Solo hasta que pasase todo, pues.

Parto no hubo, pero el transporte, la espera y el reconocimiento y el transporte de nuevo, llevaron su tiempo.

Registro mecanicamente en el archivador negro.

11:56 llamada de Majorna.

– Policia. Agente Klempje. ?En que puedo ayudarle?

En ese mismo instante se abrieron las puertas y dos policias, Joensuu y Kellerman, entraron con una puta drogada que habian recogido en la plaza de V.

– ?Folladme de uno en uno! -grito-. ?Y os cuesta el doble por policias cabrones!

Aunque la puta era pequena y Joensuu y Kellerman juntos debian de pesar unos doscientos kilos, les resultaba bastante dificil llevarla al pasillo de arresto. Kellerman tenia una mejilla aranada y Klempje supuso que la puta no andaria tampoco sin heridas, si conseguian meterla en algun rincon aislado.

– ?Vete a tomar por culo! ?Pero primero lavate los dientes! -grito, y consiguio encajar un buen rodillazo entre las piernas de Joensuu.

Joensuu lanzo un juramento y se doblo por la mitad. Klempje suspiro.

– Un momento -dijo, y tapo el auricular con la mano.

Dos aspirantes que habian estado escribiendo informes acudieron en ayuda y pronto desaparecio todo el grupo donde no se le oyera.

Maldita sea, penso Klempje. Como no pueda irme pronto a dormir, voy a echarme a llorar.

Volvio a la conversacion.

– Si, ?que desea?

– Aqui, J. M. de Majorna. Aqui J. M. de Majorna.

Ay, Senor, penso Klempje.

– Si, comprendido. ?De que se trata?

– Quiero hablar con… quiero hablar con…

Se hizo un silencio. Klempje sacudio la cabeza. La voz era monocorde, pero tensa… parecia como estar estudiando algo de memoria.

– ?Si?

– Quiero hablar con…

– ?Con quien quiere hablar? Esto es la Policia…

– Eso ya lo se -contesto la voz-. Quiero hablar con el antipatico.

– ?El antipatico?

– Si.

– ?Quien es el antipatico? Esto esta lleno de policias antipaticos -replico Klempje en un ataque de falta de companerismo.

– El peor de todos… es un tio muy grande con la cara enrojecida y dice muchas palabrotas. Quiero hablar con el…

– Bueno, tomo nota.

– ?No esta ahi?

– No.

– Gracias.

La conversacion se corto. Klempje se quedo con el auricular en la mano unos segundos. Luego lo colgo y volvio a su crucigrama.

A los dos minutos aparecio Krause.

– ?Al fin! -exclamo Klempje-. ?Y?

– Nada -contesto Krause-. Falsa alarma.

– Pero si duele, duele, ?no?

– Klempje, en lo que a mujeres embarazadas se refiere, tu eres un mozalbete inexperto.

– Llamame lo que quieras, con tal de que pueda irme a dormir. -?Ha habido algo especial?

Klempje reflexiono.

– No… llamo un loco de Majorna hace un momento que queria hablar con el antipatico… Gracioso, ?no? ?Quien crees que puede ser?

– ?VV?

– ?Quien, sino?

– ?De que se trataba?

– Ni la menor idea. Colgo. Y Joensuu y Kellerman estan en el arresto luchando con una puta colgada. Hay que joderse, de que glamour nos rodeamos.

Klempje salio dando traspies y Krause se instalo en la garita de cristal.

?El antipatico?, penso. ?Majorna?

Penso durante unos minutos. Luego llamo al piso cuarto.

No hubo respuesta.

Luego intento hablar con Munster.

Tampoco le contestaron.

A la mierda, penso, y saco su libro del bolsillo interior. Ser padre.

23

La carta llego con el correo de la tarde.

Se la metio en el bolsillo sin pensar; tenia que hacer unas cuantas cosas que no podian esperar y le daba lo mismo leerla cuando llegara a casa. Tal vez pensara durante una fraccion de segundo en que podia ser; no solia recibir correo en el trabajo y esta carta parecia de caracter privado.

Como es natural, luego se olvido y no la encontro hasta que rebusco fichas para la lavanderia en los bolsillos. La abrio con un lapiz y saco un pliego doblado.

Era una sola linea. Pero suficientemente clara.

Durante los primeros segundos, su conciencia se quedo en blanco. Permanecio inmovil, medio inclinado sobre la mesa escritorio con la mirada clavada en las palabras.

Luego su cerebro empezo a trabajar. Despacio y metodicamente. De nuevo le sorprendio como podia sentirse tan excitado y tan frio al mismo tiempo. Como podia sentir al mismo tiempo que la sangre le crecia mientras los pensamientos extraian la realidad que habia tras la carta con una falta de pasion total.

Miro el matasellos. La fecha era del dia anterior.

Miro mas de cerca. Algunas letras eran confusas, pero debia de ser de Willemsburg.

Asi era. El estaba alli, todos lo sabian. Algunos incluso habian ido a visitarle…

Se estiro en la cama y apago la lampara.

Sintio el cosquilleo claro e intenso en el diafragma, pero lo rechazo sin esfuerzo. La cuestion era si…

La cuestion era tan facil de formular que casi daba verguenza.

?Habia mas cartas?

?Habia mas cartas?

Fue a la cocina y abrio una cerveza. Se sento junto a la ventana. Se tomo varios sorbos largos y parpadeo para despejar las lagrimas provocadas por el gas de la bebida.

Con seguridad sonambula encontro la respuesta.

No, no habia mas cartas.

Llevaba en casa tres horas. No habia llamado nadie; un retraso asi no seria mas que un absurdo… no habia mas cartas.

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