Niclas la tranquilizo con un gesto de la mano, pero Lilian no se dejo disuadir tan facilmente. Pegada a sus talones, fue siguiendolo hasta la cocina, bombardeandolo con sus preguntas. El desoyo sus ruegos, se fue derecho a la cafetera y se sirvio una gran taza de cafe. La cafetera estaba apagada y el cafe apenas tibio, pero no le importo. Necesitaba eso o un buen whisky, y penso que mas valia elegir la opcion sin alcohol.

Se sento a la mesa y Lilian lo imito mientras lo observaba con insistencia. ?Que tonteria se le habia ocurrido ahora a la policia? ?No sabian que Niclas merecia mas respeto, que era medico, un hombre de exito? Otra vez penso asombrada en la suerte que habia tenido su hija, en el golpe que habia dado. Cierto que eran muy jovenes cuando empezaron a salir, pero Lilian enseguida vio que el era un hombre con un futuro brillante y apoyo su relacion. Que Niclas hubiese elegido a Charlotte entre todas las demas chicas que le andaban detras…, bueno, Lilian consideraba que habia sido un golpe de suerte. Claro que, bien mirado, su hija era muy bonita, pero ya en la adolescencia acumulo varios kilos de mas y, ante todo, no tenia ambiciones de ningun tipo. Aun asi, consiguio lo que Lilian mas deseaba. Ella llevaba el exito de su yerno como se lleva un broche en la solapa, y ahora todo aquello corria peligro. La aterraba pensar en las chismosas del pueblo, que no tardarian en difundir los rumores si llegaba a saberse que la policia habia citado a Niclas para interrogarlo. Y venia con los ojos hinchados y enrojecidos por el llanto, asi que seguro que tambien habia sido duro para el.

– ?Y bien? ?Que querian?

– Solo querian hacerme unas preguntas -respondio Niclas evasivo mientras apuraba el cafe a grandes tragos.

– ?Que tipo de preguntas?

Lilian se resistia a darse por vencida. Si iba a tener que ir corriendo y escondiendose cuando saliese a la calle, al menos queria conocer los motivos.

Pero Niclas no le hizo el menor caso. Se levanto y coloco la taza vacia en el lavaplatos.

– ?Charlotte esta abajo?

– Esta descansando -respondio Lilian sin ocultar la indignacion que le producia la falta de respuestas.

– Voy a hablar con ella.

– ?Y de que quieres hablarle? -insistio Lilian. Niclas se vio colmado.

– Es algo entre Charlotte y yo. Ya te he dicho que la policia no queria nada especial. Y doy por supuesto que puedo hablar con mi esposa sin tener que informarte a ti. Desde luego, Erica tiene razon: ya es hora de que Charlotte y yo nos busquemos una casa propia.

Lilian reacciono horrorizada ante cada una de sus palabras. Niclas siempre la habia tratado con respeto y sintio su respuesta como una bofetada. En especial, despues de todo lo que ella habia hecho por el. Por el y por Charlotte. Lo injusto de aquel trato la hizo arder de rabia, y ya estaba buscando alguna respuesta mordaz que darle cuando vio que Niclas iba escaleras abajo. Volvio a sentarse a la mesa de la cocina. Tenia la cabeza hecha una marana de ideas. ?Como se atrevia a hablarle asi? A ella, que no habia hecho otra cosa que mirar por el bien de ambos, sacrificandose y postergando sus propios intereses. Eran como sanguijuelas, dispuestos a chuparle la sangre. Por fin lo veia claro: Stig, Charlotte y, ahora, incluso Niclas, todos la utilizaban. Tomaban sin cesar lo que ella les ofrecia, pero sin dar nada a cambio.

Charlotte estaba pensando en su padre. Era curioso, pero, en los ocho anos que habian pasado desde su muerte, cada vez lo tenia menos presente en su memoria. Los recuerdos se reducian a debiles imagenes instantaneas y desdibujadas. Pero despues de la muerte de Sara, lo recordaba con tanta claridad como si acabase de fallecer.

Ella y Lennart tuvieron una relacion muy estrecha. Mucho mas de lo que nunca fue la relacion con su madre. A veces tenia la sensacion de que los dos tuviesen una misma alma. Su padre siempre supo hacerla reir. Su madre apenas reia y, de hecho, Charlotte no recordaba haber compartido nunca con ella unas risas. Su padre era el diplomatico de la familia, siempre mediando e intentando explicar las cosas. Explicar por que Lilian no dejaba de criticarla, por que nada de lo que hacia Charlotte le parecia bien, por que ella nunca lograba cumplir las expectativas de su madre. A su padre, en cambio, nunca lo defraudo. A sus ojos, ella era perfecta, y Charlotte lo sabia.

Cuando empezo a enfermar, para su hija fue una conmocion. Todo sucedio tan lentamente, de forma tan gradual, que les llevo mucho tiempo ver siquiera lo que sucedia. En ocasiones, Charlotte se preguntaba si habria podido impedir su muerte de haber estado mas atenta, de haber detectado antes las senales. Pero ella vivia en Uddevalla con Niclas, estaba embarazada de Sara y totalmente volcada en sus cosas. Despues, cuando comprendio que su padre no estaba bien, hizo causa comun con Lilian por una vez y le insistio para que fuese a que lo reconocieran en el hospital. Pero ya era demasiado tarde. A partir de ahi, todo sucedio tan deprisa. Su padre murio en solo un mes, segun los medicos, victima de una enfermedad que atacaba los nervios y que fue minando su cuerpo gradualmente. Les dijeron que de nada hubiese servido acudir antes al hospital. Pero ella no pudo evitar sentir remordimientos

Se preguntaba asimismo si habria podido mantener mas vivo su recuerdo de haber tenido mas espacio para llorar su perdida. Pero Lilian ocupo todo el espacio existente. Se adueno de todo el derecho al dolor y exigio que su duelo se antepusiera al de los demas. Un flujo constante de personas paso por su casa las semanas posteriores a la muerte de Lennart, y para todos ellos Charlotte fue como una parte del mobiliario. Todos los pesames, todas las condolencias fueron para Lilian, que concedia audiencia como una reina. En aquellos momentos, Charlotte odio a su madre. Lo ironico era que, justo antes de enterarse de la enfermedad de su padre, Charlotte intuyo que este estaba pensando dejar a Lilian. Las disputas y las discusiones habian ido en aumento, hasta el punto de que la separacion parecia inevitable. Pero Lennart enfermo y Charlotte se vio obligada a admitir que su madre dejo a un lado las viejas rencillas y se dedico en cuerpo y alma a su esposo. Fue justo despues de que Charlotte sintiese la amargura que le producia comprobar la necesidad que su madre tenia de ser siempre el centro de atencion, una necesidad al parecer insaciable.

Pero pasaron los anos y fue dejando a un lado esa angustia, que no debia concentrarse en alimentar, pues la vida era mucho mas. Tampoco habia tenido tiempo de recordar a su padre y pensar en el. Pero las cosas habian cambiado. La vida le habia dado una leccion, la habia atropellado y la habia dejado destrozada en la cuneta. Y ya tenia todo el tiempo del mundo para pensar en la persona que ahora deberia estar a su lado. La persona que sabria que decir, que le acariciaria el cabello y la consolaria asegurandole que todo se arreglaria. Lilian estaba, como de costumbre, demasiado ocupada en sus cosas como para dedicar algo de su tiempo a escucharla; y Niclas…, bueno, Niclas era Niclas. Ya se habia extinguido en su corazon la escasa y breve esperanza que abrigo de que el dolor los uniese de nuevo. Era como si se hubiese encerrado en su pequena concha. Cierto que el jamas le habia permitido el acceso a lo mas hondo de su ser, pero ahora se comportaba como una sombra que entraba y salia de su vida a hurtadillas. Recostaba su cabeza junto a la de ella cada noche, pero los dos yacian uno al lado del otro, procurando no rozarse, temerosos de que un contacto subito e inesperado avivase heridas que debian quedar intactas. Habian pasado juntos por tantas cosas… Contra todo pronostico, lograron mantener una unidad al menos aparente, pero Charlotte se preguntaba ahora si no habrian llegado al final del camino.

El ruido de pasos en la escalera la distrajo de sus sombrios pensamientos. Alzo la vista y alli estaba Niclas. Con una ojeada al reloj, comprobo que, en realidad, aun faltaban dos horas para que volviese del trabajo.

– Hola, ?tan pronto en casa? -pregunto asombrada al tiempo que empezaba a ponerse de pie.

– No, quedate sentada. Tenemos que hablar -anuncio Niclas.

A Charlotte se le encogio el corazon. Fuese lo que fuese lo que tenia que decirle, no seria nada bueno.

19.

Fjallbacka, 1928.

La vida en la casa supuso, efectivamente, la mejora que ella esperaba. Aun le pesaba ser la que era ahora en comparacion con la que habia sido y, a medida que pasaban los anos, crecia su amargura y la vida pasada con su padre se le antojaba un sueno lejano ?Hubo en verdad un tiempo en que lucio hermosos vestidos, sentada al piano de cola en grandes fiestas? ?Hubo en verdad un tiempo en que fue cortejada por caballeros que competian por bailar con ella? Y ante todo, ?hubo en verdad un tiempo en que podia comer todas las exquisiteces que le apeteciesen?

Вы читаете Las Hijas del Frio
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату