apenas desembarcar. De todos modos, tendremos que comprobar tanto su telefono como el del novio. ?Que podemos hacer para buscar la ropa? Aumentaremos el perimetro alrededor del lugar donde fue hallada, tanto en lo que se refiere a la busqueda sobre el terreno, como a preguntar a los vecinos. Bien, todo esto es lo que creo que podemos ir haciendo de momento. ?Que os parece? -pregunto Knutas para terminar.
Nadie tuvo nada que objetar y se repartieron las tareas.
Despues de comer con algo de retraso, Johan y Peter regresaron en el coche hasta la comisaria de policia para mantener la entrevista con el comisario. Querian que les confirmara los nuevos datos acerca del perro antes de preparar el reportaje para el informativo de la tarde.
En la puerta de cristal que daba acceso a la seccion de la policia judicial, Johan se tropezo con una mujer con el cabello cortado en media melena, de color arena, y unos ojos oscuros, que miraban de frente.
Les saludo de forma apresurada y desaparecio por el pasillo con el bolso colgado al hombro. Alta y guapa, llevaba unos pantalones vaqueros y calzaba botas.
– ?Quien era? -pregunto Johan, antes siquiera de saludar.
– Una amiga de la mujer asesinada -contesto Knutas escuetamente-. Pasad. Bien, ?que quereis? -pregunto algo cansado, sentandose pesadamente tras el escritorio-. Estoy muy ocupado.
Johan se sento en una de las sillas dispuestas para las visitas. Decidio ir directo al grano.
– ?Por que no habeis dicho nada del perro?
Knutas no se inmuto.
– ?Decir que?
– Que el asesino habia cortado la cabeza al perro de la chica, o poco menos. Que el perro fue encontrado cerca del cadaver.
A Knutas empezaron a salirle manchas rojas en el cuello.
– No puedo confirmar lo que estas diciendo. Esos son tus datos, y tendras que responder de ellos.
– ?Que conclusiones sacais de ello?
– Puesto que no puedo confirmar ni desmentir lo que dices, tampoco puedo sacar ninguna conclusion.
– Sabemos por dos fuentes distintas que la mataron con un hacha. Ya se ha publicado y ha estado en todas las portadas de los periodicos. ?No seria mejor que lo confirmaras?
– No importa la cantidad de fuentes que tengas, no voy a decir nada para no entorpecer la investigacion. Te ruego que lo aceptes -respondio Knutas con impaciencia contenida.
– De todos modos, tengo que hacerte otra entrevista.
– Si, claro, pero no voy a decir mas de lo que ya he dicho. Por nuestra parte, no estamos dispuestos a decir mas en la situacion actual. El sospechoso no esta de momento en prision y el fiscal no ha presentado ante el juzgado ninguna solicitud de prision preventiva. Por eso, para no entorpecer la investigacion, no podemos confirmar lo que dices acerca del perro. Puede ser que el asesino ande suelto y, en tal caso, es importante que la informacion sensible no salga a la luz. Espero que seais lo bastante sensatos como para no contar eso y espereis hasta que sepamos mas -dijo Knutas mirandoles serio.
Despues de una entrevista incomoda para ambas partes, Johan y Peter se apresuraron a volver a la redaccion. Estuvieron trabajando un par de horas para montar tres reportajes que se diferenciaran lo suficiente como para satisfacer a las distintas redacciones de Television Sueca.
Los programas de noticias no podian parecerse unos a otros, en absoluto.
De acuerdo con Grenfors, decidieron contar lo del perro y emitir la entrevista con Svea Johansson. Los datos les parecian relevantes, porque de alguna manera daban cuenta de la indole del asesino. Ademas, pensaron que podia ser interesante para los espectadores oirselo relatar a la hermana del hombre que habia encontrado el cadaver
Grenfors estaba satisfecho de que hubieran conseguido entrevistar a la hermana, quien no dudo en dar su consentimiento para que la entrevista se emitiera en TV. Cuando Johan le advirtio del impacto que podia tener su emision, se limito a responder que las cosas ocurrieron asi, que no habia ninguna razon para que la gente no pudiera saber lo sucedido. «Esta vieja tenia que haber sido periodista», penso Johan.
Cuando acabaron de montar el reportaje, llamo a Knutas para explicarle que iban a emitir la entrevista con Svea Johansson, en la que ella hablaba del perro. Sabia lo importante que era no ponerse a malas con la policia, porque en tal caso resultaria mas dificil obtener informacion en adelante. Knutas no se enojo, parecia mas bien que se rendia. A modo de compensacion, Johan le prometio que incluiria en el reportaje que la policia aceptaba agradecida cualquier informacion que pudieran facilitar los ciudadanos.
Fueron paseando hasta el hotel en aquella tarde calida de principios de verano. Peter le propuso a Johan dar una vuelta y cenar en alguna terraza, en lugar de volver directamente al hotel.
Johan conocia bien Gotland. Habia estado en la isla muchos veranos. Sobre todo con la bicicleta, en los anos ochenta, cuando estuvo realmente de moda que todo el mundo recorriese la isla en bicicleta en verano. Familias, clases de escolares, jovenes, parejas de enamorados… Se preguntaba que habria sido de aquello. La isla continuaba siendo igual de buena para ello, con su terreno llano, con las cunetas repletas de flores y las largas playas de arena fina junto a las carreteras.
Bajaron hasta la calle Strandgatan y siguieron a traves de una salida de la muralla hasta el parque de Almedalen, un espacio amplio y abierto, con bancos, fuentes, cesped y un escenario en el que los politicos solian pronunciar sus discursos durante la tradicional semana de los politicos, en julio. En verano, el parque estaba a rebosar de turistas que tomaban el sol y de familias con ninos.
Ahora estaba desierto. Cruzaron el parque y dieron un paseo por el puerto, donde el viento procedente del mar era fresco. En el puerto apenas habia barcos. La mayoria de las terrazas y restaurantes estaban aun cerrados. Dentro de dos o tres semanas, estarian cada tarde repletos.
La ciudad tenia un aspecto totalmente distinto cuando no estaba abarrotada por hordas de turistas. Subieron por la escalera al lado de la iglesia, Kyrktrappan, hasta las casas pintorescas de Klinten. Visby se extendia a sus pies como un hormiguero de casas, antiguas ruinas y calles estrechas, que se apinaban dentro de la muralla. Con el mar al fondo.
Habia oscurecido ya cuando bajaron por la cuesta de Rackarbacken y pasaron al lado de la catedral. Dentro, el coro estaba ensayando. Las notas suaves de
Cuando volvieron al hotel, entrada la noche, acordaron que al dia siguiente tratarian de entrevistar a la amiga de Helena Hillerstrom.
JUEVES 7 DE JUNIO
La casa se encontraba en una antigua zona de chales, en el municipio de Roma, en el centro de Gotland, al lado de la escuela y del polideportivo. Estaba rodeada de chales con los jardines bien cuidados. La zona respiraba paz, y el ambiente era idilico. Johan habia conseguido encontrar el nombre de la amiga de Helena Hillerstrom, con quien se cruzaron en el pasillo de la comisaria, y la habia llamado por telefono. Ella se mostro al principio muy reticente a ser entrevistada. Pero a Johan se le daba bien convencer a la gente y, tras un rato de conversacion, de mala gana, acepto, al menos, recibirles.
Aparcaron el coche al lado del seto de lilas, cuyas flores de color blanco y morado ya habian empezado a abrirse. El jardin era impresionante, una extensa superficie de cesped y parterres con todo tipo de flores cuyo nombre Johan no conocia. Al norte se acumulaban unas nubes negras. Seguro que iba a llover antes del mediodia.
Emma Winarve abrio la puerta vestida con una camiseta blanca y unos pantalones comodos de color gris. Iba descalza. El cabello le caia humedo a ambos lados de la cara. «?Que guapa es!», alcanzo a pensar Johan, antes de que pudiera reaccionar, en lo cual tardo unos segundos. Ella empezaba a mostrarse indecisa.
– Hola, Johan Berg de
– Hola. Emma Winarve -dijo ella tendiendoles la mano-. Pasad.