– Todavia no -respondio Martin-. ?No podemos comer a las doce?

– Para entonces me habre muerto de inanicion, pero lo prefiero a ir a comer solo.

– Vale, entonces quedamos en eso -dijo Martin antes de ir a su despacho.

Por el camino de vuelta de Fjallbacka se le habia ocurrido una idea. Miro hasta encontrar lo que buscaba en la guia telefonica.

– Hola, queria hablar con Eva Nestler -le dijo a la recepcionista que lo atendio.

Pero habia una llamada en espera anterior a la suya, de modo que se dispuso a aguardar pacientemente. Como de costumbre, amenizaron el interin con una musica lacrimosa que, no obstante, empezo a gustarle al cabo de un rato. Miro el reloj. Llevaba casi un cuarto de hora esperando. Decidio darle otros cinco minutos antes de colgar y volver a intentarlo. Justo entonces, oyo la voz de Eva en el auricular:

– Eva Nestler.

– Hola, soy Martin Molin. No se si te acuerdas de mi, pero nos conocimos hace un par de meses en relacion con la investigacion de un sospechoso de abuso de menores. Te llamo de la comisaria de Tanumshede -se apresuro a anadir.

– Si, claro. Trabajas con Patrik Hedstrom -recordo Eva-. Con el si he tenido mas contacto, pero tu y yo tambien nos hemos visto alguna vez.

Hubo unos segundos de silencio.

– ?En que puedo ayudarte?

Martin se aclaro la garganta.

– ?Tienes idea de algo que se llama Asperger?

– El sindrome de Asperger, si, lo conozco.

– Veras, tenemos un… -Martin se interrumpio, sin saber como expresarlo, pues Morgan no era susceptible de ser clasificado como sospechoso exactamente, sino mas bien como una posibilidad interesante. Y recomenzo-: Nos hemos encontrado con un enfermo de Asperger en el caso que estamos investigando y necesitaria saber mas sobre lo que supone la enfermedad. ?Tu podrias ayudarme con ese tema?

– Pues… -respondio Eva dudosa- necesitaria algo de tiempo para refrescarme la memoria. -Martin oyo que hojeaba algo, la agenda, seguramente-. En realidad, me habia tomado una hora libre despues del almuerzo para hacer algunos recados, pero, en fin, por la policia… -la mujer seguia hojeando-. De lo contrario, no tendria ningun hueco hasta el martes que viene.

– Me viene bien hoy -se apresuro a contestar Martin.

En realidad confiaba en haber podido hacerlo por telefono, pero no era tanta molestia ir a Stromstad.

– Bien, en ese caso nos vemos dentro de tres cuartos de hora mas o menos, ?de acuerdo?

– Claro -respondio Martin. De pronto se le ocurrio una idea-: ?Te parece que lleve algo para almorzar?

– Si, ?por que no? No esta mal recuperar parte de los impuestos a traves de la policia… Es broma, hombre - anadio enseguida, preocupada por que Martin malinterpretase sus palabras.

– No te preocupes -rio el-. ?Quieres que invierta el dinero de tus impuestos en alguna preferencia culinaria concreta?

– Algo ligero. Una ensalada, quiza. La mayoria de la gente intenta adelgazar para el verano, pero yo se ve que lo he entendido al reves y procuro perder peso de cara al invierno.

– Bien, pues entonces ensalada -prometio Martin antes de despedirse.

Cogio la cazadora y se detuvo ante la puerta de Gosta.

– Oye, nos saltamos el almuerzo. Me voy a Stromstad a hablar con Eva Nestler, la psicologa a la que solemos recurrir. -El gesto de Gosta lo obligo a anadir-: Por supuesto que puedes venir conmigo, si quieres.

Por un instante parecio que Gosta estuviese dispuesto a aceptar, pero en ese momento vio que empezaba a llover fuera y cambio de idea.

– Que va, dejalo. Me quedare aqui. Llamare a Patrik y a Ernst a ver si pueden traerme algo comestible.

– Como quieras. Entonces, me voy.

Gosta ya se habia dado media vuelta y no respondio siquiera. Martin vacilo un instante antes de salir, se subio el cuello de la cazadora y echo a correr hacia el coche. Pese a que estaba aparcado a tan solo unos metros, llego empapado.

Media hora despues se detenia junto al arroyo, a unos metros del lugar donde Eva tenia su despacho. Estaba situado en el mismo edificio que la policia de Stromstad y Martin supuso que colaboraban a menudo. La policia necesitaba con frecuencia los servicios de un psicologo; por ejemplo, cuando la victima de una agresion necesitaba ayuda concluida la investigacion. No eran muchos los psicologos en ejercicio en el municipio y Eva era uno de ellos. Tenia muy buena reputacion y se la consideraba una profesional muy competente. Patrik solo hablaba de ella en terminos positivos y Martin confiaba en que pudiese ayudarle.

En realidad no estaba muy seguro de para que queria hablar con Eva. Morgan no era sospechoso, pero sentia curiosidad por saber mas sobre el origen de una conducta y una actitud tan extranas. El Asperger era algo totalmente desconocido para el y nunca estaba de mas informarse.

Sacudio la cazadora antes de colgarla en el guardarropa. Tambien se le habia mojado la camisa y la humedad le hizo sentir un escalofrio. En una bolsa llevaba dos ensaladas que habia comprado al pasar por Kaffedoppet. Era evidente que la recepcionista estaba al corriente de su llegada, pues nada mas verlo, le senalo la puerta del despacho de Eva, cuyo nombre se leia en una placa.

Tras llamar discretamente, oyo la voz de la psicologa:

– Adelante.

Al verlo, Eva Nestler miro el reloj.

– Hola. ?Que rapidez! Espero que no hayas sobrepasado ningun limite de velocidad para venir aqui -le dijo con una mirada de fingida amonestacion que hizo reir a Martin.

– No, que va, no te preocupes. Ademas, da la casualidad de que se que la policia hoy tenia otras cosas que hacer -respondio el en voz baja, como conspirando, y con un guino.

Recordaba que Eva Nestler le cayo bien desde el dia en que la conocio, pues tenia la virtud de conseguir que la gente se sintiese relajada en su presencia. Para alguien de su profesion, debia de ser una suerte.

Martin puso el almuerzo en una mesita que habia en el despacho.

– Espero que te guste la ensalada de gambas.

– Es perfecta -respondio Eva.

Abandono la silla tras el escritorio y se sento en una de las cuatro que tenia para las visitas.

– En realidad -continuo mientras ponia toda la salsa en la ensalada-, una se engana a si misma.

Una vez que banas las verduras con toda la grasa de la salsa, igual puedes comerte una hamburguesa. Pero, desde un punto de vista psicologico, te sientes mejor con la ensalada. Asi consigo convencerme de que bien puedo permitirme un bizcocho por la tarde -termino riendo de tan buena gana que le temblaba el pecho.

Martin comprobo por su figura regordeta que la psicologa conseguia convencerse de lo uno y de lo otro. Pero vestia de un modo elegante y llevaba el cabello gris en un peinado corto de aspecto moderno que, al mismo tiempo, iba bien con su edad.

– O sea que querias saber algo mas sobre el sindrome de Asperger -le dijo.

– Si, hoy ha sido la primera vez que lo he oido en mi vida y, la verdad, mas que nada siento curiosidad - confeso Martin mientras pinchaba una gamba con el tenedor.

– Bueno, yo lo conozco, aunque no he tenido contacto con ningun paciente con ese diagnostico, de modo que tuve que hacer alguna consulta antes de que llegaras. ?Que quieres saber exactamente? Hay mucho que decir al respecto.

– Pues… -Martin se tomo unos segundos para pensar su respuesta-. Si pudieras explicarme lo que caracteriza a una persona con Asperger… ?Como se sabe que sufre justo ese sindrome?

– En primer lugar, se trata de un diagnostico que empezo a establecerse no hace tanto. Se comenzo a hablar de el en serio unos quince anos atras, aunque existe documentacion anterior. Es una limitacion funcional que recibio su nombre de Hans Asperger. Algunos investigadores aseguran hoy que el mismo padecia el sindrome.

Martin asintio, invitandola a continuar.

– Es una forma de autismo, pero quien lo sufre suele tener una inteligencia entre normal y muy alta.

Martin ya lo sabia, pues Morgan lo habia mencionado.

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