asi, con aquella expresion de cansancio y decepcion.

– Perdon, Christian, me siento fatal.

– Bueno, esperemos que al menos tenga razon.

– ?Quien?

– Gaby. Y que, despues de esto, venda mas libros.

– No comprendo como se puede ser tan cinico. Exponerte a ti de esa manera solo para que el negocio vaya mejor.

– No ha llegado a donde esta siendo buena con todos.

– Ya, pero aun asi… Que esas cosas merezcan la pena… -Erica estaba desesperada por su traicion, por el error que habia cometido y por haber sido tan ingenua y, desde luego, no se explicaba que nadie pudiera hacer algo asi a conciencia. Y por ganar algo a cambio.

– Ya pasara – afirmo Christian, aunque sin conviccion.

– ?Te han llamado hoy los periodistas? -Erica se retorcia en el sofa, en un intento de hallar una posicion que fuera comoda. Como quiera que se sentara, siempre le parecia tener algun organo aplastado.

– Despues de la primera conversacion de ayer, apague el movil. No pienso darles mas combustible.

– ?Y como va lo de…? -Erica dudo un instante-. ?Has recibido mas amenazas? Comprenderia que no volvieras a confiar en mi, pero, creeme, he aprendido la leccion.

La expresion de Christian se volvio hermetica. Tenia la vista clavada en la ventana, tardo en responder y, cuando lo hizo, le resono la voz debil y cansada.

– No quiero remover ese asunto. Ha adquirido unas proporciones descomunales.

Algo retumbo en el piso de arriba y, un segundo despues, un nino empezo a gritar desaforadamente con voz chillona. Christian no hizo amago de levantarse, pero Erica oyo que, a su espalda, Sanna salia como un rayo escaleras arriba.

– ?Se llevan bien? -pregunto Erica senalando hacia arriba.

– No demasiado. El hermano mayor no aprecia la competencia, asi podriamos sintetizar la cuestion -sonrio Christian.

– Si, supongo que tenemos tendencia a centrarnos demasiado en el primer hijo -dijo Erica.

– Si, supongo que si -respondio Christian y se le borro la sonrisa. Tenia una expresion extrana que Erica era incapaz de interpretar. En el piso de arriba gritaban ahora los dos ninos y ya se les unia la voz irritada de Sanna.

– Tienes que hablar con la Policia -dijo Erica-. Como comprenderas, yo he hablado con Patrik del asunto, y de eso no me arrepiento. El piensa, desde luego, que debes tomartelo en serio, y el primer paso consiste en denunciarlo a la Policia. Puedes empezar por verlo solo a el, de un modo extraoficial, si quieres. -Erica se oyo suplicando, pero las cartas la tenian preocupadisima y, en realidad, sospechaba que Christian se sentia igual.

– No quiero seguir hablando de esto -afirmo poniendose de pie-. Se que, cuando hablaste con Gaby, no pretendias que la cosa se disparase de este modo, pero creo que debes respetar el hecho de que yo no quiera darle mayor importancia.

Los gritos del piso de arriba alcanzaban nuevas cotas y Christian se encamino a la escalera.

– Tendras que perdonarme, pero deberia subir a ayudar a Sanna antes de que los ninos se maten. No te importa que no te acompane a la puerta, ?verdad? -Dicho esto, apremio el paso escaleras arriba sin despedirse de Erica. Y ella tuvo la sensacion de que lo que Christian hacia era huir.

?No regresarian a casa jamas? La caravana le resultaba cada dia mas pequena y pronto habria escudrinado todos los rincones del camping. En casa, quiza volverian a prestarle atencion. Alli, en cambio, era como si no existiera.

Su padre hacia crucigramas y su madre estaba enferma. O, al menos, esa era la explicacion que le daban cuando intentaba entrar a verla en la caravana, donde se pasaba los dias tumbada en el catre. No habia vuelto a banarse con el. Pese a que recordaba el miedo y aquello que se le habia enroscado en las piernas cuando se adentro en las aguas, lo habria preferido a aquel destierro permanente.

– Tu madre esta enferma. Ve a jugar.

De modo que el se iba y llenaba los dias por su cuenta y riesgo. Al principio, los demas ninos del camping intentaron jugar con el, pero a el no le interesaba. Si no podia estar con su madre, no queria estar con nadie.

Como su madre no se curaba, empezo a preocuparse cada vez mas. A veces la oia vomitar. Y estaba tan palida… ?Y si tenia algo peligroso? ?Y si se le moria? Igual que le habia pasado a su mama.

La sola idea lo impulsaba a esconderse en un rincon. A cerrar los ojos fuertemente, tanto que lo oscuro no hallase anclaje dentro de el. No podia permitirse pensar de aquel modo. Su madre, tan hermosa, no podia morir. Ella tambien, no.

Habia encontrado un lugar propio. En la cumbre de la colina, con vistas al camping y al mar. Incluso podia ver el techo de la caravana si se empinaba un poco. Alli pasaba los dias ahora, alli lo dejaban en paz. Cuando se hallaba alli arriba, podia hacer que volasen las horas.

Su padre tambien queria volver a casa. Se lo habia oido decir. Pero su madre no queria. No pensaba darle a La bruja aquella satisfaccion, decia su madre tumbada en la camilla, palida y mas delgada que de costumbre. La bruja tenia que saber que ellos pasaban alli todo el verano, como siempre, tan cerca, y sin ir a visitarla. No, no volverian a casa. Antes preferia morirse alli mismo.

Y no habia mas que hablar. Se hacia lo que su madre decia. De modo que el continuo visitando su lugar secreto. Continuo pasando los dias alli sentado, rodeandose las rodillas con los brazos, con la cabeza llena de ideas y fantasias.

En cuanto llegaran a casa, todo volveria a ser como antes. Asi seria, si.

– ?No te alejes demasiado, Rocky! -Gote Persson gritaba, pero, como de costumbre, el perro no parecia prestarle atencion. Solo le veia la cola cuando el golden retriever giro a la izquierda desapareciendo detras de una roca. Gote apremio el paso todo lo que pudo, pero la pierna derecha se lo impedia. Desde que sufrio el ictus, aquella pierna no podia seguir el ritmo. Aun asi, el se consideraba afortunado. Los medicos no le dieron demasiadas esperanzas de que pudiera volver a moverse mas que con muchas limitaciones despues de que se le colapsara todo el lado derecho. Claro que ellos no contaban con su enorme obstinacion. Gracias a una perseverancia de padre y muy senor mio y a su fisioterapeuta, que le insistia como si lo estuviera preparando para los Juegos Olimpicos, habia ido mejorando cada semana con el entrenamiento. A veces sufria una recaida, y, por supuesto, en varias ocasiones estuvo a punto de darse por vencido. Pero siguio luchando y haciendo progresos que, paulatinamente, lo acercaban al objetivo.

Asi, ahora era capaz de salir con Rocky y dar un paseo diario de una hora. Iban un poco a trompicones y el cojeaba claramente, pero lo conseguian. Salian con independencia del tiempo que hiciera, y cada metro era una victoria.

El perro aparecio de nuevo ante su vista. Iba olisqueando el suelo por la playa de Salvik y, de vez en cuando, levantaba la vista para asegurarse de que su amo no se hubiese extraviado. Gote aprovecho para detenerse y descansar un poco. Por enesima vez, comprobo que llevaba el telefono en el bolsillo. Y si, alli estaba. Para mas seguridad, lo cogio para ver si estaba encendido y que no lo hubiese puesto en silencio y tuviese alguna llamada perdida. Pero no lo habia llamado nadie, asi que volvio a guardarlo con impaciencia.

Sabia que era ridiculo mirar el telefono cada cinco minutos, pero habian prometido llamarlo cuando fuesen al hospital. El primer nieto. Su hija Ina habia salido de cuentas hacia dos semanas y Gote no comprendia como ella y su yerno podian estar tan tranquilos. Y si, para ser sincero, habia notado incluso cierta irritacion cuando llamaba hasta diez veces al dia para preguntar si habia novedades, pero es que tenia la sensacion de que el estaba mucho mas preocupado que ellos. Las ultimas noches se las habia pasado casi en blanco, mirando ya el reloj, ya el telefono. Esas cosas tenian tendencia a ocurrir por la noche. ?Y si se dormia profundamente y no oia su llamada?

Bostezo. Tanta vigilia nocturna habia empezado a minarle las fuerzas. Fueron tantos los sentimientos que desperto en el la noticia, cuando Ina y Jesper le contaron que iban a tener un hijo… Se lo dijeron un par de dias

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