Apelgatan. Desaparecio anoche, despues de una salida al centro con tres amigas. Estuvieron en Munken, donde cenaron, y luego se sentaron en uno de los bares que hay alli y estuvieron tomando unas cervezas hasta que cerraron. Segun las amigas le han dicho al marido, se separaron fuera del local. Entonces era algo mas de la una. Frida, la unica que vive al sur, se despidio de las demas y salio sola en bicicleta hacia su casa. Despues de eso, nadie la ha visto. Esto es lo que ha dicho el marido. Y como Frida Lindh parece que es una madre formal, resulta muy desagradable esa desaparicion, opino yo. El marido dice que antes nunca se ha esfumado de esta manera.

– ?No puede ser que se haya ido con alguien a su casa? -pregunto Norrby sonriendo-. Alguien que sea mas interesante que el marido…

– Claro que puede haber sido asi, pero en ese caso ya habria vuelto a casa a estas horas, ?no? Diablo, que son casi las cuatro y media. Esta mujer tiene tres hijos pequenos.

– Si, eso seria lo mas logico, pero en este trabajo uno nunca deja de asombrarse -replico Norrby.

– ?No te parece que estas exagerando un poco? -intervino Wittberg volviendose hacia Knutas-. ?No es exagerado tocar a rebato solo porque una mujer ha estado en un bar y no ha ido directamente a casa?

Se paso la mano por la abundante mata de pelo moreno y rizado y a continuacion por la barba que le cubria la barbilla y las mejillas. Ante si tenia una botella de coca-cola a medias.

– ?Estas de mal humor por la resaca, o que? -le pincho Karin dandole un golpecito en el costado.

– Ah… -se limito a grunir Wittberg.

Knutas lo miro irritado.

– Habida cuenta de que tenemos el asesinato reciente de una mujer sobre la mesa, a mi me parece que debemos empezar a trabajar en este caso inmediatamente. Empezaremos interrogando a las amigas. Karin, ?podras hablar con la amiga de la calle Bogegatan? Las otras dos viven en la calle Tjelvarvagen, vosotros ireis a hablar con ellas -ordeno dirigiendose a Wittberg y Norrby-. Yo ire a ver al marido. Despues nos encontraremos aqui. ?Os parece bien a las ocho?

Hubo ruido de sillas cuando todos se levantaron de la mesa. Norrby y Wittberg cuchicheaban entre ellos: «Joder, esto es una locura. Hacernos venir un sabado para esto… Total, por una mujer que ha sido infiel…» Hubo negaciones con la cabeza y suspiros.

Knutas hizo como si no advirtiese nada.

Estaba metido hasta la cintura dentro del agua fria. Estaba helado por dentro, disfrutaba. Le recordaba cuando de pequeno se banaba con su padre y con su hermana junto a la casa de veraneo. El primer bano en las aguas del mar aun frias. Como se reian, como gritaban. Uno de los pocos recuerdos felices que tenia de su infancia.

Su madre, claro, no estaba. No se banaba nunca. Siempre estaba ocupada haciendo cualquier otra cosa. Fregando, lavando, cocinando, haciendo las camas, recogiendo. Recordaba que le extranaba que aquello pudiera requerir siempre tanto tiempo. Solo eran cuatro de familia y su padre tambien hacia muchas tareas en casa. Pero, fuera como fuese, el caso es que ella siempre estaba ocupada. Nunca tenia tiempo para estar con ellos. Para jugar.

Si le sobraba tiempo, lo dedicaba a hacer crucigramas. Siempre aquellos malditos crucigramas. Alguna vez intento ayudarla. Se sentaba a su lado y le proponia soluciones.

Entonces ella le largaba un bufido y decia que le estaba estropeando la distraccion. No queria ninguna ayuda. Era rechazado. Como de costumbre.

Alzo la vista sobre el mar. Estaba gris y en calma. Como el cielo. Tuvo un sentimiento casi religioso. Todo estaba en calma. Como si el tiempo y el espacio se hubieran detenido. Y alli estaba el. Ya se habia acostumbrado un poco a la fria temperatura del agua. Hizo acopio de valor y se sumergio.

Despues se sento en la tapa del banco y se seco despacio. Se sentia purificado. Habia rellenado el espacio del banco sobre el que se sentaba. Estaba acabando con todo lo que le habia oprimido durante tantos anos. Era como si cuanta mas sangre derramaba, mas limpio se sintiera.

Sodervarn se encuentra a algo mas de un kilometro de la muralla. Esa parte de la ciudad esta ocupada en su mayoria por casas de la primera mitad del siglo XX, pero aqui y alla hay tambien casas de construccion reciente. La familia Lindh ocupaba una de ellas. Era una casa de una sola planta con la fachada de ladrillo blanco, la entrada al garaje bien dispuesta y el buzon de inspiracion americana. En la calle unos ninos jugaban con un balon. Se turnaban para lanzarlo a la porteria, colocada en la acera. Knutas aparco su viejo Mercedes fuera de la valla de madera pintada de blanco. Observo que habia pegatinas en las ventanas que advertian que la casa tenia instalada una alarma antirrobos de una de las mas reputadas empresas de seguridad. Aquello era bastante inusual en Gotland.

Llamo y sono un timbre dentro de la casa.

Stefan Lindh abrio la puerta casi al momento. Tenia los ojos enrojecidos y mostraba signos de desesperacion.

– ?Donde puede estar? ?Habeis sabido algo?

Hizo las preguntas sin saludar.

– Sera mejor que nos sentemos y hablemos un poco primero -respondio Knutas, que entro directamente en el cuarto de estar y se sento en el sofa de tres plazas con la tapiceria de flores estampadas, sin quitarse los zapatos ni la chaqueta. Saco su bloc de notas-. ?Cuando descubriste que Frida no habia vuelto a casa?

– Esta manana, a las ocho, cuando Svante me ha despertado. Es nuestro hijo menor, tiene dos anos -Stefan se sento en un sillon de mimbre, al lado del comisario-. Los ninos estan en casa de mis padres. No queria que estuviesen aqui ahora que estoy tan inquieto. Tenemos dos mas, una nina de cinco anos y otro nino de cuatro.

– ?Que hiciste al comprobar que Frida no estaba en casa?

– Trate de llamarla al movil, pero no respondio. Luego llame a sus amigas, ninguna sabia nada. Entonces avise a la policia. Algo despues fui con el coche hasta Munkkallaren y segui el mismo recorrido que ella tuvo que hacer para volver a casa, pero no vi nada.

– ?Has hablado con sus padres o con otros miembros de la familia?

– Ella es de Estocolmo. Sus padres y sus hermanos viven alli. Pero no se ven ni hablan casi nunca, no tienen muy buena relacion. Frida y sus padres, me refiero. Por eso no les he dicho nada. A su hermana no la he llamado porque no queria preocuparla si no era necesario.

– ?Donde viven tus padres?

– En Slite. Han venido a buscar a los ninos hace una hora.

– ?Cuanto tiempo llevais viviendo aqui?

– No hace todavia un ano. Antes viviamos en Estocolmo. Nos mudamos el verano pasado. Yo he nacido y crecido aqui y tengo a toda mi familia en Gotland.

– ?Como estaba Frida cuando salio de aqui? Me refiero a su estado de animo.

– Como siempre. Alegre, con ganas de divertirse. Se habia arreglado de lo lindo. Esta tan contenta de haber conocido a esas chicas… Bueno, y yo tambien, por supuesto. Al principio no fue facil para ella venir a vivir aqui.

– Lo entiendo. Perdona la pregunta, pero ?que tal estais Frida y tu? Me refiero a vuestra relacion.

Stefan se removio un poco en su asiento. Tenia una pierna cruzada sobre la otra. Cambio de pierna y enrojecio un poco.

– Bueno, bastante bien. La verdad es que tenemos mucho que hacer. Con tres crios, estamos casi siempre liados. No queda mucho tiempo para otras cosas. Tenemos las cosas como la mayoria de la gente. No hay ningun problema serio. Tampoco estamos en el septimo cielo, claro.

– ?Habeis discutido o ha habido alguna crisis hace poco?

– No, al contrario. A mi me parece que todo funciona mejor ultimamente. Fue duro cuando nos mudamos. Ahora parece que Frida se siente bien. Los ninos estan bien, encuentran divertido ir a la guarderia.

– ?Ha ocurrido recientemente algo fuera de lo normal? ?Habeis recibido llamadas extranas por telefono, o ha conocido tu mujer a alguna persona nueva de la que te haya hablado? ?En el trabajo, tal vez?

– Noo… -respondio Stefan Lindh alargando la respuesta y frunciendo el ceno-. Nada que yo recuerde en estos momentos.

Вы читаете Nadie lo ha visto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату