Le parecia que Sara habia plantado una semilla. Quiza llegara a germinar.
Un equipo estupendo.
Luego permanecio despierto un buen rato. Tenia mucho sueno, pero sus ojos estaban como iluminados desde dentro y miraban, abiertos como platos, la oscuridad. Daba vueltas en la cama y cada vez que se movia,
– ?Salimos? -susurro. El perro contesto con un pequeno ladrido y fue delante hasta la puerta. Eran las dos. El bloque de viviendas parecia una columna solitaria en la noche sin estrellas.
Primero penso en ir al centro y pasar por el cementerio, pero luego cambio de idea. Tenia mala conciencia, era increible. Habia leido sobre esas cosas y no sabia como actuar. Luego penso: Tal vez deberia cambiar de casa o de coche, hacer borron y cuenta nueva, antes y despues de Elise. Pero no puedo avanzar. Hay algo que me lo impide.
Llevaba una camisa de manga corta. El soplo del aire nocturno en los brazos desnudos le alivio en parte el picor. Andaba sin cesar, como habia andado Errki.
Si uno quiere vivir en el mundo, hay que hacer lo que hacen los vivos, penso de repente. Se volvio y miro el bloque. Habia algo en el edificio, en esa enorme columna de hormigon gris con las luces apagadas, que recordaba a la angustia de los seres humanos. Quiero mudarme de casa, penso, quiero volver a ras de suelo. Quiero estar en la hierba, levantar la vista y ver las copas de los arboles.
– ?Nos cambiamos de casa,
Los ojos del perro se clavaron en los de su amo.
– ?No entiendes lo que te quiero decir, verdad? Vives en otro mundo. Y, sin embargo, nos lo pasamos bien juntos. Aunque eres un poco tonto.
– Lo peor es que nunca sabre por que -murmuro-. ?Que sucedio realmente entre ellos? ?Que fue lo que Halldis dijo o hizo que pudo asustarle tanto? Los dos estan muertos, jamas lo averiguaremos. Pero asi es, de la mayoria de las cosas jamas te enteraras. Es curioso que lo aceptemos, como si durante toda la vida estuvieramos esperando algo que vendra despues, algo diferente y esclarecedor. Pero tu, tontito -dijo mirando al perro-, tu solo esperas la proxima comida.
El perro dio un brinco alocado y continuo su paseo.
– Estoy cansado -dijo Sejer en voz alta-. Volvamos a casa.
Dio la espalda a la ciudad y emprendio el camino de vuelta.
Skarre aparecio muy fresco, recien duchado y bronceado.
– ?Que te pasa? -pregunto Sejer.
– Nada, solo que tengo una sensacion de bienestar general.
– Me parece estupendo -dijo Sejer-. ?Sabes algo del laboratorio? ?Han comparado las huellas?
– Las huellas de Errki estan por toda la casa, hasta en el espejo. Las de la azada no son tan claras, pero siguen trabajando en ello.
– ?Has transcrito el interrogatorio de anoche?
– Aqui esta, jefe -contesto Skarre alcanzando a Sejer una carpeta de plastico con hojas-. ?Y que va a pasar con el chico? -pregunto.
– No mucho. Morgan confirmo que fue un accidente. Seguramente le permitan quedarse en la Colina de los Muchachos. Parece que es lo mejor. Ya ha tenido bastante por algun tiempo. Necesita tranquilidad, no que vuelvan a cambiarlo otra vez de sitio. Ire a verlo ahora. No estara en muy buena forma, pero tengo una pequena esperanza de que haya captado algo de Errki que Morgan no ha descubierto. Ojala pueda explicarnos algo.
– ?Crees que eso es probable? No es mas que un chico asustado -senalo Skarre, mirando a Sejer.
– Los chicos son observadores -sentencio Sejer.
– No tanto. Simplemente observan cosas diferentes a las que observan los adultos -dijo Skarre, reafirmandose en su idea.
– Y eso puede resultarnos util.
Skarre fruncio el ceno.
– Algo te pasa.
– ?Que quieres decir?
– Es como si no quisieras aceptar lo sucedido. Eso no es propio de ti.
– Solo tengo curiosidad -contesto Sejer cortante.
– Pareces cansado.
– Esta noche -dijo muy serio- he tenido muchos picores.
Y con esta dramatica informacion se metio en su despacho.
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En este punto, Skarre habia omitido anotar que los dos se rieron.
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