– ?Y como vamos a entrar? -pregunto Patrik cuando llegaron a la puerta de la cabana. Erica no habia querido revelarle nada mas sobre lo que sabia o sospechaba, e insistio en que Patrik debia acompanarla.
– Fui a casa de la hermana de Sanna a buscar la llave -explico sacando del bolso un llavero muy abultado.
Patrik sonrio. Fuera como fuera, no podia negarse que Erica tenia iniciativa.
– ?Que estamos buscando? -dijo entrando en la cabana detras de ella.
Erica no respondio enseguida, sino que dijo:
– Este es el unico lugar que Christian podia considerar como propio.
– Pero… ?no es de Sanna? -pregunto Patrik mientras trataba de habituarse a la penumbra.
– Si, segun las escrituras. Pero aqui era adonde venia Christian para estar solo y cuando queria escribir. Y sospecho que lo utilizaba como un refugio.
– ?Y? -dijo Patrik sentandose en un banco de cocina que habia contra la pared. Estaba tan cansado que no podia tenerse en pie.
– No se. -Erica miro desorientada a su alrededor-. Es que creo… bueno… creia…
– ?Que creias? -la insto Patrik. Aquella cabana no era buen escondite para lo que quiera que estuvieran buscando. Constaba de dos habitaciones diminutas de techo tan bajo que el tenia que agachar la cabeza para estar de pie. Estaba llena de artes de pesca antiguas y habia una mesa abatible junto a la ventana. Desde alli, la vista era extraordinaria. El archipielago de Fjallbacka. Y, mas alla, Badholmen-. Pronto lo sabremos, espero -dijo Patrik mirando el trampolin, que se alzaba lugubre hacia el cielo.
– ?El que? -Erica se movia sin ton ni son por la angosta habitacion.
– Si fue asesinato o suicidio.
– ?Lo de Christian? -pregunto Erica, aunque sin esperar respuesta-. Si consiguiera encontrar… que mal, yo creia… habriamos podido… -Hablaba de forma inconexa y Patrik no pudo evitar la risa.
– Te aseguro que en estos momentos das una imagen de lo mas confusa. Si me dices que estamos buscando, quiza pueda ayudarte.
– Creo que fue aqui donde asesinaron a Magnus. Y esperaba encontrar algo… -Siguio examinando las paredes de madera sin lijar, pintadas de azul.
– ?Aqui? -Patrik se levanto y empezo tambien a inspeccionar las paredes, luego el suelo, y dijo de pronto-: La alfombra.
– ?Que quieres decir? Si esta limpisima.
– Pues por eso, precisamente. Esta demasiado limpia, tanto que parece nueva. Ven, ayudame a levantarla. - Cogio una esquina de la pesada alfombra mientras Erica se esforzaba por imitarlo desde el lado opuesto-. Perdona, carino, ?pesa mucho? No tires demasiado fuerte -dijo Patrik inquieto al oirla jadear por el esfuerzo mientras tiraba con aquella barriga enorme.
– No, esta bien -respondio-. No seas pesado y ayudame, anda.
Retiraron la alfombra y examinaron el suelo de madera. Tambien parecia limpio.
– Puede que en la otra habitacion, ?no? -sugirio Erica.
Pero alli el suelo estaba igual de limpio y no habia alfombra.
– Me pregunto…
– ?Que? -dijo Erica ansiosa, pero Patrik no respondio, sino que se arrodillo en el suelo y empezo a examinar las grietas que habia entre los tablones. Al cabo de un rato, se puso de pie otra vez.
– Habra que llamar a los tecnicos y esperar el resultado de sus analisis, pero creo que tienes razon. Esto esta muy limpio, pero parece que por aqui haya chorreado sangre, entre los listones.
– Pero ?no deberia haber restos de sangre tambien en la superficie? -pregunto Erica.
– Si, solo que no es facil detectarla a simple vista, sobre todo si han fregado el suelo. -Patrik inspeccionaba la madera, que presentaba aqui y alla manchas de varios tonos.
– De modo que murio aqui. -Pese a lo convencida que estaba, Erica noto que se le aceleraba el corazon.
– Si, creo que si. Y esta cerca del mar, donde pensaban arrojar el cuerpo despues. ?Por que no me cuentas lo que sabes, eh?
– Primero vamos a echar otro vistazo -dijo sin prestar atencion a la expresion de desencanto de Patrik-. Mira ahi arriba. -Senalo el
– ?Estas de broma?
– Si no lo haces tu, tendre que hacerlo yo. -Erica se planto las manos en la barriga, para que se hiciera una idea.
– Vale -replico con un suspiro-. No me queda otro remedio. Y supongo que sigues sin poder decirme que es lo que estoy buscando, ?no?
– Pues es que no lo se exactamente -dijo Erica con total sinceridad-. Es que tengo un presentimiento…
– ?Un presentimiento? ?Y quieres que suba por aqui por un presentimiento?
– Anda, sube ya.
Patrik trepo por la escala y entro en el
– ?Ves algo? -pregunto Erica empinandose.
– Pues claro que veo algo. Sobre todo cojines, colchonetas y unos tebeos. Supongo que es aqui donde juegan los ninos.
– ?Nada mas? -pregunto Erica desilusionada.
– Pues no, me parece que no.
Patrik empezo a bajar, pero se detuvo a medio camino.
– ?Que es lo que hay ahi dentro?
– ?Donde?
– Ahi -dijo senalando una portezuela que habia enfrente del
– Ahi es donde la gente que tiene cabana suele guardar los trastos, pero tu echa un vistazo.
– Si, calmate, ya voy. -Trato de guardar el equilibrio en la escala, mientras abria el pestillo con la mano. El marco podia quitarse entero, asi que lo saco y se lo paso a Erica. Luego se dio la vuelta y miro dentro.
»?Que cono! -exclamo asombrado. Pero entonces se solto el tornillo del techo y Patrik cayo al suelo en medio de un gran estruendo.
Louise lleno una copa de vino con agua mineral. Y la alzo en un brindis. No tardarian en pararle los pies a Erik. El policia con el que habia hablado comprendio enseguida la naturaleza del asunto. Tomarian medidas, le dijo. Y le dio las gracias por su llamada. De nada, le dijo ella. No las merecia.
?Que iban a hacer con el? No se lo habia planteado hasta el momento. Lo unico que tenia en mente era que debian detenerlo, impedirle que huyera como un cobarde asqueroso con el rabo entre las piernas. Pero ?y si lo metian en la carcel? ?Le devolverian el dinero a ella? Empezo a preocuparse, pero se calmo enseguida. Por supuesto que se lo devolverian y ya se encargaria ella de fundirse hasta la ultima corona. Y el estaria en la carcel sabiendo que ella se estaba gastando todo su dinero, el de los dos, pero no podria hacer nada por impedirlo.
Se le ocurrio de pronto. Queria verle la cara. Queria ver que cara ponia cuando se diera cuenta de que todo estaba perdido.
– Lo que hay que ver -dijo Torbjorn, subido en la escalera metalica que les habian prestado en la cabana contigua.
– Y que lo digas, esto es lo nunca visto. -Patrik se frotaba la zona lumbar, donde se habia llevado un buen golpe, aunque tambien le dolia un poco el pecho.
– En cualquier caso, no cabe duda de que eso es sangre. Y mucha. -Torbjorn senalaba el suelo, que ahora brillaba con un extrano resplandor. El Luminol desvelaba todos los restos, por muy bien que hubiesen limpiado la zona-. Hemos tomado algunas muestras, el laboratorio las comparara con la sangre de la victima.
– Estupendo, gracias.
– A ver, entonces, ?esto pertenece a Christian Thydell? -pregunto Torbjorn-. El tipo que bajamos del trampolin, ?no? -dijo metiendose en el hueco. Patrik subio por la escalera y se colo tambien como pudo.
– Eso parece.