de cenar como solian hacer los fines de semana por la tarde. Los ninos miraban el programa Pequenas estrellas en la tele, tan contentos con su coca-cola y un cuenco grande de palomitas. Olle parecia satisfecho. ?No sospecharia nada, realmente?

Le lleno el vaso a su mujer. «Es absurdo -penso esta-. Ayer estaba sentada de la misma manera con Johan.»

– Que buena estaba la cena -dijo el.

Emma habia preparado unos filetes rusos de carne picada de cordero con salsa de yogur y habia hecho su propia crema de berenjenas. Habian abierto un restaurante libanes en Visby y habian ido alli en una de sus escasas salidas nocturnas, y el cocinero le habia dado la receta cuando ella le pregunto.

Una cena mas para anadir a la larga serie de comidas que habian hecho juntos. Le pidio que le contara lo del curso, y lo hizo. Apenas habian tenido tiempo de hablar desde que ella volvio.

– ?Hasta cuando te quedaste en la fiesta?

– Ah, no mucho -respondio vagamente-. No se que hora seria. La una o asi.

– ?Te fuiste a casa con Viveka?

– Si -mintio.

– ?Ah, si? Te llame esta manana al hotel. Entonces no estabas alli. Y tenias el movil apagado.

Una sensacion abrasadora le recorrio el cuerpo. Ahora tendria que volver a mentir.

– Estaria tomando el desayuno. ?Que hora era?

– Las ocho y media. No encontraba las zapatillas de gimnasia de Sara.

La miro fijamente. Emma tomo otro trago de vino para ganar tiempo.

– A esa hora estaba desayunando en el comedor. El movil se habia quedado sin bateria y lo habia dejado en la habitacion para que se cargase.

– Asi que era eso -dijo, dandose por satisfecho.

Una explicacion completamente logica, pues claro que habia pasado eso. Su confianza en ella se habia consolidado a lo largo de los anos, ?por que iba a dudar de ella? Nunca le habia dado motivos para hacerlo.

Las mentiras la abrasaban por dentro y el ambiente distendido se acabo para ella. Empezo a recoger la mesa.

– Sientate -protesto Olle-. Eso puede esperar.

La conversacion empezo a tratar de otras cosas y enseguida desaparecio su sensacion de fastidio. Acostaron a los ninos y se pusieron a ver un interesante thriller en la tele. Ella acurrucada en sus brazos, exactamente igual que otras veces. Aunque no era asi.

Domingo 25 de Noviembre

A la manana siguiente se produjo la catastrofe. Sono el movil de Emma mientras estaba en la ducha y Olle leyo el mensaje. «?Que tal? Te echo de menos. Besos. Johan.»

Cuando entro en la cocina, su marido estaba sentado a la mesa. Tenia la cara blanca de colera y el movil de ella en la mano.

El suelo se hundio bajo sus pies. Supo inmediatamente que lo habia descubierto todo. Vio a traves de la ventana que los ninos estaban fuera jugando bajo la lluvia.

– ?Que ocurre? -pregunto con la voz apagada.

– ?Que cono significa esto? -inquirio el con la voz llena de rabia.

– ?El que?

Emma sintio como le temblaba el labio inferior.

– Has recibido un mensaje -grito Olle-. ?Aqui! -agito el movil en el aire-. De un tal Johan que te echa de menos y te manda besos. ?Quien cojones es Johan?

– Deja que te lo explique -rogo ella sentandose en el borde de una silla enfrente de el.

En ese momento se abrio la puerta de la calle.

– Mama, mama, mis guantes se han mojado -grito Sara-. ?Puedes darme otros?

– Voy -dijo su madre. Salio a la entrada y saco otro par. Le temblaban las manos-. Aqui tienes, carino, ahora sal a jugar con Filip. Papa y mama quieren hablar solos un momento. Quedaos fuera jugando un ratito, ?vale? Yo os llamo cuando estemos listos.

Le dio a su hija un beso en la mejilla y volvio a la mesa con su marido.

– He querido decirtelo, pero ha sido muy dificil -dijo mirandolo con ojos suplicantes-. Llevo un tiempo viendome con el, pero estoy muy confundida, no se lo que siento.

– ?Que cojones me estas diciendo?

Sus palabras eran cortantes. Notaba que Olle intentaba contener la rabia apretando los dientes. No se atrevia a mirarlo.

– No puede ser verdad, ?esto es increible!

Se levanto de la mesa y se planto delante de ella, todavia con el movil en la mano.

– ?Que demonios esta pasando? ?Quien es?

– Es el que me hizo una entrevista tras la muerte de Helena. Ese periodista de television, Johan Berg -dijo en voz baja.

Olle tiro el movil contra el suelo de piedra con todas sus fuerzas. Con el golpe se convirtio en un amasijo de plastico y metal. Entonces se volvio hacia ella.

– ?Has estado viendote con el desde entonces? ?A mis espaldas? ?Durante varios meses?

Tenia la cara descompuesta por la rabia y se inclino sobre su mujer.

– Si -dijo Emma debilmente-. Pero dejame que te lo explique. No nos hemos visto todo el tiempo.

– ?Explicarmelo? -grito Olle-. Explicaselo a un abogado. Fuera de aqui. ?Vete ahora mismo!

La agarro con fuerza del brazo y la levanto de la silla.

– Fuera de aqui, tu ya no tienes nada que hacer aqui. Largate para que no tenga que verte. Vete al infierno, no quiero volver a verte nunca mas. ?Me oyes? ?Nunca mas!

Al oir el jaleo, los ninos aparecieron en el vano de la puerta. Al principio se quedaron pasmados y luego los dos empezaron a llorar. Lo cual no freno a Olle. A empujones echo a Emma al porche descalza y despues le tiro la cazadora y las botas.

– Ahi tienes, y ?ni se te ocurra llevarte el coche! -grito quitandole el llavero.

Dio otro portazo.

Emma se puso las botas y la cazadora. La puerta se volvio a abrir y su bolso salio volando por los aires.

Se encontro tirada en mitad del frio. La calle estaba desierta.

Era la manana de un domingo de noviembre y todo habia saltado por los aires. Se quedo mirando fijamente la puerta cerrada. El bolso se habia volcado al caer y su contenido estaba esparcido por el porche y las escaleras. Recogio mecanicamente las cosas. Demasiado aturdida para llorar, se encamino hasta la verja y la abrio, luego se dirigio hacia la derecha, sin saber por que. No se fijo en los vecinos que dos casas mas alla, hablando y riendo, se montaron en el coche y se marcharon. La mujer levanto la mano a modo de saludo, pero no obtuvo respuesta.

Se sentia vacia por dentro, como paralizada. Tenia la cara rigida. ?Que era lo que habia hecho? ?Adonde podia ir? No podia volver a su propia casa.

El polideportivo que habia junto a la escuela estaba desierto. Soplaba el viento del norte. Miro hacia la carretera principal, por donde pasaba algun que otro vehiculo.

?Que horarios tenian los autobuses los domingos? Nunca habia tenido que hacerse esa pregunta.

Lunes 26 de Noviembre

La sauna tenia una temperatura de ochenta grados. Knutas lleno el cacillo de madera y echo mas agua sobre las piedras ardientes. La temperatura aumento aun mas.

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