amoroso. Formaban un tunel natural que en la soledad de la noche daba miedo. Martina se habia despejado con el paseo y ahora se arrepentia de haber ido sola.
Se giro pero vio que la distancia para volver con los demas era mayor que la que habia hasta su habitacion. Era mejor continuar. Y ademas, tenia muchas ganas de fumar. Acelero el paso e intento lo mejor que pudo quitarse de encima esa sensacion de desasosiego.
Cuando habia avanzado un trecho bajo el tunel formado por los arboles, descubrio, unos treinta metros mas adelante, una sombra que se recortaba contra la luz de la salida. El miedo se apodero de ella y sus pensamientos de repente se volvieron claros y frios. La figura avanzaba hacia ella y estaba cada vez mas cerca.
Martina domino su primer impulso de volverse. Entorno los ojos para ver mejor. Al principio no estaba segura de si se trataba de un hombre o de una mujer. Todo lo que pudo apreciar fue una silueta oscura, que llevaba cazadora y pantalon negro y una gorra en la cabeza.
No se oian los pasos, aqui el suelo estaba mas humedo.
En cuanto se dio cuenta de que quien venia hacia ella era un hombre, se sintio aterrorizada.
El tipo caminaba con la cabeza agachada y la visera le ocultaba la cara.
Martina siguio caminando inconscientemente, como si no hubiera marcha atras, nada que hacer. Los pensamientos revoloteaban por su cabeza como gorriones asustados. ?Que hacia el alli, en mitad de la noche? Hacia ya un rato que el concierto habia terminado. La invadio el panico y fue incapaz de reaccionar. Siguio hacia delante como un robot dirigido inexorablemente hacia su destruccion.
No se atrevia a levantar la vista para verle la cara ahora que estaban tan cerca. El instante en el que se cruzaron, a ella se le paro la respiracion. El hombre paso a unos centimetros de su brazo, casi rozandola. Martina percibio un olor acre, algo enmohecido, que no pudo identificar.
Se quedo casi sorprendida cuando el paso a su lado sin que sucediera nada.La distancia iba aumentando entre ellos metro a metro, el desconocido proseguia su camino al mismo paso, alejandose cada vez mas. Timidamente se atrevio a respirar.
Al momento se sintio avergonzada, era absurdo como podia llegar a asustarse ella sola. Por favor, un pobre hombre inocente que tal vez trabajaba en el hotel y regresaba a su casa. A veces los hombres le daban pena porque solo por el hecho de ser hombres sobre ellos caian todo tipo de sospechas.
El sendero se ensancho y vio la luz de la puerta de entrada del albergue. El alivio la hizo sentirse algo aturdida. Aquel tipo no era peligroso, eran figuraciones suyas. «De todas formas, hoy ya no voy a salir», penso. Ahora lo unico que estaba deseando era llegar a la seguridad de su cama.
No advirtio que el hombre con el que se acababa de cruzar se habia dado la vuelta hasta que fue demasiado tarde.
Domingo 4 de Julio
Eva se desperto porque en la habitacion hacia un calor insoportable. Haciendo un esfuerzo se puso boca abajo y se coloco la almohada encima de la cabeza para evitar la luz inmisericorde. El dolor estaba alojado en algun rincon detras de los ojos y era persistente. ?Cuanto tiempo habia dormido? Era domingo y no tenian que ir a excavar, gracias a Dios. Tenia el estomago revuelto y eso le recordo que habia bebido mas de la cuenta. A juzgar por los rayos del sol debian de ser las doce por lo menos. Miro con los ojos entornados la cama de Martina. Estaba vacia, exactamente igual que cuando Eva llego a casa de madrugada.
Bostezo, se levanto y salio al pasillo para ducharse. Al volver descubrio que solo eran las diez.
La noche anterior, a Mark y a Jonas les costo disimular su decepcion cuando se dieron cuenta de que Martina no iba a volver tras su visita a los lavabos. Era evidente que los dos querian liarse con ella. Eva, como ellos, supuso que Martina habria ido a acostarse. Desde luego estaba de todo menos sobria. Pero evidentemente no era eso lo que habia sucedido. Se habria ido con alguien.
Eva se quedo mirando por la ventana como si Martina fuera a aparecer alli caminando por el sendero. Fue a la cocina, saco las cosas del desayuno y puso una cafetera bien cargada. Al poco tiempo aparecio Jonas y se sento a su lado con una taza de cafe y un par de tostadas. Charlaron de la noche anterior y no paso mucho tiempo antes de que Jonas preguntara donde estaba Martina.
– Pues la verdad es que no se donde esta. En cualquier caso, no ha dormido en casa esta noche.
Que se fastidiara. A ella no le caia bien Jonas, era un tipo engreido y testarudo, no le vendria mal sufrir un poco.
– ?No ha dormido aqui? -Se quedo inmovil con la taza en la mano.
– No, su cama esta sin deshacer -le informo Eva con mal disimulado regodeo.
– Pero entonces puede que le haya pasado algo.
– Ah, dejalo. Habra dormido en casa de algun chico que ha conocido, logicamente; en el concierto habia unos cuantos que, al parecer, querian ligar con ella. ?No viste a ese tipo de Estocolmo, alto y rubio, con el que estuvo bailando? Seguro que esta con el, le parecia que estaba buenisimo.
Jonas palidecio.
– Pero puede ser un tio asqueroso, no sabemos nada de el. ?Vive aqui?
– Pero, por favor, encanto, no nacio ayer. Martina sabe cuidarse, es una persona adulta, ?por Dios! Ademas, no tengo ni idea de donde vive.
Eva volvio a concentrarse tan tranquila en su yogur.
Los participantes en el curso se reunieron el domingo por la tarde para jugar un partido de voleibol y para entonces Martina todavia no habia aparecido. Eva habia intentado llamarla al movil varias veces pero sin obtener respuesta. Al menos, podria llamar, penso enojada. En realidad, no conocia mucho a Martina, solo habian vivido juntas unas pocas semanas. Cierto que lo habian pasado muy bien juntas, tanto en las excavaciones como en su tiempo libre, pero, en realidad, no sabia mucho de ella. Al parecer, a los demas no les resultaba extrano que aun no hubiera vuelto.
Eva intento librarse de su creciente preocupacion, quiza fuera ridicula. Sin embargo, no pudo evitar empezar a preguntarse en serio si le habria pasado algo a su amiga. El hecho de que Jonas y Mark rondaran todo el tiempo a su alrededor preguntandole donde podia estar Martina, no contribuia precisamente a tranquilizarla.
Lunes 5 de Julio
Cuando a la manana siguiente Martina todavia no habia vuelto, Eva decidio llamar a Staffan Mellgren, el encargado de las excavaciones, aunque no eran mas que las seis. No se preocupo de si iba a despertarlo. Se habia pasado buena parte de la noche en vela presa de una inquietud cada vez mayor. Staffan contesto adormilado despues de diez tonos. Se despabilo rapidamente al oir que una de sus estudiantes habia desaparecido.
– ?Ha estado fuera desde el sabado por la noche? -pregunto Staffan indignado.
– Si.
Eva se arrepintio de no haberlo llamado antes.
– Fuimos al concierto y luego unos cuantos nos quedamos en la terraza del hotel. Martina fue al servicio y despues no volvio. Pensamos que se habria ido a la cama.
– ?Que hora era entonces?
– La una quiza, o las dos. No mire el reloj.
– ?Que hicisteis los demas?
– Nos quedamos charlando.
– ?No fue nadie a ver donde estaba cuando os disteis cuenta de que no volvia?
– No.
– ?Cuanto tiempo os quedasteis alli despues de que ella se marchara?
– Una hora, quiza dos.