agolpaban sin ton ni son en su cabeza.
– Annika, ?podrias ayudarme? -Patrik se desplomo en una silla de la recepcion.
– Claro que si -respondio Annika observandolo preocupada-. Pareces una ruina -constato la recepcionista. Patrik no pudo evitar echarse a reir.
– Vaya, gracias, ahora me encuentro mucho mejor…
Annika no se dio por enterada de su sarcasmo y continuo dandole instrucciones.
– Vete a casa, come y duerme. El ritmo que has llevado estas semanas es inhumano.
– Si, ya lo se -respondio Patrik con un suspiro-. Pero ?que demonios puedo hacer? Dos investigaciones de asesinato paralelas, los medios de comunicacion atacandonos como una manada de lobos y, por si fuera poco, una de las muertes presenta indicios de una conexion que se halla fuera de nuestro municipio. Y, de hecho, eso es lo que queria pedirte. ?Podrias ponerte en contacto con el resto de los distritos policiales del pais y preguntar por casos de asesinato sin resolver o por investigaciones de accidente o de suicidio en las que se observen las siguientes caracteristicas?
Le dio a Annika una lista con una serie de puntos. Ella los leyo detenidamente, dio un respingo al leer el ultimo y le pregunto:
– ?Tu crees que hay mas?
– No lo se -confeso Patrik masajeandose la base de la nariz con los ojos cerrados-. Pero no detectamos la relacion entre la muerte de Marit y el caso de Boras, y quiero asegurarme de que no hay mas casos similares.
– ?Estas pensando en un asesino en serie? -pregunto Annika, reacia a dar credito a tal idea.
– No, no es eso. Todavia no -puntualizo Patrik-. Puede que se nos haya escapado una conexion evidente entre estas victimas. Aunque, por otro lado, la definicion de asesino en serie incluye dos victimas o mas en una serie, de modo que, desde un punto de vista formal, podria decirse que eso es lo que buscamos, si. -Sonrio con desgana-. Pero no se lo digas a la prensa. Imaginate la que se armaria delante de esta ventanilla. Imaginate los titulares: «Asesino en serie arrasa en Tanumshede». -Patrik estallo en una carcajada, pero a Annika parecia costarle ver el lado divertido del asunto.
– Hare lo que me pides, mandare la consulta -le dijo-. Pero tu te vas a casa. Ahora mismo.
– ?Si solo son las cuatro! -protesto Patrik, aunque nada deseaba mas que obedecer la orden de Annika. La recepcionista tenia una actitud maternal que movia a ninos y adultos a querer sentarse en su regazo y dejarse acariciar la cabeza. Patrik pensaba que era un desperdicio que no tuviese hijos. Sabia que ella y Lennart, su marido, se habian pasado anos intentandolo en vano.
– En el estado en que te encuentras ahora no eres de ninguna utilidad, largate, vete a casa y descansa y vuelve manana cuando te hayas recuperado. De esto me encargo yo, ya sabes que no hay problema.
Patrik se debatio unos segundos con el pequeno Lutero que llevaba dentro, hasta que resolvio que Annika tenia razon. Estaba destrozado y sentia que asi poco podia hacer por nadie.
Erica cogio la mano de Patrik y lo miro. Contemplo el mar cuando cruzaban la plaza de Ingrid Bergman y respiro hondo el aire frio y primaveral mientras el ocaso enrojecia el cielo en el horizonte.
– ?Que bien que hayas podido salir un poco antes hoy! Pareces agotado… -dijo descansando la mejilla en su hombro. Patrik la acaricio y la apreto contra si.
– Si, yo tambien me alegro de haberme ido un poco antes. Pero claro, no tenia eleccion: Annika me echo practicamente de la comisaria -explico.
– Recuerdame que le de las gracias en cuanto tenga ocasion. -Erica sentia el corazon ligero. Aunque no el paso: solo habian recorrido la mitad de la pendiente de Langbacken y tanto ella como Patrik iban sin resuello-. No puede decirse que estemos en excelente forma fisica -comento sacando la lengua como un perro, dando asi a entender lo cansada que estaba.
– Desde luego que no -convino Patrik resoplando-. En tu caso tiene un pase, tu trabajas sentada, pero yo soy una verguenza para el Cuerpo…
– ?Que va, hombre! -protesto Erica pellizcandole la mejilla- Tu eres el mejor de todos…
– Pues entonces, que Dios asista a los habitantes del municipio de Tanumshede -respondio entre risas-. He de decir que la dieta de tu hermana parece haber funcionado. Un poco, al menos. Esta manana me dio la impresion de que los pantalones no me apretaban tanto.
– Si, yo tambien lo he notado -aseguro Erica-. Pero, ya ves, solo nos quedan unas semanas, asi que tendremos que perseverar.
– Si, luego podremos inflarnos de comer y engordar juntos -concluyo Patrik antes de girar a la izquierda a la altura del supermercado Evas Livs.
– Y envejecer. Podremos envejecer juntos.
La abrazo aun mas fuerte y le dijo muy serio:
– Si, y envejecer juntos. Tu y yo. En la residencia. Y Maja vendra a vernos una vez al ano. Y vendra porque la amenazaremos con desheredarla si no…
– ?No, calla! ?Eres un horror! -exclamo Erica dandole en el hombro muerta de risa-. Como comprenderas, cuando seamos viejos, viviremos en casa de Maja. Lo que significa que hemos de espantar a cualquier posible pretendiente.
– Bah, eso no es problema -respondio Patrik-. Yo tengo licencia de armas.
Habian llegado a la iglesia y se detuvieron un instante. Ambos alzaron la vista hacia la torre, que se erguia elevandose por encima de sus cabezas. La iglesia era un edificio imponente, construido en granito y situado en lo mas alto de Fjallbacka, desde donde dominaba el mar hasta el horizonte.
– Cuando era pequena, sonaba con como seria el dia en que me casara aqui -confeso Erica-. Y me resultaba siempre tan lejano… Y ahora, aqui estoy, ya soy adulta, tengo una hija y voy a casarme. ?No es absurda la vida a veces?
– Absurda es poco -repuso Patrik-. No olvides que, ademas, yo estoy separado. Eso da mas puntos.
– Es verdad, ?como he podido olvidarme de Karin? ?Y de Leffe? -rio Erica. Y, pese a la risa, habia un poso de amargura en su voz, como siempre que hablaba de la ex mujer de Patrik. Cierto que ella no era nada celosa, y que, desde luego, no tenia ningun interes en que Patrik hubiese sido virgen a los treinta y cinco, cuando lo conocio; pero nunca le resultaba agradable imaginarselo con otra mujer.
– ?Vamos a ver si esta abierta? -pregunto Patrik senalando la puerta.
Abrieron la puerta y entraron muy despacio, temiendo romper alguna especie de regla no escrita. La figura de un hombre que habia delante del altar se volvio hacia ellos.
– ?Hombre, hola! -Era Harald Spjuth, el pastor de Fjallbacka, con su habitual expresion de alegria en el semblante. Patrik y Erica solo habian oido decir bondades de aquel hombre y deseaban que el los casara-. ?Habeis venido a practicar un poco? -les pregunto mientras se les acercaba.
– No, hemos salido a dar un paseo y se nos ocurrio entrar un rato -respondio Patrik estrechandole la mano.
– Ah, muy bien, pues no os molesto -replico Harald-. Estaba arreglando esto un poco, asi que sentios como en casa. Y si teneis alguna duda acerca de la ceremonia, no hay mas que preguntar. Aunque yo habia pensado que podriamos hacer un ensayo un poco antes.
– Seria estupendo -aseguro Erica, a la que cada vez le caia mejor el sacerdote.
Por las habladurias del pueblo Erica sabia que habia encontrado el amor a edad madura y que ya tenia una companera en la casa parroquial. Erica se alegraba por el. Ni siquiera las senoras mas religiosas y de mas edad tuvieron nada que objetar ante el hecho de que aun no se hubiese casado con su Margareta, a la que, siempre segun los rumores, habia conocido a traves de un anuncio en el periodico. En efecto, el pastor «vivia en pecado» en la casa parroquial; y eso indicaba hasta que punto lo apreciaban en el pueblo.
– Habia pensado que podriamos decorar la iglesia con rosas rojas y rosas. ?Que te parece, Patrik? -pregunto Erica mirando a su alrededor.
– Quedara muy bien -respondio Patrik distraido. Al ver la expresion de Erica, sintio remordimientos-. Oye, lamento de verdad que tengas que llevar toda esta carga tu sola. Me gustaria mucho poder involucrarme mas en los preparativos de la boda, pero… -Hizo un gesto de impotencia y Erica le cogio una mano.
– Lo se, Patrik. Y no tienes que pedir perdon por nada. Anna me ayuda. Nosotras nos encargaremos. Quiero decir que no es mas que una simple boda, tampoco puede ser tan dificil, ?no?
Patrik enarco una ceja y Erica se echo a reir.