– ?Por que no comia?

– No conseguia decidir lo que queria comer. Se sento a comer y no hacia mas que llevar la mano de un fiambre o queso a otro.

– ?Y que hizo usted?

– Cuando se dio por vencido y subio a su habitacion, le prepare una rebanada de pan con salchichon y se la lleve. Nada de leche ni cafe para acompanar, solo el pan con salchichon. Se lo deje en la mesilla de noche y no lo toco.

– ?Por que?

– Cometi un gran error. Parti la rebanada en dos, y no sabia que rebanada comerse primero.

– ?Quiere decir que es posible dejarse morir de hambre por tener problemas para tomar una decision?

Sejer sacudio la cabeza mientras intentaba entender lo dificil que podia llegar a ser la vida para algunos.

– ?Y cree realmente que ese hombre tiene poderes fuera de lo normal?

Ella hizo un gesto desalentador con las manos.

– Yo solo le cuento lo que vi. Otros cuentan otras cosas.

– ?Le ha preguntado a el como lo hace?

– Una vez le pregunte: ?Quien te lo ha ensenado? Sonrio y dijo: The Magician. El mago de Nueva York.

– ?Pero no son mas bien casualidades?

– No lo creo. En el transcurso de la vida, ocurren cosas que no somos capaces de explicar.

– A mi no me pasan -dijo Sejer con una sonrisa.

– ?No? -pregunto ella con aire burlon-. ?De manera que es usted de los que entienden casi todo?

Se sintio ridiculizado.

– No he querido decir eso. ?Que mas cosas sabe hacer?

– Una vez estaba jugando a las cartas con un grupo en la sala de fumar. Errki tambien estaba alli, pero no jugaba. Odia jugar a cualquier cosa. Era tarde y fuera estaba oscuro, y la lampara estaba encendida. De repente, Errki dijo de esa manera suya tan rara, tan calmada: Deberiamos tener una vela en la mesa. Es verdad, pense, resultaria mas acogedor con una vela encendida. Le pregunte si queria ir a la cocina a buscar una, pero no quiso. Los otros tampoco. Dijeron que una vela entorpeceria el juego. Entonces Errki me dio pena. Por primera vez habia sugerido algo y nadie lo escucho. En ese momento se fue la luz. La sala de fumar se quedo completamente a oscuras y tambien el resto del edificio. Se formo un gran barullo mientras nos moviamos a tientas buscando una vela. Intente avisar, dijo Errki escuetamente.

»Pero no siempre acertaba con todo lo que hacia. Entre otras cosas, quiso aprender a volar, y en una ocasion salto por la ventana desde un segundo piso. Fue un milagro que no se matara. Aterrizo sobre un aparcamiento de bicicletas y le quedo una cicatriz bastante fea en el pecho. Ocurrio mientras vivian en Nueva York.

– ?Consumia LSD o algo asi?

– No lo se. El padre tampoco lo sabia. No se preocupaba mucho de su hijo.

– ?Es tan feo como dicen?

– ?Feo?

Lo miro aturdida.

– No es feo. Poco aseado, tal vez.

– ?Es infeliz?

Su propia pregunta le parecio estupida, pero la doctora no se rio.

– Naturalmente. Pero el no lo sabe. No deja aflorar esa clase de sentimientos.

– ?Y cuales son los sentimientos que deja aflorar?

– Desprecio, condescendencia, arrogancia.

– Eso no suena tan bien.

La doctora suspiro hondo.

– En el fondo, no es mas que aquel nino superdotado que solo queria el bien, que queria hacerlo todo correctamente y que tenia tanto miedo de cometer un error que se quedo paralizado. En el colegio no era muy bueno en la parte oral, se limitaba a quedarse sentado junto a la ventana, murmurando, y nadie lograba oir lo que decia. Pero en la parte escrita era un as indiscutible.

– ?Y usted le hizo hablar poco a poco?

– Habla cuando le conviene. A veces puede llegar a ser extremadamente elocuente, incluso divertido. Tiene un sentido del humor muy caustico.

– ?Ha intentado alguna vez quitarse la vida?

– Aparte de ese vuelo por la ventana en Nueva York, que no he podido estudiar a fondo, no creo.

– ?De modo que no tiene tendencias suicidas?

– No. Pero en este negocio nunca hay nada seguro.

– ?Usted lo entenderia si llegara a hacerlo?

– Claro que si. Suicidarse es un derecho humano.

– ?Un derecho humano? ?Eso opina?

La doctora se miro las manos.

– No me gustan nada esos terapeutas que dicen al paciente: Has de entender que la muerte no es la solucion. Claro que es la solucion para la persona en cuestion. El que algunos elijan la muerte es una consecuencia logica y clarisima de nuestra capacidad de eleccion, y una solucion que el ser humano ha conocido y algunos han elegido en todos los tiempos.

– Pero usted hara todo lo que pueda para evitarlo, ?no?

– Digo: Es tu eleccion. Y no siempre me siento bien cuando debo meterles la vida por la fuerza o cuando les robo una psicosis que ellos, al fin y al cabo, viven como su unica via de escape.

No voy a poder dormir esta noche, penso Sejer. La cara de esta mujer flotara ante mi en la oscuridad, sujetandome. Sus palabras me retumbaran en los oidos. Se sorprendio a si mismo dando vueltas a la alianza, pensando que si ella, contra toda razon, hubiera sentido cierto interes por el en ese aspecto, necesariamente habria tenido que descartarlo enseguida. Tal vez deberia dejar de ponersela. Por otra parte, hacia mucho tiempo que habia decidido que siempre estaria en su dedo y que se la llevaria a la tumba. Y sin embargo, esa alianza indicaba que existia una mujer. La doctora tambien la habia visto. La idea le molestaba.

– A Errki le gusta andar por el bosque y a lo largo de la carretera. ?Y nunca suele acercarse donde hay gente?

– No -admitio ella.

– Si ahora es eso lo que al parecer ha hecho, es decir, ha ido hasta el centro de la ciudad e incluso ha entrado en un banco, ?cree usted que eso puede significar que algo le pesa? ?Que sentia que necesitaba ayuda porque habia sucedido algo?

De repente, la doctora parecio muy preocupada. Sejer volvio a sentir una especie de marejada por dentro. Cuando se retiro, se miro el corazon, que desde hacia tiempo era una playa abandonada. Por primera vez en muchos anos habia en el una mujer.

– ?Ha pasado algo?

Skarre lo miro.

– ?Que quieres decir?

– Has tardado mucho.

Sejer no contesto. Estaba de espaldas, junto al lavabo. Skarre se sintio inseguro. El jefe era a veces bastante reservado, pero ahora su espalda recta indicaba que algo se estaba fraguando.

– Tengo algunos datos que pueden sernos utiles -contesto Sejer, sin volverse. Abrio los grifos y se echo agua fria en la cara sofocada. Por fin, cuando se habia secado esmeradamente y alisado el pelo corto con los dedos, pregunto:

– ?Hemos recibido las fotos de las huellas que vimos en el lugar de los hechos?

– Aun no, pero estan a punto de llegar. Segun los del laboratorio, se trata de unas magnificas fotos en blanco y negro. Apuestan a que son zapatillas de deporte. Se trata del mismo dibujo en zigzag que tiene esa clase de calzado. Las huellas miden treinta y nueve centimetros de largo, lo que corresponde a un cuarenta y tres de numero de zapato. Es lo que se por ahora.

– A la doctora Struel le cuesta imaginarse que Errki haya podido matar a alguien. Dice que el hombre muerde

Вы читаете ?Quien teme al lobo?
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату