuvo que levantar la vista para ver la expresion de la cara de la mujer. En realidad, parecia estar llena de mala leche.
– Si, me preocupo. Pero no me sobra mucho tiempo para esas cosas. Ademas, no soy funcionario de prisiones. Pero se que los funcionarios de prisiones se preocupan por ellos.
– Bueno -dijo ella, encogiendose de hombros-. Supongo que al fin y al cabo tenemos uno de los sistemas penitenciarios mas humanos del mundo.
– ?Humano?
Sejer no pudo evitar que su voz se volviera algo cortante.
– Se drogan, se escapan, saltan por las ventanas, se rompen las piernas o incluso la nuca, se vuelven locos, se violan los unos a los otros, se matan entre ellos, se matan a si mismos. ?Asi de humano es!
Tomo aliento.
– ?Realmente se preocupa por ellos! -sonrio ella.
– Ya se lo he dicho.
– Tenia que saberlo con seguridad.
Volvio a hacerse el silencio, y Sejer se asombro de nuevo de esa extrana conversacion. Era como si a ella le faltara el respeto habitual por la autoridad que el representaba, y que siempre hacia a la gente hablar con reverencia o no decir nada en absoluto. Bueno, tendria que aguantar una excepcion.
– Errki -dijo Sejer por fin-. Hableme de Errki.
– Solo si le interesa de verdad.
– ?Pues claro que si!
Ella salio de la habitacion.
– Vayamos a la cafeteria a tomar una Coca-Cola. Tengo sed.
Se sorprendio a si mismo siguiendola como un perro, mientras se esforzaba por reprimir algo muy confuso, muy perturbador, que estaba dando vueltas en su cabeza, o pecho, o estomago, o donde fuera. Ya no estaba seguro de nada.
– ?Que direccion cree usted que tomo Errki?
– A traves del bosque.
Ella senalo con el dedo, un poco a la izquierda de Varden.
– Alli hay una pequena laguna, a la que llamamos El Pozo. Ya hemos buscado en ese lugar. Si ha seguido hacia delante, habra llegado a la carretera principal, justo al punto donde se mete por debajo de la autovia. Si lo han visto en Finnemarka, coincide con la direccion.
Cuando unos minutos mas tarde estaban sentados en la cafeteria y ella echaba gotas de limon en su Coca- Cola, el pregunto con curiosidad:
– ?Seria posible explicar a una persona normal y corriente lo que es una psicosis?
Se fijo en que la Coca-Cola se iba aclarando con el limon.
– ?Es usted una persona normal y corriente?
Habia algo burlon en su voz. Sejer no sabia si era un cumplido u otra cosa. En la confusion, se puso a tocar el telefono movil que llevaba en el cinturon.
– Por un lado, es imposible, es algo muy abstracto -contesto ella en voz baja-. Pero la veo como un escondite. Se trata de que todos los mecanismos normales de defensa estan pisoteados. Incluso el acercamiento mas inocente se percibe como un ataque del enemigo. Errki ha encontrado un escondite. Intenta sobrevivir creandose una estrategia interior de supervivencia, una especie de instancia correctora que poco a poco se va imponiendo por completo y reduce su libertad y la posibilidad de hacer sus propias elecciones. ?Lo ha entendido?
Ella bebio un trago de Coca-Cola y se seco la boca con el dorso de la mano.
Sejer asintio con la cabeza.
– ?Desea el salir de esa situacion?
– Probablemente no, ese es el problema. Toda clase de enfermedades reporta un beneficio, claro. ?Sabe? Alguien que te cuida cuando estas en la cama con fiebre. Es muy agradable.
– ?Y Errki esta muy enfermo?
– Tiene bastantes problemas. Pero al menos se ha levantado de la cama. Consigue comer algo, toma sus medicinas. En otras palabras, colabora un poco.
– ?Y… la esquizofrenia? ?Que es?
– La llamamos asi a falta de algo mas preciso, porque resulta practico tener casillas en las que poder meter las cosas, cuando la psicosis ha durado algun tiempo en serio, digamos unos meses.
– ?Errki lleva mucho tiempo enfermo?
– Es una de esas personas que, de alguna manera, ha sido abandonado por muchos. Ha ido de sitio en sitio como una especie de reclamacion.
La doctora suspiro hondo.
– Si ha matado a esa mujer -prosiguio- me temo que ya no habra esperanza para el. No tendra mas ayuda. No de la manera en la que quiero ayudarle.
– Pero… -la miro y levanto el vaso-. ?Que sabe de la causa de la enfermedad de Errki?
– No mucho. Pero tengo algunas teorias.
– ?Puede decirme algo sobre ellas?
– A veces me he preguntado si tuvo algo que ver con la muerte de su madre.
– Segun los rumores que corren, fue Errki quien la mato -dijo Sejer deprisa, un poco demasiado deprisa en